Llegadas de cien naciones -con representaciones incluso de países muy pobres, como Guinea Bissau, o de la otra punta del mundo, como Australia— las familias protagonistas del encuentro no sólo están animando los trabajos en curso del congreso teológico-pastoral en la Mico (Fieramilanocity), en diversas sedes de la ciudad y en las diócesis lombardas limítrofes, sino que también participan activamente en todas las iniciativas colaterales. Como el alegre «Congreso de los jóvenes», que tiene como protagonistas a los más jóvenes. En la primera reunión, centenares, tomándose de la mano, recitaron el Padrenuestro, cada uno en su propia lengua: por los padres y por las víctimas del terremoto que golpeó Emilia-Romaña y parte de Lombardía. Un gesto de solidaridad que se añade a la recogida de fondos promovida por Family 2012 en colaboración con Cáritas ambrosiana.
En resumen, «en Milán, puertas abiertas al mundo» como reza uno de los grandes carteles que destacan a lo largo de las calles de la ciudad. Porque la familia, a pesar de los grandes cambios y retos, sigue siendo el elemento base de la vida civil, de la sociedad humana. El mismo cardinal arzobispo Angelo Scola subraya cómo «ya a partir de los temas expuestos» el Encuentro mundial «desea proponer qué evento del pueblo es capaz de entrar en diálogo con las exigencias fundamentales de toda persona». En la misma longitud de onda está el cardenal Ennio Antonelli, presidente del Consejo pontificio para la familia, según el cual «el evento de Milán, como todo encuentro verdadero e intenso entre personas, está constituido por un trazado rico, complejo e interesante de relaciones» que son reconocidas y acogidas «con gratuidad, pasión e inteligencia».
Ecclesia
No comments:
Post a Comment