El 2 de abril, hace 4 años, murió el Papa Juan Pablo II. Seis días después de su funeral, la multitud pidió su canonización inmediata: "Santo Subito" (santo inmediatamente), exclamaron miles de personas en la basílica de San Pedro.
Un mes más tarde, Benedicto XVI, recién elegido Papa, decide otorgar una exención de 5 años de espera antes de la apertura del proceso. El 10 de junio de 2005, el cardenal vicario de Roma, Camillo Ruini, anuncia la próxima apertura de la causa, en pleno congreso diocesano de las familias en la diócesis de Roma. El anuncio provocó muchos aplausos en la asamblea.
18 días después, el 28 de junio de 2005, se abre oficialmente la causa de beatificación y canonización de Juan Pablo II, en la Basílica de San Juan de Letrán, en las primeras vísperas de la solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo.
Comienza la primera fase del proceso de beatificación, que es la fase diocesana y dos años después, se abre la segunda fase, conocida como la fase romana, consagrada a la elaboración de la Positio super virtutibus, un documento, de alrededor de 2.500 páginas, para reunir pruebas de la santidad de Karol Wojtyla.
Actualmente, este documento está en manos de una comisión de 8 teólogos, quienes juntamente con el Promotor General de la Fe, deben revisarlo y dar su opinión.
Sólo cuando todas las fases serán superadas y concluidas con un dictamen a favor, el Papa podrá expresar su propio juicio y ordenar la promulgación del decreto sobre las virtudes heroicas del Papa Juan Pablo II, proclamándolo “Venerable”.
Monseñor Slawomir Oder, el postulador de la causa, ha dicho que “la causa de beatificación y de canonización de Juan Pablo II avanza de manera rigurosa y según el iter tradicional del proceso canónico”.Para el cardenal arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, amigo y secretario personal de Juan Pablo cuando aún estaba vivo, la espera podría no ser muy larga.
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