El teólogo jesuita bilbaíno Jon Sobrino, ha afirmado hoy en Bilbao que 'no me considero nada sublime, sino normal y, desde luego, no me siento nada aislado ni que vaya por libre, porque a lo largo de estos 30 años he caminado junto a muchísima gente y mucha gente va por estos caminos'.
Sobrino, quien se encuentra en Bilbao para visitar a su hermana y dar una conferencia bajo el título 'Fuera de los pobres no hay salvación', respondió en conferencia de prensa a la invitación que le hizo ayer el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, para que 'repiense lo que se le ha dicho desde la Santa Sede, porque es mucho mejor caminar humildemente en la unidad y concordia de la fe, que ir como un sublime aislado'.
El teólogo jesuita, quien fue amonestado en noviembre del año pasado por el Vaticano por considerar que ciertas opiniones suyas sobre la humanidad y la divinidad de Jesucristo 'no están en conformidad con la doctrina de la Iglesia', también contestó al prelado bilbaíno que 'humildemente tenemos que caminar todos, desde el último sacristán hasta el Obispo de Roma'.
Sobrino, quien fue amigo y trabajó con el también jesuita vasco Ignacio Ellacuría en El Salvador, donde fue asesinado por militares de su Ejército durante la guerra civil que vivió el país centroamericano en la década de los años 80, manifestó también 'comprender' lo que dice Blázquez, y aseguró no tener ningún problema para hablar con el obispo de Bilbao, de quien se consideró amigo, para explicarle 'un poquito más' sus posiciones teológicas o 'preguntarle qué dice usted, monseñor'.
'Si con decir que voy aislado -aventuró- se quiere decir que sea humilde y no soberbio para escuchar lo que dicen otros, tengo que decir que yo he escuchado durante muchísimos años lo que otros teólogos, y también jerarcas de la Iglesia, dicen de mi y he contestado'.
'Roma y los Obispos -explicó-, tienen una responsabilidad formal, pero luego está el mundo de la teología, de las universidades y, para mi, lo más importante, el mundo de la gente, porque a mi lo que más me disgustaría es que la cocinera de mi casa no se fiase de mi o de nosotros', tras lo cual subrayó que 'hay muchas maneras de caminar con otros'.
Sobrino manifestó también que 'el problema no es la Teología de la Liberación, porque mucho antes de que hubiese Teología de la Liberación, Jesús de Nazaret se lió la manta a la cabeza con las bienaventuranzas y con Mateo, 25'.
Tras advertir de que 'el destino de las cosas no depende del destino de las palabras' matizó que 'mucho antes de que existiese la palabra Teología de la Liberación, hubo una palabra en el Exodo cuando se dice que Dios dijo 'he visto a un pueblo oprimido, he escuchado los clamores que les arrancan sus capataces' y, entonces, Dios sigue y usa una palabrita: 'y he bajado a liberarlos''.
Preguntado por su opinión sobre la actual situación de amenaza de ETA de retornar a los atentados terroristas, Sobrino manifestó que 'aunque los contextos de violencia en el País Vasco y los que yo viví en El Salvador son distintos, en cualquier caso lo que hay que hacer es invertir en humanización y en utopías: en pedir perdón y recibir perdón, dejarse perdonar'.
Fuente: El Periodista Digital
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