En su casa de retiro, "Emaús", ubicada en el kilómetro 4, vía al Edén, en la ciudad de Armenia, Colombia, un grupo de Hermanas Capuchinas realizan una misión silenciosa pero fecunda: oran por los sacerdotes, por las familias, por Colombia, por la unidad de los cristianos, por la misión continental. Celebran la Eucaristía que es su alimento espiritual y entre la oración, la recreación, los encuentros comunitarios, viven y expresan su fe y dan testimonio del amor de Dios en el mundo. Con quienes llegan, son acogedoras y aunque ya no están activas, sin embargo su presencia es un tesoro espiritual para la Iglesia.
Durante la semana de sus ejercicios espirituales anuales, en fines de agosto de 2008, han reflexionado, precisamente, sobre la manera como ellas pueden vivir la experiencia de Misión, sobre el modo de evangelizar y de qué manera valorar la contemplación sobre la acción y sentir que la ancianidad es una etapa de la vida, que el Papa Juan Pablo II, llamó "Otoño de la vida".
Durante el retiro las religiosas tendrán la oportunidad de reflexionar sobre su ser y que hacer como Consagradas, reconocer el amor de Dios misericordioso y vivir una experiencia profunda de fe. La Congregación terciaria Capuchina ha sido fundada por Fray Luis Amigó. Son religiosas de inspiración franciscana, su carisma está orientado a la ayuda solidaria para con los pobres y desvalidos y la educación. El camino espiritual y de santidad de Fray Luis Amigo y de San Francisco de Asís, son un maravilloso testamento, por su amor a la Eucaristía, su amor a María, su opción por los pobres y la pobreza, su generosidad.
Es un ejemplo de fervor misionero: la oración a impulsar los misioneros, como forma de adherir a la gran misión en el continente Latino-americano (NOTICELAM).
CPAL
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