Monday, May 19, 2008

Iglesias a la venta en país del Papa


RD/BBC).- Poco ha sucedido del esperado "efecto Benedicto XVI" en la Iglesia Católica Alemana; después de tres años de papado del bávaro Joseph Ratzinger algunos católicos han vuelto a su iglesia, pero muchos más siguen alejándose de ella. Los dos millones de feligreses menos en los últimos 10 años significan menos ingresos para la iglesia y también muchos lugares vacíos en los 24.500 inmuebles que posee la Iglesia Católica en Alemania.

Desde hace años los católicos esperan poder transferir las iglesias a comunidades religiosas cercanas a la suya o a quienes tengan proyectos congruentes con sus ideas, explica Stefan Förmer, portavoz del Arzobispado de Berlín.

"Tenemos el sueño de que se sigan usando como espacios de eventos para que la gente se reúna, no ya en una misa, pero por lo menos en la forma de un museo o una galería de arte, eso sería ideal."

Pero no se puede especular mucho con edificios enormes, de formas inutilizables y de espeluznantes costos de mantención, muchos de los cuales están ligados además a las exigencias y restricciones de ser patrimonio histórico.

Poco a poco la comunidad católica ha debido ceder a sus pretensiones. Hasta ahora más de la mitad de los inmuebles vendidos por la Iglesia Católica han sido destinados a usos comerciales y sólo un tercio a usos deseados por ella.

Compromisos

El monasterio de Geistingen, cerca de Colonia, está siendo transformado en un lujoso complejo de viviendas que ahora se ofrece a inversores como una paraíso para salir de la tensión urbana.
Desde hace décadas sólo 10 monjes habitaban los 10 mil metros cuadrados del monasterio, que ahora debieron repartirse en otros monasterios de la región.

En Frankfurt de Meno la agónica Iglesia de San Mateo se defiende desde hace años de los tiburones inmobiliarios. Entre la Feria y una gran estación de trenes, su destino parecía ser la demolición y la base para un edificio.

Pero finalmente los feligreses lograron que el futuro rascacielos mantenga un gran salón y el campanario de su iglesia, una bastante módica recompensa.

Manos de monja

El bellísimo y ya casi deshabitado monasterio de Arenberg, en Koblenz, estaba destinado a su cierre, pero sus 8 emprendedoras monjas aprendieron las artes del relajamiento y hasta de los masajes para atraer visitantes, con tanto éxito que ahora pueden vivir si la ayuda de la iglesia.
El ejemplo ha sido seguido por otros monasterios, pero de todas maneras está lejos de ser la solución para la mayoría de las edificaciones católicas, que son precisamente iglesias.

El mayor problema para los inversores es que remodelar una iglesia es tan caro como construir un edificio nuevo y muchas de ellas no tienen ni siquiera una arquitectura o ubicación especialmente atractiva.

Pero para los habitantes de muchas ciudades y pueblos alemanes, las iglesias han sido durante décadas y aún siglos una silenciosa y permanente referencia.

Y ni hablar para los turistas en Alemania , que interrogan el fervor y la imaginación de cada pueblo con la manera en que levantaron, decoraron y mantuvieron sus iglesias.

La fe parece estar desapareciendo no ya del corazón de los alemanes, sino en el paisaje de su tierra.
Periodista Digital

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