El pueblo eslovaco ha festejado el vigésimo aniversario de la llamada “Protesta de las velas”. En la misa en la Catedral de san Martín en Bratislava participaron testigos vivientes de la protesta de hace veinte años, como también muchos jóvenes.
El compromiso principal del totalitarismo era someter al hombre a su voluntad. Los fieles de la Eslovaquia rechazaron este modo de vida y organizaron la protesta pacífica con las velas. Su acción fue recibida duramente.
“Nos dieron con la bomba de agua de los bomberos. Después nos fuimos a otra plaza. Pero no regresé, tenía miedo”.“Era hermosísimo que logramos resistir, a pesar de la policía y la bomba de agua”.
Después de la misa solemne, celebrada por el arzobispo Stanislav Zvolensky, se llevó a cabo una marcha con las velas hacia la iglesia de Nuestra Señora, en donde se encuentra el nuevo monumento en recuerdo de este evento histórico.
“Este será el monumento de la gente que no tenía la espada sino la vela encendida. A pesar de todo alcanzaron su objetivo.
El régimen comunista poco después cayó y los derechos religiosos y civiles se restablecieron”.
En la manifestación participó también el comisario europeo Ján Fígel, que agradeció a todos los participantes y organizadores del Viernes Santo de Bratislava.
“Son testigos, testigos de esperanza, de valentía y de fe. Como eran antes, son ahora y lo serán en el futuro. Porque los testigos vivos son muy importantes”.
Después de veinte años vinieron a recordar cerca de dos mil personas la lucha por la libertad de la fe.
“También yo quería hacer ver, que todavía estamos aquí. Nosotros los testigos de estos hechos extraordinarios, acontecimientos de nuestro pueblo fiel a la Iglesia”.
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