Wednesday, June 20, 2007

Un momento para la oración


Mateo 6, 5-6
Cuando ustedes recen, no imiten a los que dan espectáculo; les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Yo se los digo: ellos han recibido ya su premio. Pero tú, cuando reces, entra en tu pieza, cierra la puerta y ora a tu Padre que está allí, a solas contigo. Y tu Padre, que ve en lo secreto, te premiará.
¿Qué me estás diciendo Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy

Señor, cuando me enseñas a orar, escucho con mucha atención. Esta es la primera lección: orar en privado, sin ostentación. Dios está más cerca nuestro, que el oído de los labios: no se necesita gritar para ser escuchada(o). Tú lees mi corazón, Señor, y cuando rezo también puedo entreverlo.

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