Había un pueblo en un lugar de Andalucía que le llamaban Tuvo, porque allí todo el mundo “tuvo” una finca, tuvo un coche estupendo y tuvo una tía millonaria en América; pero luego se quedó sin nada. Todos seremos vecinos de ese pueblo, a menos que nos desengañemos a tiempo.
Entonces nadie podrá decir de nosotros que “tuvimos” en un tiempo pasado, porque seguimos teniendo nuestro mejor patrimonio, una cuenta corriente que no se devalúa ya que nunca fuimos de verdad propietarios.
Estar y no estar. “Estar en el mundo y no ser del mundo”, en frase de despedida, antes de morir, de Jesús amigo.
No hurtar el hombro a la vida, vivirla a tope, pero no contagiarse de las ideas alienantes y estúpidas de los que acumulan grano creyendo que este invento es definitivo.
La fijación en la cáscara de la vida es un engaño.
Lo decía la vieja canción: “El que tiene un peso quiere tener dos”. Una necesidad genera otras nuevas. Me dirás: Sin deseos, el mundo no se movería, nadie vendería, compraría, construiría. Y yo te digo: Las mejores obras son fruto de gente libre.
Lo que yo busco no es apatía, sino libertad, el dulce e infinito vagabundeo del corazón.
Pedro Miguel Lamet SJ
Del blog "El alegre cansancio"
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