Hoy, 30 de mayo, la Iglesia se viste de rojo para conmemorar el martirio de SAN MATÍAS KALEMBA MULUMBA, quién ocurriera en un día como hoy del año 1886 en la colina de Kampala, en Uganda. Nacido en éste país, se convirtió a la religión Católica. En 1964 el Papa Pablo VI le proclamó Santo junto con otros 22 mártires ugandeses en cuyo honor se ha edificado un grandioso santuario en Namugongo, consagrado por el mismo Pablo VI. Unidos pues a la Iglesia de Uganda y a toda la iglesia del frica, que aún sufre y padece sangre por su fe, celebremos con gozo la fiesta de San Matías Kalemba Mulumba.
Meditación
QUERIDO SAN MATÍAS KALEMBA: Al recordar tu vida volvemos nuestros ojos a los primeros momentos de la evangelización de Uganda. Los Padres Blancos habían llegado al país para evangelizarlo teniendo resultados muy positivos, con conversiones y testimonios de vida. El mismo rey, Mutesa, acogió favorablemente a los misioneros. Su sucesor, el joven rey Muanga I, continuó la misma línea, siendo amigo de los padres. Asumió personalmente la tarea misionera y animó a sus súbditos a abrazar la religión católica y dando algunos puestos y dignidades a los mejores católicos. Todo, pues, iba muy bien pero, de pronto, todo cambió. ¿Qué pasó? Un tal Katikiro, consejero del rey, que profesaba odio a los cristianos, porque habían desactivado un golpe de estado que él estaba perpetrando en contra del rey, logró influenciar en el joven Muanga, para que se librase de los cristianos, presentándolos como los principales enemigos del reino. A esto se sumó la moral que predicaban los cristianos que condenaba la homosexualidad, vicio que practicaba el joven rey, incluso con algunos jóvenes cristianos. Muanga cambió radicalmente de actitud. Prohibió a todos sus súbditos seguir la religión cristiana y ordenó el arresto de todos los neófitos. Desencadenó una feroz persecución y él mismo, con su propia mano, llegó a matar a algunos y en todo el país los cristianos fueron sometidos a los más horribles suplicios. Una de estas víctimas fuiste tu, Matías Kalemba, juez y jefe de diversos pueblos, que a la edad de cincuenta años fuiste horriblemente mutilado y dejado morir sobre una de las colinas.
Hermanos: nunca olvidaremos vuestra experiencia porque nos ayudará a comprender cómo las cosas que parecen ir muy bien, pueden repentinamente cambiar, pero allí esta la gloria de Dios
Radio Vaticano
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