El Opus y Vatileaks

La Obra comienza a gestionar la crisis

Se ha roto el muro del silencio en El Vaticano

¿Cuál es el papel del Opus Dei en la trama de Vatileaks y, sobre todo, en su solución?Este fue uno de los temas de la conversación que el pasado jueves mantuve durante una magnífica cena con un buen amigo, a la sazón miembro de la Obra. No voy a revelar lo que él me contó, pero sí mis opiniones al respecto, ahora que alguno de sus expertos (ver artículo anterior) han empezado a dar "claves" para gestionar la crisis generada por la filtración de documentos secretos de la Santa Sede.

No hay, hasta la fecha, ninguna alusión al Opus en dichos documentos, pero sí una presencia clara de dos de sus miembros: Ettore Tedeschi, el ex responsable del Banco Vaticano, y el cardenal Herranz, presidente de la Comisión vaticana para esclarecer los hechos. Se dice, también, que "Paoletto" podría estar vinculado a la Obra.

Entre sus principales objetivos, el Opus tiene la defensa del Santo Padre. Y magníficos profesionales en gestiones de crisis, como bien se demostró en el caso del "Código Da Vinci" y con la presencia de Joaquín Navarro-Valls al frente de la política informativa de la Santa Sede durante el pontificado de Juan Pablo II.

Durante la cena, mostré mi perplejidad ante lo que parecía "silencio ominoso" de la Obra, que en mi opinión tenía -y tiene- la obligación de poner su experiencia y sus talentos -que en este caso son muchos- al servicio de la Santa Sede para sacar algo positivo de esta crisis, que ha marcado la ruptura del muro de silencio en el Vaticano. Algo que no se va a recuperar.

Al menos en España -me cuentan que también en Roma- se están comenzando a mover los hilos, y no me extrañaría que en breve, la estrategia seguida en lo tocante al libro de Dan Brown empiece a tomar forma en la actuación de los responsables vaticanos. El Opus Dei haría un gran servicio al papa, y probablemente a la Iglesia, si de toda esta trifulca sacamos algo en positivo. Y dejamos definitivamente de lado el oscurantismo. Por la compañía, la cena ya mereció la pena. Pero si además sirvió, en la medida de nuestras pobres posibilidades, para despertar inquietudes, pues miel sobre hojuelas. Y sobre esas costillitas tan ricas.

Jesús Bastante

RD