"Por eso estén despiertos, porque no saben en qué día vendrá su Señor. Fíjense en esto: si un dueño de casa supiera a qué hora de la noche lo va a asaltar un ladrón, seguramente permanecería despierto para impedir el asalto a su casa. Por eso, estén también ustedes preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que menos esperan. Imagínense un administrador digno de confianza y capaz. Su señor lo ha puesto al frente de su familia, y es él quien les reparte el alimento a su debido tiempo. Afortunado será este servidor si, al venir su señor, lo encuentra cumpliendo su deber. En verdad les digo: su señor lo pondrá al cuidado de todo lo que tiene."
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Señor, a medida que envejezco, tengo problemas en mantenerme despierto y alerta en cada momento. Comprendo el sentido que tiene vivir en el presente, y reconocer tu Presencia en el Ahora. Aunque no llegaste a la ancianidad, debes haber observado en José, tu padre adoptivo, cómo los reflejos se van apagando. Recíbeme como estoy ahora, Señor; no un sirviente particularmente sabio y leal, sino que uno que sigue mirando hacia adelante, hacia el encuentro Contigo.
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