Serán en total 400 millones de dólares los invertidos en la primera ciudad católica del mundo. Situada al suroeste de Florida (EE.UU.), ofrecerá los servicios de seguridad, atención médica y legal, gracias al apoyo de los condados vecinos (Collier Country, Immokalee, Naples Community) quienes miran con esperanza a Ave María Town.
Todos los conceptos buscarán transmitir el genuino espíritu católico: las escuelas, los campos de golf, un centro recreativo, el parque de agua, el centro comercial con sus cinemas, restaurantes, librerías y cafés. Todo hablará de Cristo y su evangelio.
Cuando el tranvía comienza a recorrer las calles de Ave María encuentra a su paso los nombres “Avila”, “Assisi”, “St Paul”… con el fin de homenajear a los santos. Después, se llega a la Ave María University que brindará una sólida formación ética y religiosa, donde será obligatorio el latín, el gregoriano y los chicos y chicas tendrán dormitorios separados.
En la nueva ciudad, se estará siempre abierto a la vida y se testimoniará el verdadero amor. Por ello se rechaza el aborto, el control antinatural de la natalidad y la pornografía. Llegados este punto, tenemos que respirar un poco y preguntarnos: Pero… ¿esto es real? Claro, tan real como los ladrillos de la catedral, provista para acoger a 1100 fieles en su primera misa (Nochebuena del 2007). Tan palpable como las 200 familias que ya han adquirido su casa. Tan firme como el apoyo de Jeb Bush y las palabras de aliento del Santo Padre.
Por supuesto, no se han hecho esperar las críticas y objeciones: ecologistas, liberales, grupos políticos e incluso creyentes amenazan a Monaghan y su grupo con ir a juicio ante la corte federal. «El bien levanta polvo. Algunos no resisten y abandonan la obra; otros perseveran, sacudiéndose las sandalias». Ave María será posible dado que le sostiene el mejor de los motivos: «Mi meta es que el mayor número posible de personas llegue al cielo», dice Thomas Monaghan.Michael Galligan-Stierle, vicepresidente de la Asociación de Colegios y Universidades Católicas decía: «Sería grandioso, tremendo, el tener tan sólo cinco ciudades como ésta; sólo cinco».
Ave María tiene capacidad para 25, 000 residentes de todos los credos y culturas, porque no se trata de un aislamiento católico ni de un bunker elitista. Ave María es una apuesta por los valores, por un renacimiento moral y religioso ¡Aún hay mucho por luchar y no todo está perdido! En estos tiempos como en los de San Agustín, «si dices basta, haz perecido».
No comments:
Post a Comment