Al conmemorarse este 26 de Junio el Día Internacional de Prevención de Drogas, el Presidente de la Conferencia Episcopal invitó a tener miradas más amables y humanizantes a quienes sufren los efectos de este flagelo.
El Presidente de la Conferencia Episcopal, Mons. Alejandro Goic, invitó a tener miradas más amables y humanizantes de parte de cada uno de nosotros y de toda la sociedad hacia las personas que sufren las consecuencias del uso problemático de drogas, que en nuestra patria afecta a miles de niños, jóvenes y adultos, hombres y mujeres.
En una declaración titulada "Encuentro de esperanza", destacó que entre las “nuevas pobrezas” de las que nos habla el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia se encuentra esta “insidia de la droga” que afecta a menudo no solamente a quienes tienen carencias económicas sino también a quienes poseen recursos, agobiados muchas veces por el sinsentido de su vida.
Citando la palabra de los obispos de América Latina y el Caribe, el obispo de Rancagua subrayó que los adictos dependientes son uno de los “rostros sufrientes” que “nos duelen” en el continente, porque “el problema de la droga es como una mancha de aceite que invade todo. No reconoce fronteras, ni geográficas ni humanas… La Iglesia no puede permanecer indiferente ante este flagelo que está destruyendo a la humanidad, especialmente a las nuevas generaciones”.
Agrega Mons. Goic que los adictos son personas sufrientes que, habiendo perdido su libertad por la droga, han desarrollado una terrible capacidad de disimular su dolor, viviendo muchas veces una situación de exclusión que se torna cada vez más desoladora y dramática.
"Quienes vivimos en esta tierra solidaria, y en primer lugar los cristianos, no podemos desentendernos de este problema social y dejar abandonados a estos hermanos", enfatizó, al tiempo que invitó a hacer los esfuerzos necesarios para superar esta realidad solidaria y comunitariamente: "Si es verdad que la persona es lo más importante entre nosotros, y a ella queremos atender y desarrollar, no podemos descuidar esta situación que daña a tantos de nosotros y por lo mismo nos daña a todos".
La declaración concluye agradeciendo y estimulando el trabajo de tantas personas que, con gran esfuerzo y sacrificio, buscan dar respuesta a esta dura realidad. Entre ellos mencionó al Consejo Nacional contra los Estupefacientes (CONACE), como a los numerosos organismos de Iglesia, tales como el Hogar de Cristo, la Fundación Don Bosco, la Pastoral Nacional de Alcohol y Drogas, la Escuela de Estudios y Formación en Abordaje de Adicciones (EFAD) y muchos otros, también en organizaciones de Iglesias y comunidades eclesiales hermanas, así como diversas ONG que, desde distintos niveles y ángulos trabajan por la prevención.
También invita a todos a profundizar en las causas que hacen posible este mal más que en los paliativos, para enfrentarlas unidos y con coraje, "convencidos que sólo así podremos superarlo y que en este caminar podemos encontrarnos con el Señor de la Vida y la Historia".
Ver texto declaración
Fuente: Prensa CECh
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