Entrevista con el misionero padre Gianfranco Testa, que lleva cuarenta años en la región
DOMENICO AGASSO JRTURÍN
«El Padre Gianfranco Testa ha transcurrido casi la mitad de su vida en América Latina, recorriéndola del sur al centro, durante momentos cruciales de su ardua historia», explicó don Ermis Segatti, referente de la diócesis de Turín para la Universidad y la Cultura, en el discurso inaugural de la conferencia «30 años de vida y de fe en América Latina», durante la cual también se presentó el libro autobiográfico de padre Testa «E poi, soltanto un uomo. Una storia vera, di fede, lotta e speranza» (Editado por “Araba Fenice”, con prólogo de don Luigi Ciotti). «Ha vivido bajo las dictaduras – añadió don Segatti – y en plena renovación civil y eclesiástica tras el Concilio Vaticano II»; y fue un «testigo directo de la sangre derramada, de la que también fue víctima».
Partiendo de Bra (Cuneo), «Gianfranco llega a Argentina en el año 1972» cuenta don Ciotti, fundador y líder de «Libera», en el prólogo del libro, «Ese mismo año, un grupo de prisioneros políticos intenta fugarse de la cárcel de Rawson. Seis de ellos lo consiguen. Los demás 19 se rinden, los llevan a la comisaría y al día siguiente son fusilados, sólo tres de ellos sobreviven. El Padre Testa explica que éste se considera el primer acto de un “terrorismo de estado”. Una práctica constante de violencia institucional, de lesión sistemática de los derechos humanos que, durante decenios, ha ensangrentado muchos países del Sur y del Centro América, provocando también oposición y guerrillas armadas, y que Gianfranco – explica don Ciotti – ha vivido muy de cerca, eligiendo “mancharse las manos” con la realidad, entre el pueblo y junto a la gente. Aceptando el riesgo y pagando el precio de la coherencia». El Padre Testa, en efecto, es arrestado y torturado. Pero «la fe permanece siempre al centro de la experiencia de Gianfranco, sosteniéndolo también en los momentos más difíciles». Como cuando, en Argentina, «encapuchado, lo llevan a uno de los infames “vuelos de la muerte”, con los que los militares mataban a los prisioneros y opositores, lanzándolos al océano desde lo alto. En su caso y, justo en el último momento, se salvó».
Tras cuatro años y ocho meses de prisión, es liberado y regresa a Italia: gracias a la intervención del presidente de la República, Sandro Pertini. Sucesivamente viaja a Nicaragua, regresa a Argentina y luego se desplaza a Colombia: en todos estos lugares vive su misión entre las poblaciones pobres, siempre arriesgando su vida, entre muertes y tiroteos.
Vatican Insider ha formulado algunas preguntas al padre Testa en relación con el reciente viaje apostólico de Benedicto XVI a «su» América latina.
¿Cuál ha sido el momento más significativo de la visita del Papa?
(El padre Testa responde enlazando su discurso con la «Teología de la Liberación», la reflexión teológica – iniciada con la reunión del Consejo latinoamericano del 1968 – que tiende a resaltar los valores de emancipación social y política presentes en el mensaje cristiano: las difundidas dictaduras militares potenciaron el empeño de algunos teólogos en la elaboración de propuestas cada vez más radicales para hacer frente al empeoramiento de la crisis política y social latinoamericana. Los contenidos de la Teología de la Liberación a menudo se han encontrado en contraposición con los de la Santa Sede, que en algunos casos adoptó medidas disciplinarias contra sus exponentes).
«¿Escucharon lo que dijo el Papa en México? ¡Habló como un teólogo de la Liberación! Exhortó con fuerza a los Obispos para que se “activen” enseguida y tomen las medidas oportunas para defender a los pobres, y para proteger la vida. La Teología de la Liberación ha sido muy astuta: en lugar de combatir se ha introducido en las jerarquías eclesiásticas, y así ahora se habla mucho más de la defensa de los pobres. Y también se ha introducido en el mensaje del Papa. Insisto: ¡me han entusiasmado las palabras de Benedicto XVI, dirigidas a los Obispos mexicanos! Los ha reprendido lo necesario y les ha recordado la necesidad de que la Iglesia tutele la vida, a los pobres, a la justicia. Esto es lo que ha dicho: y estos son los contenidos de la Teología de la Liberación».
¿Qué ha transmitido Benedicto XVI a América Latina?
«Valor y esperanza. Se ha empeñado en eliminar los bloqueos intelectuales, sociales y políticos que están frenando el gran continente latinoamericano, y ha sabido crear una nueva esperanza. Su comportamiento ha sorprendido una vez más: pocos se esperaban una postura tan determinada en este viaje apostólico y Benedicto XVI, en cambio, se ha demostrado, una vez más, cercano y sensible a la realidad en la que se encontraba. Y esto ha dado un gran valor»
¿Qué representa esta visita apostólica para el futuro del continente de la fe destinado a ser el mayor punto de referencia de la tradición católica?
«Ha sido valiosa y con visión de futuro. Porque América Latina se encuentra en una fase de exploración, es oscilante, incierta en tantos campos – ético, social, político, espiritual – por lo que establecer las pautas fijas, como ha hecho el Papa en México y en Cuba, ha sido fundamental».
Vatican Insider
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