Hoy, 01 de febrero, la Iglesia celebra la fiesta de SAN RAIMUNDO ABAD DE FITERO quien muriera santamente en un día como hoy del año 1163 en Ciruelos, Toledo, España. Nacido a finales del siglo XI probablemente en Barcelona ó en St-Gaudens-de-Comminges, fue miembro de la Orden Cisterciense, abad del monasterio de Fitero y fundador de la Orden Militar de Calatrava. En 1468, con la autorización del Papa Pablo II, sus restos fueron trasladados al monasterio de Monte Sión en Toledo, España, siendo ahora veneradas en la catedral de esta ciudad. Unidos pues a la familia Cisterciense y a la Iglesia de España, brindemos nuestro devoto aplauso a San Raimundo Abad de Fitero.
Meditación
Mi vida! Cuantos recuerdos se agolpan a mi mente. Desde muy joven amé a la Iglesia y mi servicio a ella empezó en Tarazona, como canónico, con el primer obispo de esta diócesis después que fuera reconquistada a los musulmanes. Pero pronto saltó en mi la chispa de un compromiso mayor, y decidí ingresar a la orden cisterciense. Aquí conocí la paz de Dios. Al poco tiempo me enviaron a España, en donde, bajo la dirección del Abad Durando, fundamos el primer monasterio sobre el monte Yerga. A la muerte de Durando yo ocupé su cargo y fue cuando transferí el monasterio a Castejón y luego a Fitero. Pero dentro de mi corazón veía cada vez con más intensidad la necesidad de defender a la Iglesia de los ataques de los musulmanes. Y la ocasión se me presentó de una manera providencial. En Castilla había un fuerte abandonado en donde por diez años habían estado los templarios, y había sido clave en la defensa de Castilla contra los musulmanes. Uno de mis monjes, ex-caballero, me convenció a defender ese bastión. A mí no me faltaban ganas. Fuimos, pues, al rey Sancio III, hijo y sucesor de Alfonso VII, ante quien nos comprometimos a defender Calatrava con monjes y caballeros reunidos y organizados en una Orden Militar. Ese fue un momento trascendental: así nació la Orden Militar de Calatrava, la que desde sus inicios demostró una gran eficacia en su lucha contra los musulmanes. Solo entonces sentí mi corazón satisfecho al ver que algo importante se había hecho a favor de esta Iglesia que siempre tanto amé
Radio Vaticano
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