Hoy, 28 de Mayo, la Iglesia se viste de rojo para conmemorar el nacimiento para el cielo de la BEATA MARGARITA POLE, quien sufriera el martirio por su fidelidad a la Iglesia Católica, un 27 de mayo de 1541 en East Smithfield, Inglaterra. Nacida en este país en 1473, fue integrante de la nobleza de su país y madre de familia. En 1886 el Papa León XIII la proclamo Beata y en 1929 se confirmó su culto. Unidos pues a la iglesia de Inglaterra y a todas las madres que defienden su fe aún a riesgo de su vida, celebremos gozosos la fiesta de la Beata Margarita Pole.
Meditación
Recordar a Margarita Pole es recordar el martirio de una mujer extraordinaria. Sobrina de los reyes Eduardo IV y Ricardo III de Inglaterra, a los 18 años, contrajo matrimonio con un joven de la nobleza, Sir Reginaldo Pole, con quien tuvo cinco hijos. Pero muy pronto quedó viuda, y es cuando el rey Enrique VIII la nombra condesa de Salisbury y tutora personal de su hija la princesa Maria. Uno de los hijos de Margarita llegó a ser cardenal. Hasta aquí todo iba muy bien. Pero la historia tiene curvas insospechadas y la de Inglaterra entró caminos muy escabrosos. En efecto, el rey Enrique VIII, perdidamente enamorado de su amante Ana Bolena, decide contraer matrimonio con ella, y abandonar a su propia esposa. Tal propósito, que no fue aprobado por Roma, es la causa para que el rey decide romper relaciones con la Iglesia de Roma, y rechazar la autoridad del Sumo Pontífice. El mismo se declara en rebeldía, cabeza absoluta de la Iglesia de Inglaterra. Ante tal desconcertante hecho, Margarita, y su hijo, el Cardenal, reaccionan en contra y desaprueban tajantemente este indigno comportamiento real. El Rey, ante esto, muy disgustado por la actitud de Margarita, decide vengarse y la destituye de su cargo de preceptora de su hija Maria y la manda encerrar en la Torre de Londres, en donde, después de dos años de increíbles sufrimientos, ordena decapitarla. Y así, de esta manera, Margarita Pole, pasó a la historia. Y hoy en el día de tu fiesta, nos acercamos para preguntarle: Margarita: ¿cuáles son las enseñazas que podemos sacar de tu vida?. En primer lugar nos enseñas que el brillo de palacio, el prestigio y los títulos nobiliarios, y los halagos, fueron nada para ti en comparación con tu fe, el respeto a la Iglesia católica, el amor al Papa. Preferiste perder todo eso, aún tu propia vida, ante de aprobar un hecho indigno, en contra de tus principios, sea este de quien fuera. Y, al mismo tiempo, nos enseñas tu claridad y valentía de mujer. Los humos de la nobleza, del prestigio y del dinero, no lograron engañarte. Supiste ver con claridad cuáles eran las cosas que se podían aprobar y cuáles las que se debían condenar. Margarita Pole, gracias por tu ejemplo.
Radio Vaticano
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