Sunday, June 10, 2012

Reflexión de José María Maruri S.J. ALIMENTO PARA TODOS LOS DÍAS



ALIMENTO PARA TODOS LOS DÍAS

Por José María Maruri, SJ

1.- Hoy es jueves de Corpus Christi, aunque sea domingo… Hoy ese Jesús silencioso y escondido en los sagrarios, donde quieren encerrarle todos los anticlericales, se nos sale a la calle a dar público testimonio de su presencia entre nosotros. Porque lo que hoy celebramos, ante todo es la presencia real de Jesús en la Eucaristía, que el Señor está aquí, que ha cumplido su promesa de que no nos dejará solos: “Estaré con vosotros hasta el final de los tiempos…”

Eucaristía es prolongación del misterio de la Encarnación, de ese Dios hecho carne por nosotros y que puso su tienda de campaña junto a la nuestra. Coged la lista de teléfonos y buscad por iglesias y allí encontrareis la dirección exacta de dónde podéis encontrar al Señor.


2.- Eucaristía, la última aparición del Señor resucitado. Nuestra aparición. Los discípulos lo veían y lo confundían con un fantasma. Se alegraban, y al tiempo lo temían. Lo oían y no se atrevían a preguntarle Tú quien eres, porque sabían que era el Señor. Nosotros le sentimos cercano, estamos seguros de que es Él, pero nos gustaría que dejase de ser transparente paras verle con nuestros ojos.

Más de una vez os he dicho os he dicho que para mi la presencia del Señor en la Eucaristía es como la presencia en penumbra de la persona querida. Ante el ventanal que nos defiende de la brisa fría del mar, hemos charlado largas horas de todo… ha oscurecido, se acabado las palabras, no nos vemos, pero sabemos que él o ella está allí. No necesitamos encender ninguna luz, porque estamos seguros que no estamos solos.

Estamos mano a mano con aquel que voluntariamente dio su vida por mí… porque Eucaristía es memorial de la Pasión, de ese hecho sin precedentes en mi vida, de que alguien dé su misma vida por sacarme de una mala situación. Y eso hace que esa charla con Dios-Eucaristía sea siempre más íntima, más sincera, sin perifollos, sin retóricas, de corazón a corazón. ¿Este pensamiento no debería llevarnos a un gran silencio externo e interno en cada Eucaristía?


3.- Eucaristía es alimento. Y un alimento de cada día como es el pan, que así llama Jesús a su carne dada en comida, pan que no es alimento de las fiestas, el alimento de sólo los domingos. Es ese alimento que llega todos los días a nuestras casas.

No creéis que llevamos un cristianismo de medio pelo, tuberculoso, tísico, anémico y tantas veces vergonzante y tantas veces con razón, porque damos una demacrada imagen de cristianos. Y es que nos empeñado en comer de domingo a domingo, un alimento que según nos lo dejó el Señor es pan para cada día. Tenemos un cristianismo anémico, pero la culpa es nuestra.

Sí. Es alimento que fortalece y quita los pecados, dice santo Tomás de Aquino. Pero no es alimento que nos asimilemos a nosotros y lo hagamos como el alimento corporal, sino al contrario es un alimento que nos asimila y nos mete en la corriente sanguínea del mismo Dios.

Y asimilados todos a Dios, unidos todos a Dios, formamos un solo ser, como los granos de trigo que se recogen esparcidos por las colinas donde nacen y molidos acaban formando el mismo pan. Así todos nosotros, distintos y de muchas partes, unidos en el mismo pan de la Eucaristía, formamos un solo ser.

Por eso Eucaristía y Unidad de todos ha sido siempre hombro con hombro en la Iglesia. Y su hay unidad hay preocupación unos por otros, como los mismos miembros de un mismo cuerpo sienten y se duelen de los dolores de los otros miembros. ¿Y no deberíamos preguntarnos si de cada misa salimos más hermanos unos de otros?

Betania

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