Jesús les dijo: "Lo que es ustedes, no se dejen llamar Maestro, porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos. No llamen Padre a nadie en la tierra, porque ustedes tienen un solo Padre, el que está en el Cielo. Tampoco se dejen ustedes llamar Guía, porque ustedes no tienen más Guía que Cristo. El más grande entre ustedes se hará el servidor de todos. Porque el que se pone por encima, será humillado, y el que se rebaja, será puesto en alto.
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Aquí Jesús compara los títulos honoríficos con el estatus real del discípulo. Rabí, padre, maestro, eran títulos de honor e invocaban grados de poder sobre las personas. El poder y la influencia del discípulo le llega por su inserción con Jesús, que es Rabí, Padre y Maestro. No tenemos nada que sea nuestro, y en eso radica la grandeza humilde del discípulo.
La oración nos puede alertar donde buscamos nuestro estatus - de personas que reciben honores y son contempladas como importantes en la sociedad, la Iglesia o el trabajo, en vez de buscarlo en nuestra amistad con Jesús.
En la oración podemos pedir ser como Jesús, en sus palabras, su actitud y sus obras.
De Espacio Sagrado
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