que trabajé con mis propias manos
para conseguir lo necesario para mí
y para los que estaban conmigo.
Siempre les he enseñado
que así se debe trabajar
y ayudar a los que están en necesidad
(Hechos 20, 34-35)
Señor, hoy te ofrezco
el trabajo de mis manos
de mi inteligencia y de mi corazón.
Recíbelo como mi propia ofrensa.
Enséñame a compartir y ayudar
a quienes tienen mayor necesidad.
Amén
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