El hombre puede trepar hasta las cumbres más altas, pero no puede vivir allí mucho tiempo. (George Bernard Shaw)
Por eso la pascua no nos invita a llegar a metas imposibles, a convertirnos en superhombres y arreglar en unos días todas las carencias que hemos tenido durante años. Al contrario, lo que pretende es llevarnos a un sitio donde podamos vivir. Mudarnos a un lugar donde estemos mejor con nosotros mismos y con los demás, donde los senderos que partan de allí se acerquen cada vez más a los que Jesús nos mostró hace unos días.
En este nuevo lugar no se piden proezas, sino mostrarnos en toda nuestra debilidad y fragilidad para poder entender a quien más necesitado está. Solo así podemos encaminar nuestra migración en la dirección adecuada. Tampoco se trata de correr para llegar antes, sino de armarnos de valor para tomar la firme determinación de no dejar de caminar nunca y no perder de vista lo que se nos ha regalado con la pasión y resurrección que acabamos de celebrar.
El que llega a la cima más alta ha ido dejando a los otros atrás y ya ha alcanzado su meta por lo que pierde el motivo para seguir caminando. Al que solo tiene en mente la dirección que ha de seguir no le faltaran compañeros de fatigas que le recuerden la razón por la que, a pesar de todo, sigue luchando.
Charles Evans
pastoralsj
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