Más allá de la comunidad
Los tres jesuitas que dirigen parroquias ajenas a la Compañía alaban a Adolfo Nicolás, nuevo prepósito
Son jesuitas que viven como tal, pero que ocupan responsabilidades diferentes de las de sus compañeros de comunidad. Dos iglesias gijonesas, la de San Juan Bautista, en Tremañes, y la de Santa Olaya, en El Natahoyo, tienen párrocos de la Compañía de Jesús, aunque son parroquias que no pertenecen a la orden.
Un sistema de colaboración con el arzobispado que ha convertido a Gijón en una de las ciudades españolas con más iglesias gestionadas por jesuitas. La implicación de estos curas con los barrios obreros donde viven o, incluso, donde han desempeñado diferentes oficios tiene mucho que ver con su situación. También ellos, como el resto de sus compañeros gijoneses, han recibido con ilusión el nombramiento, hace unos días, del español Adolfo Nicolás como nuevo prepósito general de la orden. Cándido Viñas y Jesús Ángel Fernández son, desde hace tres décadas, párrocos in sólidum de San Juan Bautista, en Tremañes, es decir, comparten la responsabilidad de dirigir la parroquia.
Los dos pertenecen jurídicamente a la comunidad de El Natahoyo, pero viven en la casa parroquial situada junto a la iglesia. «Nos reunimos todos los lunes con el resto de la comunidad en El Natahoyo», asegura Fernández.
Pero lo cierto es que tienen ocupaciones distintas de las del resto de sus compañeros. Tanto uno como otro son ejemplo de lo que en la Compañía de Jesús se conoce como curas obreros.
Son sacerdotes que, además de la formación pertinente, han desempeñado oficios al servicio de la comunidad. Cándido Viñas fue durante muchos años peón de la construcción en la cuenca del Nalón. Su compañero Fernández trabajó hasta 2006 en el mantenimiento mecánico de la central térmica de Aboño. «Algunos van a un club a relacionarse y yo me acercaba a la realidad social en la fábrica», dice Fernández.
Ambos están satisfechos con el nombramiento de Adolfo Nicolás como superior de los Jesuitas. «Es una persona que ha estado en Oriente, universal, estoy seguro de que es un hombre que abrirá mentes en Occidente», asegura.
Semejante opinión mantiene el otro jesuita que dirige en Gijón una parroquia ajena a la Compañía. Santiago de la Fuente, párroco de Santa Olaya, cree que el nombramiento «es acertado». De la Fuente lleva diez años al frente de su parroquia. Y cree que el trabajo a pie de calle es muy importante para los feligreses. «No es precisamente poco trabajo llevar una parroquia», asegura. Por eso, considera que el contacto con la gente es algo fundamental. «Son todos magníficos», dice.
Estos tres sacerdotes elevan a cuatro el número de parroquias dirigidas por jesuitas en Gijón. Las otras dos son la Inmaculada y San Esteban del Mar, que sí pertenecen a la orden de San Ignacio de Loyola. «Es un hecho que no se da en casi ningún otro lugar de España», reconoce Fernández. Y un ejemplo del profundo enraizamiento que la Compañía tiene, desde hace décadas, en la sociedad gijonesa.
Fuente: La Nueva España
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