Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo Único, para que no perezca ninguno de los que creen en él, sino que tengan vida eterna. Porque Dios no mandó su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él.
¿Qué me está diciendo el Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
· Dios mío, ayúdame a recordar esa promesa. Tú amas al mundo: no una sola nación, sino que todo el planeta y todos los que lo habitan, y lo has hecho desde el principio de los tiempos. Amas al mundo, no para dominarlo o poseerlo, sino que para darle vida y la capacidad de disfrutarla.
No comments:
Post a Comment