Al menos 12 personas han muerto en la ciudad sudafricana de Johannesburgo desde el pasado viernes tras una serie de ataques contra inmigrantes. Más de 50 personas fueron trasladadas hasta los hospitales con heridas de bala y de arma blanca. Los disturbios comenzaron hace una semana en el barrio de Alexandra, donde inmigrantes de países africanos vecinos recibieron ataques de grupos de hombres armados con pistolas y barras de hierro que gritaban “echemos a los extranjeros”. Zimbabuenses, mozambiqueños y malauís huyeron a las dependencias policiales y a barrios vecinos.
La policía usó gases lacrimógenos y proyectiles de goma para intentan detener a las bandas armadas que perpetraron ataques contra extranjeros agrediéndoles y saqueando y quemando sus pertenencias. Cinco personas murieron en el área de Cleveland. Dos de ellas fueron quemadas y el resto golpeadas hasta la muerte. También fue atacada una iglesia donde se refugiaban cerca de 1.000 zimbabuenses.
La semana pasada la Iglesia de Sudáfrica condenó duramente los graves actos de violencia contra emigrantes provenientes de Zimbabue, Malaui y Mozambique en la ciudad de Alexandra, un sector pobre cercano a la zona de negocios de Johannesburgo.
A lo largo de la semana bandas armadas con machetes y pistolas perpetraron varios ataques que causaron la muerte de dos personas y dejaron a otras gravemente heridas. “Los recientes ataques contra quienes no han nacido en Sudáfrica generan vergüenza y preocupación”, afirmó Monseñor Buti Tlhagale, arzobispo de Johannesburgo y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de África Austral (SACBC), en un comunicado enviado a la agencia FIDES.
“Los derechos humanos son parte de nuestra dignidad de seres humanos, que nos ha sido dada por Dios. Él nos ha creado iguales y nos ha creado para la vida en comunidad”, añadió Tlhagale.
Desde el fin del apartheid, millones de inmigrantes africanos han llegado a Sudáfrica en busca de trabajo y asilo. Pero muchos les han culpado de los problemas sociales del país, como el alto índice de desempleo, el problema de la escasez de viviendas y uno de los peores niveles de criminalidad del mundo.
Desde el fin del apartheid, millones de inmigrantes africanos han llegado a Sudáfrica en busca de trabajo y asilo. Pero muchos les han culpado de los problemas sociales del país, como el alto índice de desempleo, el problema de la escasez de viviendas y uno de los peores niveles de criminalidad del mundo.
“Nadie tiene el derecho a negar nuestra dignidad donada por Dios ni nuestros derechos humanos, como se vio en la lucha contra el apartheid. Sin embargo, una nueva mentalidad apartheid está asesinando nuestro país y nuestra dignidad”, afirmó el arzobispo.
El presidente Thabo Mbeki dijo que establecería una comisión de expertos para investigar los incidentes violentos. El líder del Congreso Nacional Africano, Jacob Zuma, condenó los ataques. “No podemos permitir que Sudáfrica sea famosa por su xenofobia”, dijo durante una conferencia en Pretoria.
El arzobispo advirtió a los católicos que simpatizan con los violentos: “Seré sincero, pues la situación lo exige. Todos aquellos que participan en la marcha para protestar contra los extranjeros están dando un paso hacia el infierno. Prohíbo a todos los católicos de la archidiócesis ayudar a personas violentas y aprobar su comportamiento. Hago un llamamiento a los católicos y a las personas de buena voluntad de Alexandra a ser los primeros en salir al encuentro y ayudar a quienes han sido tratados tan brutalmente. Pido a la policía que haga respetar los derechos fundamentales garantizados por nuestra Constitución a todos los seres humanos, recordando que nuestro país se enorgullece por velar por tales derechos”.
Por su parte, el obispo Paul Veryn, de la Iglesia Metodista Central dijo a través de la emisora de radio SABC: “Consideramos que la situación se ha vuelto tan grave que la policía no puede controlarla”.
Cruz Roja de Sudáfrica está distribuyendo alimentos y mantas a cientos de inmigrantes atemorizados que se han visto obligados a huir de sus hogares.
República de Sudáfrica
Datos básicos
Superficie: 1.219.902 km2.
Población: 47.428.939 (crecimiento demográfico: 0,9%).
Densidad de población: 38.88 h/km2.
Distribución de la población: urbana (56,9%), rural (43,1%).
Población menor de 15 años: 32,9%.
Población mayor 65 años: 3,2%.
Capital: Tshuane, capital gubernamental; Ciudad de El Cabo, capital legislativa; Bloemfontein, capital judicial.
Gentilicio: Sudáfrica.
Principales lenguas: hay 11 oficiales (sepedi, sesotho, setswana, siswati, tshivenda, xitsonga, afrikaans, inglés, isindebele, isixhosa, isizulu).
Independencia: 1910 (creación de la Unión Sudafricana). 1961 (proclamación de la República). 1994 (Primeras elecciones no racistas).
Jefe de Estado: Thabo Mbeki (desde 1999).
Datos sociales
Esperanza de vida: 48,4 años.
Tasa de mortalidad infantil:66/1.000.
Sin acceso agua potable: 13%
Con saneamiento adecuado: 67%.
Médicos/100.000 hab.: 69.
Infectados VIH/sida: 15,6% de lapoblación entre 15-49 años.
Tasa de alfabetización de adultos:82,4%.Hombres: 84,1%.Mujeres: 80,9%.
Tasa de escolarización (1ª,2ª,3ª)Hombres: 78%.Mujeres: 78%.
Índice de Desarrollo Humano:0,674 (121º).
Mundo Negro
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