El Papa envió un mensaje para el Congreso Mundial de la Pastoral del Turismo en el que condena los aspectos más aberrantes que tocan este sector: del tráfico de seres humanos a la explotación sexual
ALESSANDRO SPECIALECIUDAD DEL VATICANO
Tener tiempo libre, viajar para ampliar los horizontes, “desconectarse” de la rutina de la vida cotidiana para tener un periodo de pausa y de reflexión: son «oportunidades» que las sociedades contemporáneas más ricas ofrecen para muchos, aunque en realidad es un «derecho» de «todos los seres humanos», especialmente «para los colectivos más desfavorecidos».
En un tiempo de recortes de los servicios esenciales en muchos países occidentales, el Papa Benedicto XVI lanzó hoy un mensaje singularmente particular, reivindicando como «derecho» esa actividad que muchos consideran un lujo.
«El disfrute del tiempo libre y las vacaciones periódicas son una oportunidad, así como un derecho», escribió el Papa Ratzinger en un mensaje enviado al cardenal Antonio Maria Vegliò, presidente del Pontificio Consejo de la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y para monseñor Pedro Pablo Elizondo Cárdenas, obispo prelado de Cancún, la localidad turística mexicana en donde comenzará hoy el VII Congreso Mundial de la Pastoral del Turismo.
El Papa escribió para destacar «tres ámbitos en los que la pastoral del turismo debe centrar su atención. En primer lugar, iluminar este fenómeno con la doctrina social de la Iglesia, promoviendo una cultura del turismo ético y responsable, de modo que llegue a ser respetuoso con la dignidad de las personas y de los pueblos, accesible a todos, justo, sostenible y ecológico». Además, indicó el Papa, el momento de las vacaciones también puede ser una ocasión propicia para la Nueva Evangelización.
El turismo, recuerda Benedicto XVI, es un espacio «privilegiado para la restauración física y espiritual, posibilita el encuentro de quienes pertenecen a culturas diversas, y es ocasión de acercamiento a la naturaleza, favoreciendo por todo ello la escucha y la contemplación, la tolerancia y la paz, el diálogo y la armonía en medio de la diversidad».
La dimensión del viaje permite reflexionar sobre el «otro itinerario, más profundo y significativo, que estamos llamados a recorrer: el que nos conduce al encuentro con Dios. La posibilidad que nos brindan los viajes de admirar la belleza de los pueblos, de las culturas y de la naturaleza, nos puede conducir a Dios, favoreciendo la experiencia de fe, “pues por la grandeza y hermosura de las criaturas se llega por analogía a contemplar a su creador” (Sb 13,5)».
Sin embargo, el Papa recordó que también existen algunos aspectos “oscuros” del turismo contemporáneo: el turismo sexual o el turismo que tiene como finalidad el comercio de órganos, el tráfico de seres humanos. «Desviaciones», indicó Benedicto XVI, «que devastan, desde el punto de vista moral, psicológico y sanitario, la vida de las personas, de tantas familias y, a veces, de comunidades enteras. La trata de seres humanos por motivos sexuales o para trasplantes de órganos, así como la explotación de menores, su abandono en manos de personas sin escrúpulos, el abuso, la tortura, se producen tristemente en muchos contextos turísticos. Todo esto ha de inducir a aquellos que se dedican pastoralmente o por motivos de trabajo al mundo del turismo, y a toda la comunidad internacional, a aumentar la vigilancia, a prevenir y contrastar estas aberraciones».
Pero, a pesar de estos riesgos, el turismo sigue siendo una oportunidad espiritual que no hay que perder de vista. Antes que nada porque el encuentro con la belleza es una de las vías principales que llevan al encuentro con «Dios, la Belleza suprema»; pero también porque, más directamente, el turismo de carácter específicamente religioso es un sector que está teniendo un crecimiento bastante veloz.
Según el Papa, por este mismo motivo «Es importante cuidar la acogida y organizar las visitas turísticas siempre desde el respeto al lugar sagrado y a la función litúrgica para la que nacieron muchas de estas obras y que sigue siendo su destino primordial».
«La nueva evangelización -concluyó el Papa-, a la que todos estamos convocados, nos exige tener presente y aprovechar las numerosas ocasiones que el fenómeno del turismo nos ofrece para presentar a Cristo como respuesta suprema a los interrogantes del hombre de hoy».
Vatican Insider
23 de Abril, 2012. (Romereports.com) Benedicto XVI ha enviado un mensaje a los participantes del VII Congreso Mundial de Pastoral de Turismo que se celebra en Cancún (México) del 23 al 27 de abril de 2012.
El Papa recuerda que el turismo no está exento de peligros ni elementos negativos y denuncia lacras como el turismo sexual, la trata de seres humanos, la compra-venta de órganos y la explotación de menores.
También Benedicto XVI dice que el turismo, junto con las vacaciones y el tiempo libre, es un momento privilegiado para la restauración física y espiritual y posibilita encontrar a personas de culturas diferentes.
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