La agencia Missionline cuenta la denuncia del Consejo misionero interamericano, en recuerdo del primer congreso indigenista
REDACCIÓNROMA
La Jornada del Indígena, que se celebró hace pocos días en Brasil, fue la ocasión para llevar a cabo un balance general sobre la situación de las poblaciones indígenas en el inmenso territorio nacional. Este balance, desgraciadamente, no es positivo.
Según Edina Pitarelli, representante del Consejo Indigenista Misionero (Cimi) Regional Norte 1, la situación actual ofrece más motivos para preocuparse que para alegrarse.
La Jornada fue instituida por un decreto legislativo en 1943, bajo Getúlio Vargasm. Una decisión, recuerda Missionline, para recordad el primer Congreso indigenista interamericano, que se llevó a cabo en 1940. Pero, a pesar de que la atención oficial hacia las poblaciones indígenas tenga una larga tradición, la situación no es alentadora.
Pitarelli recordó que «debemos celebrar la relación afectuosa de los pueblos indígenas con la naturaleza, la madre tierra... porque sin ellos, la situación ambiental sería todavía más grave»; después, advirtió ante el constante empeoramiento de las condiciones de vida de las poblaciones indígenas, sobre todo en algunas áreas del país.
Según la consejera del Cimi, la política de las grandes obras que promueve el gobierno para apoyar el impetuoso desarrollo económico del país es una de las principales amenazas para los pueblos indígenas. Muchas de sus tierras ancestrales son usadas para llevar a cabo megaproyectos hidroeléctricos o mineros, y si, los indígenas tratan de reivindicar el derecho a ser consultados previamente, sus protestas, normalmente, se criminalizan. Algúnos líderes “incómodos” fueron asesinados, como sucedió en Mato Grosso do Sul con Nísio Gomes, asesinado por sicarios en noviembre de 2011.
«Hoy, debemos lamentar el hecho de que el 50% de las tierras indígenas no han sido demarcadas todavía, hecho que habría debido llevarse a cabo con todas las tierras en 1992. Nos entristece y condenamos la PEC 215, que pretende transferir la responsabilidad de la demarcaci’on de las tierras indígenas del gobierno al Congreso nacional, dañando de esta forma los derechos de las poblaciones indígenas. Nos entristece también el modelo de educación, que no respeta las modalidades de organización propias de los pueblos indígenas», afirmó el representante del Cimi
«Las poblaciones indígenas quieren que se respeten sus derechos. Quieren que la Convención 169 de la Organización internacional del trabajo sea respetada, pero lo que se ve ahora es que el gobierno les ignora completamente y no tiene en consideración los derechso de los indígenas», concluyó Pitarelli.
Vatican Insider
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