Marcos 10: 17-21
Jesús estaba a punto de partir, cuando un hombre corrió a su encuentro, se arrodilló ante él y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué tengo que hacer para conseguir la vida eterna?" Jesús le dijo: "¿Porqué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo Dios. Ya conoces los mandamientos: No mates, no cometas adulterio, no robes, no digas cosas falsas de tu hermano, no seas injusto, honra a tu padre y a tu madre" El hombre contestó: "Maestro, todo eso lo he practicado desde muy joven." Jesús fijó si mirada en él, le tomó cariño y le dijo: "Sólo te falta una cosa: vete, vende todo lo que tienes y reparte el dinero entre los pobres, y tendrás un tesoro en el Cielo. Después, ven y sígueme."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Medito sobre esta escena y pienso qué fué lo que Jesús amó de este joven. Me permito unos momentos para pensar qué es lo que Él ama sobre mí ... y no me muevo hasta que lo encuentro!
Jesús me puede mostrar la única cosa que me impide alcanzar mi libertad. Luego, puedo alejarme, o puedo pedir ayuda para superarla.
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