Hoy, 29 de Mayo, la Iglesia se viste de alegría para conmemorar el tránsito a Dios de SANTA URSULA LEDÓCHOWSKA, (Julia, nombre de familia) en el aniversario de su santa muerte ocurrida en un día como hoy del año 1939 en Roma. Nacida en 1865, en Loosdorf, Austria, fue fundadora de la congregación de las Hermanas Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús Agonizante. En 1983 fue proclamada beata y en el 2003 Juan Pablo II la declaró santa. Sus restos se veneran en Pniewy cerca de Poznan en Polonia, en la capilla de la casa Madre de las Ursulinas. Unidos, pues, a la Iglesia polaca y a las hermanas ursulinas brindemos nuestro fervoroso aplauso a Santa Ursula Ledóchowska.
Meditación
QUERIDA JULIA: permítenos llamarte así con tu nombre de familia, para recordar algo del camino que recorriste hacia la santidad. Hija de un noble polaco y de una distinguida dama austriaca, muy joven te trasladas con toda tu familia a la fascinante ciudad de Cracovia, en donde descubres que tu camino en la vida se dirigía hacia ese amplio grupo que vivían en la pobreza. Poniendo entre paréntesis tu origen noble, con gran dedicación y desprendimiento te dedicas a atender a las familias más necesitadas, ofreciéndoles lo que podías y, especialmente, tu cariño y preocupación por ellas. Fue precisamente en esta tarea que ocupaba largas horas de tu jornada diaria empezó a arder la llama de la vocación religiosa. A los 21 años te despides de tu familia, e ingresas al monasterio de Santa Ursula de Cracovia tomando el nombre de URSULA. Al poco tiempo, te trasladas a Petrópolis, en Rusia, para atender a las niñas rusas de religión católica. Pero al estallar la primera guerra mundial, te ves forzada a abandonar Rusia y vas a Escandinavia y Dinamarca a fin de recoger ayuda en favor de las víctimas de la guerra. Mientras muchos cerraban sus manos para empuñar las armas, tu las abrías para buscar ayuda y alivio y mientras muchos se refugiaban de los riesgos de la guerra, tu salías al frente en busca de quienes necesitaban auxilio, sin fijarte el bando al que pertenecían. Cuando, por fin, los cañones cesaron de respirar muerte, regresas a Pietrópolis en donde inicias una nueva rama de las Ursulinas del Sagrado Corazón de Jesús agonizante. Entonces los carismas con que Dios te había adornado brillaron con fuerza: educadora, especialmente de las jóvenes, misionera, promotora y pionera del ecumenismo, creadora de un nuevo estilo de vida religiosa y de una nueva forma de apostolado, dirigido hacia los más necesitados. Santa Ursula Ledóchowska, siempre recordaremos las palabras que con tanta frecuencia dirigías a tus monjas: "arda continuamente en vuestros corazones el fuego del amor por las almas. Conducirlas a Jesús y hacer conocer la infinita bondad de su corazón, he aquí el ideal al que tenemos que consagrarnos
Radio Vaticano
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