MONTEVIDEO, 29 Abr. 09 / 12:29 pm (ACI)
Al finalizar su Asamblea Plenaria que se realizó del 22 al 28 de abril, la Conferencia Episcopal del Uruguay (CEU) resaltó y alentó en un extenso documento la centralidad de la persona humana, la necesaria "defensa intransigente de la vida humana desde la concepción" hasta la muerte natural; así como de la familia constituida sobre la base del matrimonio entre hombre y mujer.
En el texto titulado "Pautas para el Discernimiento Político en el Año Electoral" que busca que cada fiel opte de la mejor manera en las próximas elecciones, se precisa primeramente que "el respeto por las personas debe ser siempre un criterio fundamental en nuestro actuar y en nuestro juicio, rechazando la tentación de justificar u obtener eficacia a cualquier precio".
Por ello, la defensa de la vida aparece para los prelados como prioritaria también. "Un principio inalienable de los cristianos debe ser la defensa intransigente de la vida humana, desde la concepción, pasando por todas las etapas de su desarrollo, hasta la muerte natural, teniendo presente todas sus dimensiones. Debemos ser luchadores sin concesiones de los DDHH en su integridad", explican.
Por ello, prosiguen, es necesario que los uruguayos juzguen "con sentido crítico las políticas concretas por su manera de encarar el problema global de la vida humana en el Uruguay de hoy, atendiendo especialmente a la defensa del derecho de todo ser humano a la vida desde la concepción, pasando por todas las etapas de su desarrollo, hasta la muerte natural".
Tras resaltar luego que en las decisiones políticas es necesario "cuidar no sólo los propios intereses sino principalmente los intereses de los más vulnerables", los prelados recuerdan la centralidad de la familia que actualmente "sufre el ataque de múltiples factores económicos, sociales, culturales e ideológicos".
"Vemos con preocupación cómo ciertos planteos ideológicos basados en la 'perspectiva de género' apuntan a vaciar de contenido y destruir el verdadero significado de la sexualidad humana y de la familia como fuente de la vida. Es necesario que como cristianos despejemos aquí toda ambigüedad y optemos claramente por la verdad sobre la familia y sobre la naturaleza del amor humano", indican, pues toda persona "está llamada a promover y proteger esta institución fundamental que es la familia, pero en especial es nuestra responsabilidad como ciudadanos, cristianos y miembros de la Iglesia de Cristo".
Por esa razón, los obispos proponen "poner como condición necesaria de nuestro apoyo a las distintas propuestas la defensa de la familia basada en el matrimonio estable de un varón y una mujer y la coherencia de esas propuestas con la consecuente visión de la sexualidad humana y su significado. Reclamar la plena y real libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos".
Finalmente y luego explicar que "frente a las propuestas económicas, debemos asumir las perspectivas que incluyan una creciente redistribución de la riqueza", los prelados de la CEU instan a que "en los programas, las prácticas y las expresiones de los partidos políticos y de cada uno de nosotros, debemos construir y defender el pluralismo, a la vez que defender y promover los valores básicos e irrenunciables de la persona humana".
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