"En verdad les digo: Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. El que ama su vida la destruye; y el que desprecia su vida en este mundo, la conserva para la vida eterna". (Juan 12:24-25). La imágen que nos muestra Jesús simboliza no sólo nuestra vida mortal, sino que las numerosas veces que morimos un poco antes de nuestra muerte: con cada separación; cambios de casa o de empleo; pérdida de un ser amado; con la pérdida de una propiedad. Estar aferrado a lo que hemos perdido es como sepultar nuestra vida en el pasado. La pérdida más dolorosa puede traer un nuevo comienzo.
Señor, en ocasiones nos pides que enfrentemos la muerte de nuestros propios deseos y nuestros egos, en las diarias contradicciones y desaires a lo largo de nuestras vidas. En esos casos, el sacrificio del ego nos permite dar mucho fruto.
Espacio Sagrado
No comments:
Post a Comment