El 16 de enero, las agencias humanitarias que trabajan en el nororiental distrito del Haut-Uele acusaron al movimiento rebelde ugandés, el Ejército de Resistencia del Señor (LRA), de los ataques perpetrados contra aldeas locales desde el 24 de diciembre y que han provocado la muerte de cientos de civiles y desplazado a decenas de miles más. Un portavoz del LRA negó la responsabilidad y acusó de los ataques al gobierno ugandés.
La agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) estimó en 115.000 la cifra de desplazados internos y elevó hasta 567 el número de personas muertas desde septiembre, cuando se registra el primero de los ataques contra civiles. La ONG católica, Caritas, calcula que son 400 los civiles asesinados desde el día de Navidad. Los trabajadores humanitarios destacaron que la presencia militar y la precariedad de las carreteras hacen que algunas áreas sean inaccesibles para el suministro de la ayuda, dejando a miles de desplazados en situaciones deplorables.
A mediados de diciembre, Uganda, Sudán y la RDC lanzaron ataques aéreos contra las bases del LRA en el noreste del Congo después de que su líder, Joseph Kony, no llegara, por enésima vez, a firmar un acuerdo de paz definitivo con el gobierno ugandés. El 12 de enero, Kony suplicó un cese de las hostilidades. El enviado especial de la ONU, Joachim Chissano, apoyó la operación militar diciendo que forzaría al líder rebelde a firmar el acuerdo de paz. Sin embargo, las fuerzas de paz de la ONU en el país destacaron que ellos sólo darían apoyo logístico y que no participarían ni en la planificación ni en la ejecución de las operaciones.
Los rebeldes del LRA son conocidos por su brutalidad y por secuestrar niños. Pony, que está buscado por el Tribunal Penal Internacional (TPI) por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, dijo que el TPI tiene que retirar la orden de detención antes de firmar el acuerdo que pondría fin a 20 años de guerra civil en Uganda.
Story dated: 26/01/09
JRS
No comments:
Post a Comment