José Rodríguez Carballo, ministro general de los Franciscanos
José Rodríguez Carballo, ministro general de los Franciscanos, visita estos días Valencia para preparar el VIII centenario de la orden. Entrevistado por José Parrilla en Levante, el religioso gallego asegura que "la Iglesia tiene que defender la vida y la familia porque lo dice el Evangelio", pero pide a los obispos que lo hagan con "un estilo dialogante, de comprensión, pero sin renunciar a aquello que es un valor evangélico".
- Su visita a Valencia es preparatoria del VIII centenario de la orden...
- No únicamente. Mi visita a la provincia franciscana de Valencia, Aragón y Baleares hay que enmarcarla en un doble contexto: el primero es el mandato de San Francisco de visitar lo más frecuentemente posible a los hermanos para animarles a vivir con gozo la misión franciscana. Por otra parte, mi visita se enmarca en el octavo centenario de la orden. En 1209 San Francisco fue a Roma y allí se encontró con el Papa para que le aprobase la forma de vida que el Altísimo le había revelado. Y el papa se la aprobó. Nosotros queremos en estos años volver a la gracia de los orígenes y yo lo único que hago en estas visitas es recordar los elementos esenciales de nuestra vida.
- ¿Qué lugar ocupan los Franciscanos en la Iglesia Católica?
- Nosotros somos la segunda orden más numerosa después de los Jesuitas. Estamos en 112 países, por tanto somos una orden con mucha pluralidad en cuanto a los lugares y culturas. Pero sobre todo somos una orden en contacto con la gente. Nosotros queremos ser lo que hemos sido en estos 800 años, los frailes del pueblo.
- ¿Conecta la alegría franciscana con la sociedad actual?
- Yo suelo distinguir entre moderno y actual. Diría que no es moderno porque no es lo que prima. Hoy todo el mundo busca tener. Pero es muy actual porque el voto de pobreza nos sitúa en una libertad total ante las cosas y ante las personas. Y esto es algo profético en este mundo dominado por el consumismo y angustiado por tener para consumir y consumir para tener.
- ¿Cómo es la relación con la jerarquía católica?
- Yo puedo decir cómo es nuestra relación con el Vaticano. Y puedo decir que es muy fraterna. Yo he encontrado en todas las congregaciones una gran simpatía por la orden y los valores franciscanos y puedo decir que esta misma simpatía la encontré en Benedicto XVI.
- ¿Y cómo es la relación con la Conferencia Episcopal?
- Las veces que me he encontrado con los señores obispos de España puedo decir que esa relación ha sido muy fluida. No hay ningún motivo de recelo ni por una parte ni por otra.
- La Iglesia está metida en un debate sobre cuestiones que se consideran políticas. ¿Cómo se ve esto desde la orden Franciscana?
- Yo pienso que la Iglesia no solo tiene el derecho sino el deber de proponer sus convicciones de fe, como la defensa de la vida, no para imponerlas a nadie sino para proponerlas. La Iglesia habla contra el aborto porque no puede hacer otra cosa desde el Evangelio. Y quien dice el aborto dice la familia basada en un matrimonio entre un hombre y una mujer abierto a la vida. La Iglesia no pretende hacer política sino simplemente dejar claras las posturas que desde el Evangelio tiene que defender.
- Las estadísticas dicen que la Iglesia pierde fieles. ¿Habría que corregir algo?
- Yo no sé sí habría que corregir el estilo de defensa de ciertos valores. De lo que si estoy convencido es de que ciertos valores no se pueden rebajar. Después tendrá que hacerlo con un estilo dialogante, de comprensión, pero sin renunciar a aquello que es un valor evangélico.
- ¿Como ve el conflicto de Palestina, donde tanta presencia tienen ?
- La realidad que se está viviendo en lo que nosotros llamamos Tierra Santa es dramática porque hay mucha gente que pasa hambre. Yo creo que hace falta más valentía por parte de los países que tienen una palabra que decir. Hay que reconocer los derechos que tiene cada pueblo. Israel tiene derecho a un territorio seguro, Palestina tiene derecho igualmente a un territorio seguro, pues vamos a poner entre todos las bases de una paz duradera.
- También están muy implicados en la conservación del medio natural, del hábitat.
- Nosotros heredamos de San Francisco un compromiso por la salvaguarda de la creación. Por eso nosotros vivimos con tristeza que esta belleza y que este signo del creador esté tan amenazado. Yo he visitado recientemente Brasil y estamos denunciando los abusos contra la naturaleza. Creemos que está en juego la vida del hombre.
- ¿Si tuviera que trasladar un mensaje al mundo qué le diría?
- Yo diría que Dios es amor y que Dios ama a la humanidad. También quisiera trasmitir el deseo de la paz y el bien, que es nuestro saludo franciscano, pero paz en el sentido bíblico de la reconciliación plena con uno mismo, que es el primer paso para la reconciliación con los demás y con Dios. Y bien, que no proviene de lo que tenemos sino de lo que somos.
RD
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