Más de medio millón de mujeres mueren cada año por causas relacionadas con el embarazo o el parto.
Lo ha mencionado un informe de la Unicef, la agencia de la Naciones Unidas para la infancia, de la que se hizo eco el "Osservatore Romano", diario de la Santa Sede.
El 99% de las víctimas se registra en los países en vías de desarrollo, con el África sub-sahariana y regiones asiáticas meridionales a la cabeza. En estas áreas, el riesgo de muerte relacionado con el embarazo y el parto en el curso de la vida de una mujer es de 1 en 76, contra el 1 de 8.000 de los países desarrollados.
El Níger es el lugar más peligroso para dar a luz. En Kenya, en cambio, la gran parte de las mujeres tienen a los hijos en sus casas, sin asistencia sanitaria y sin posibles intervenciones en casos de emergencia, pues los hospitales a menudo se encuentran lejos e inalcanzables.
La hemorragia es la causa principal de la muerte, pero lo que hace la diferencia en las parturientas es su estado general, la desnutrición y otros factores sociales.
Entre los objetivos del Milenio para el 2015 se encuentra la reducción del 75% de la mortalidad relacionada con los embarazos y partos.
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