Un hombre joven se le acercó y le dijo: «Maestro, ¿qué es lo bueno que debo hacer para conseguir la vida eterna?» Jesús contestó: «¿Por qué me preguntas sobre lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Pero si quieres entrar en la vida, cumple los mandamientos». El joven dijo: «¿Cuáles?» Jesús respondió: «No matar, no cometer adulterio, no hurtar, no levantar falso testimonio, honrar al padre y a la madre y amar al prójimo como a sí mismo». El joven le dijo: «Todo esto lo he guardado, ¿qué más me falta?» Jesús le dijo: «Si quieres ser perfecto, vende todo lo que posees y reparte el dinero entre los pobres, para que tengas un tesoro en el Cielo. Después ven y sígueme». Cuando el joven oyó esta respuesta, se marchó triste, porque era un gran terrateniente.
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
Señor, Tú también me presionas aquí. Creo que cumplo con los Mandamientos y mantengo intacta mi imagen de una buena persona. Pero me cuestionas mis amarras con mis posesiones. Preguntas si puedo escuchar el llanto de los pobres, o si sufro por el cansancio de tantas demandas a mi compasión. No deseo una vida ocultando mi culpa; deseo seguirte.
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