Cuenta M. Navarrete en El Sur que sabía que tendría que rezar de vez en cuando porque se trata de un centro religioso, pero al joven profesor Paco Prados nadie le advirtió que, además, para dar clases de Música en el Colegio Santo Rosario de Motril tendría que quitarse el 'piercing' que lleva cinco años clavado en su ceja izquierda. Y mucho menos podía imaginarse que algo tan pequeño como este pendiente revolucionaría a un colegio tan grande como el Santo Rosario que tiene gran prestigio y es el más demandado de Motril.
El maestro de 25 años no ha podido terminar sus prácticas en el colegio concertado porque se negaba a quitarse el 'piercing' como le obligaba una resolución votada por el claustro de profesores. El maestro de prácticas llevaba ya dos semanas dando clases en el centro cuando su tutora le pidió que se quitara el pendiente, antes de que la dirección le llamase la atención. Pero Paco Prados decidió dejárselo y asumir las consecuencias. La jefa de estudios sacó al maestro de su clase de Infantil para advertirle que no tenían nada en contra de los 'piercings' pero sí en contra de los 'piercings' en las cejas de los profesores cuando dan clases.
Sorpresa
«Curiosamente me comentó que no se habían quejado los alumnos de ESO sino los de Primaria, dijo que causaba un gran revuelo», explica Prados. El maestro ya había notado que todos los alumnos no dejaban de mirarle sorprendidos. Y es que a ellos no les dejan llevarlos, por lo que el centro considera que es «un mal ejemplo» que sí lo lleve un profesor.
El maestro propuso a la dirección dar una charla a los alumnos para explicarles que él se puso el 'piercing' con 20 años. Pero el centro no lo consideró una solución. El siguiente paso fue el despacho de la directora, Sor Pilar, que reiteró las llamadas de atención. «Le dije que no me lo quitaba por dignidad y porque tengo derecho a mi propia imagen. Además no puedo quitármelo para las clases y ponérmelo después porque se me infecta», añadió. Prados aseguró que, además, le parecía una «tontería» esa prohibición, lo que indignó a la directora que consideró que las opiniones de 33 profesores más la suya, 34, no eran ninguna tontería.
«No me echaron formalmente pero sí me dijeron que me atuviera a las consecuencias y que no podía dar las clases con él, por lo que ya supe que se me habían acabado las prácticas», lamenta el joven. Por su parte, la directora del colegio advirtió que no le importa que denuncie el caso porque cree que el colegio lleva la razón: «Aquí hay que cumplir unas normas». «Es como un padre que fuma y luego prohíbe fumar a su hijo, ¿qué ejemplo les estamos dando si le están viendo a él?, analizó la religiosa.
Asimismo, el delegado de Educación de la Junta en Granada, Antonio Lara, aseguró que la Administración actuará de intermediaria en el conflicto. Lara dijo «desconocer» el caso en profundidad aunque añadió que los reglamentos de los centros «sean públicos o concertados» deben ser cumplidos «para no generar conflictos». Por otra parte, la consejera de Educación, Cándida Martínez, quitó hierro al asunto al apuntar que «sólo es un adorno que corresponde a la identidad del dueño».
Fuente: El periodista Digital
No comments:
Post a Comment