El cardenal austriaco Christoph Schönborn, arcivescovo di Vienna, y el metropolita greco-ortodoxo de Austria, Arsenios, firman pacto histórico para combatir la crisis
GIACOMO GALEAZZICIUDAD DEL VATICANO
«Hay que ir con cuidado con los griegos». Santa alianza por Grecia. El cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, y el metropolita greco-ortodoxo de Austria, Arsenios, estigmatizan en un documento la «superficialidad y la opacidad» con la que la gente de Europa habla de la crisis griega. Este actitud, «peligrosamente errónea», es una «desgracia». El error de Europa, según los dirigentes austriacos de la Iglesia católica y de la Iglesia ortodoxa de Austria, es el punto de vista. «Los que hablan con frivolidad de una salidad de Grecia de la Unión Europea es como si no entendieran que estamos todos en la misma barca con nuetros hermanos y hermanas griegos». Por ello es necesario «un puente de solidaridad» con Grecia. El cardenal y el metropolita critican explícitamente los «prejuicios negativos» sobre los griegosque circulan en relación con la crisis de la deuda. «Todos somos griegos», concuerdan Schönborn y Arsenios, y la Unión Europea debe agradecer a Grecia por la creación del «espíritu europeo». En la misma línea del documento ecuménico austriaco a favor de Grecia, el cardenal José da Cruz Policarpo, patriarca de Lisboa, reunió a las delegaciones de las Conferencias episcopales europeas y de los Patriarcados e Iglesias ortodoxas en el Tercer Forum Europeo católico-ortodoxo, titulado “La Crisis económica y la pobreza: desafíos para la Europa de hoy”. Explica el purpurado portugués: «Somos cristianos en un tiempo en el que el Espíritu del Evangelio debe poder expresarse en una visión cristiana de la persona humana en el discernimiento de los problemas y en la búsqueda de las soluciones que Europa está afrontando a nivel económico, social y, sobre todo, cultural».
«Lo que las Iglesias pueden hacer es ayudar a dar una lectura en clave cristiana de las dificultades, de los problemas y de las soluciones, porque en estos momentos no bastan las soluciones ideológicas. Sirven respuestas concretas. Creo que el mensaje debe ser de confianza: no podemos permitirnos creer que estamos viviendo un momento de desgracia colectiva y, aunque el momento se a grave, debemos tener confianza –observa el patriarca de Lisboa. Pero la confianza supone que las ideologías políticas retrocedan un poco. Para mí, el problema principal es de naturaleza cultural, y, si el problema es cultural, creo que obliga a reflexionar a los que tienen la responsabilidad de orientar la cultura de este pueblo. Las ideas de comunidad y de bien común no se encuentran en los discursos políticos, en la práctica política, en la búsqueda de soluciones». Por ello, «hay que afrontar la realidad. Las diferencias son justas en la democracia, pero todos deben contribuir en la búsqueda de las soluciones por el bien común del país».
El hecho de que los católicos y los ortodoxos se encuentren reunidos en Lisboa para discutir es una señal positiva. «Creo que esta lectura cristiana de la realidad la podemos llevar a cabo juntos –explica al Sir José da Cruz Policarpo. En estos encuentros no se afrontan las cuestiones doctrinales vinculadas con las relaciones entre las Iglesias, sino, como Iglesias europeas, tenemos que dar un mensaje. Juntas podemos estructurar una respuesta cristiana a la sociedad europea». Esta lectura cristiana, según el cardenal: «son la verdad y la dignidad de la persona humana, la generosidad en la búsqueda de soluciones, la superación del egoísmo vivido individualmente pero también como comunidad. Hay una cultura cristiana que se debe expresar hoy en Europa, es la cultura que la ha caracterizado desde sus orígenes. Todavía existe una visión del hombre y de la sociedad que fue echa a un lado por las ideologías que se han sucedido durante estos años. Ha llegado la hora de que los cristianos tomen consciencia de ello y que la vuelvan a poner en práctica».
Vatican Insider
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