Thursday, December 21, 2006

Un momento para la oración



Lucas 1, 39-45
Unos días después, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: "¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá."

¿Qué me estás diciendo, Señor?

Pensamientos sobre el pasaje de hoy

La reacción de María a su llamado es extraordinaria. No piensa en sí misma, sino en su prima que necesita ayuda en su embarazo, y acude de prisa, entusiasmada, y saluda a Isabel. Este encuentro es una explosión de felicidad de ambas, colmado con la promesa de una nueva vida.
De Espacio Sagrado

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