Poemas del libro Oficio en mi menor, de Valentín Arteaga Galardonado con el XXVI Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística
(Quito, 12 de diciembre de 2006)
HIMNO
Jn 1, 35-42
Eran las cuatro en punto de la tarde
y se copiaba el sol sobre la mar cuando aquellos discípulos
marcharon tras de Ti. ¿Dónde habitas, Señor?
También nosotros recordamos, Señor, perfectamente
la hora justa, incluso el color de los cielos, el color de tus ojos
y el timbre de tu voz.
La luz marcaba exacta tu ternura. Se pusieron las cosas
a temblar de emoción. Qué tic tac tan profundo en nuestro pecho.
De modo que, discípulos también, como ellos pusimos
nuestros pasos encima de tus huellas.
Qué incendio de alegría quemándonos la sangre.
No fue casual, Señor.
Pasaste por allí con la intención perfecta de encontrarnos.
¿Dónde habitas, Señor? Venid y lo veréis, nos respondiste.
Fuimos y vimos. Se nos grabó para siempre tu mirada.
Y ahora, cuando pasamos por las calles, nos contempla la gente:
Son los que han visto al Señor. En eso estamos.
El corazón nos marca la hora en punto de la felicidad.
Jn 1, 35-42
Eran las cuatro en punto de la tarde
y se copiaba el sol sobre la mar cuando aquellos discípulos
marcharon tras de Ti. ¿Dónde habitas, Señor?
También nosotros recordamos, Señor, perfectamente
la hora justa, incluso el color de los cielos, el color de tus ojos
y el timbre de tu voz.
La luz marcaba exacta tu ternura. Se pusieron las cosas
a temblar de emoción. Qué tic tac tan profundo en nuestro pecho.
De modo que, discípulos también, como ellos pusimos
nuestros pasos encima de tus huellas.
Qué incendio de alegría quemándonos la sangre.
No fue casual, Señor.
Pasaste por allí con la intención perfecta de encontrarnos.
¿Dónde habitas, Señor? Venid y lo veréis, nos respondiste.
Fuimos y vimos. Se nos grabó para siempre tu mirada.
Y ahora, cuando pasamos por las calles, nos contempla la gente:
Son los que han visto al Señor. En eso estamos.
El corazón nos marca la hora en punto de la felicidad.
Hace unos días atrás colocamos en un post una poesía de Valentín Arteaga
No comments:
Post a Comment