EL GUSANO DE SEDA
¿Qué me pone triste? Si ella o él no me quiere, me pongo triste. O cuando alguien me menosprecia en la oficina. Si estoy en paro, estoy triste; o cuando se frustra el fantástico viaje; después de lo que reveló aquel análisis médico o simplemente porque sí, porque estoy deprimido, no sé…
¿Qué me pone alegre? Que me quieran, que tenga éxitos, que me aplaudan y me lluevan en abundancia las cosas materiales…
Soy como un gusano de seda que hila e hila hasta verse atrapado en sus propias impresiones.
Soy un ego que, visto desde fuera, parece una caricatura.
Estoy atrapado por ese modelo de mi mismo: tipo seductor, mujer fatal, escritor de éxito, ejecutivo brillante, vendedor sensacional.
Soltar el modelo es romper la seda que me rodea y descubrir que no hay fronteras, ni límites que me atrapen. Que no he dejado de correr libremente por los campos al gran yo que hay detrás de mi pequeño ego.
Es detrás, detrás de la foto donde tengo que mirar.
* * *
EL COMIC
El día en que te olvidaste que estabas conectado a la divinidad empezaste a dibujarte a ti mismo como el personaje de un cómic.
Con el tiempo te hallabas tan dentro de él que perdiste la capacidad de reírte de ti mismo y de saltar libre entre las cosas. Cada vez que te encerrabas más en tu casa confortable, rodeada de los adornos fabricados por ti mismo, perdías libertad y olvidabas tu última y profunda identidad.
Tendrás que recordar quién eres realmente y saborear esa plenitud que has olvidado.
Entonces tu pequeño nombre, tu ampulosa firma, tu ego, el de fuera, caerán como un antifaz para traslucir a través de tu nombre, tu firma, tu ego el infinito de luz que siempre fuiste. Estabas tan requetebién.
¡Lo que pasa es que no te acuerdas!
* * *
EL VIENTO Y LA HOJARASCA
Los viejos ascetas cristianos decían que es necesario que uno se aniquile a sí mismo. Se iban a cuevas, monasterios y riscos inaccesibles.
Los orientales dicen que el ego no es más que la totalidad de las impresiones que se han juntado no sólo en esta vida, sino a través de muchas vidas.
Hoy nadie cree en un camino negativo de cercenar para crecer, aniquilar para ser.
El pequeño ego tampoco es malo por si mismo.
Tiene también una cara de niño, cuando aún jugaba al aro y no había hecho en ella surcos las arrugas. Esa zona sutil del ego es la que hay que dejar vivir de nuevo para que recupere su real identidad.
Cuando sopla el viento fuerte, el campo se limpia, la hojarasca muerta se va sola.
Pedro Miguel Lamet SJ
Del blog "El alegre cansancio"
21
¿Qué me pone triste? Si ella o él no me quiere, me pongo triste. O cuando alguien me menosprecia en la oficina. Si estoy en paro, estoy triste; o cuando se frustra el fantástico viaje; después de lo que reveló aquel análisis médico o simplemente porque sí, porque estoy deprimido, no sé…
¿Qué me pone alegre? Que me quieran, que tenga éxitos, que me aplaudan y me lluevan en abundancia las cosas materiales…
Soy como un gusano de seda que hila e hila hasta verse atrapado en sus propias impresiones.
Soy un ego que, visto desde fuera, parece una caricatura.
Estoy atrapado por ese modelo de mi mismo: tipo seductor, mujer fatal, escritor de éxito, ejecutivo brillante, vendedor sensacional.
Soltar el modelo es romper la seda que me rodea y descubrir que no hay fronteras, ni límites que me atrapen. Que no he dejado de correr libremente por los campos al gran yo que hay detrás de mi pequeño ego.
Es detrás, detrás de la foto donde tengo que mirar.
* * *
EL COMIC
El día en que te olvidaste que estabas conectado a la divinidad empezaste a dibujarte a ti mismo como el personaje de un cómic.
Con el tiempo te hallabas tan dentro de él que perdiste la capacidad de reírte de ti mismo y de saltar libre entre las cosas. Cada vez que te encerrabas más en tu casa confortable, rodeada de los adornos fabricados por ti mismo, perdías libertad y olvidabas tu última y profunda identidad.
Tendrás que recordar quién eres realmente y saborear esa plenitud que has olvidado.
Entonces tu pequeño nombre, tu ampulosa firma, tu ego, el de fuera, caerán como un antifaz para traslucir a través de tu nombre, tu firma, tu ego el infinito de luz que siempre fuiste. Estabas tan requetebién.
¡Lo que pasa es que no te acuerdas!
* * *
EL VIENTO Y LA HOJARASCA
Los viejos ascetas cristianos decían que es necesario que uno se aniquile a sí mismo. Se iban a cuevas, monasterios y riscos inaccesibles.
Los orientales dicen que el ego no es más que la totalidad de las impresiones que se han juntado no sólo en esta vida, sino a través de muchas vidas.
Hoy nadie cree en un camino negativo de cercenar para crecer, aniquilar para ser.
El pequeño ego tampoco es malo por si mismo.
Tiene también una cara de niño, cuando aún jugaba al aro y no había hecho en ella surcos las arrugas. Esa zona sutil del ego es la que hay que dejar vivir de nuevo para que recupere su real identidad.
Cuando sopla el viento fuerte, el campo se limpia, la hojarasca muerta se va sola.
Pedro Miguel Lamet SJ
Del blog "El alegre cansancio"
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