Sunday, January 27, 2008

Pueblo Mapuche: “El momento para saldar la deuda con el pueblo mapuche es ahora”

Obispo de Chillán, Carlos Pellegrin
Ayer por la tarde, el obispo de Chillán, Carlos Pellegrin Barrera, visitó por segunda vez en el hospital de Chillán a la comunera mapuche Patricia Troncoso (la “Chepa”), quien cumple hoy 109 días en huelga de hambre.
Feliz por la misión de guía espiritual que le ha encomendado la Conferencia Episcopal, el prelado reconoce eso sí que no se trata de una tarea fácil, pues el conflicto mapuche es un tema que ha estado por mucho tiempo en la oscuridad.
Ha sido “olvidado”, si se quiere decir, por las autoridades, y ahora, con los incidentes ocurridos en el último tiempo (la muerte del joven Matías Catrileo y la toma de la Catedral de Concepción, entre otros) adquiere mayor cobertura, situándose como una de las prioridades del Gobierno.
En este contexto, la Iglesia, fiel a su condición de mediadora por excelencia, es sin duda la que más ha logrado avanzar en el conflicto, que no sólo se expresa a través de una mujer que puede perder la vida o de un grupo de manifestantes, sino también por medio de la ilegitimidad de una ley antiterrorista creada en dictadura y de una deuda cultural con nuestra etnia originaria que no ha sido saldada.
En su condición de pastor, monseñor Pellegrin conversó con LA DISCUSIÓN sobre la situación de la “Chepa”; la actitud del gobierno y la reivindicación de los derechos del pueblo mapuche.
MAYOR FLEXIBILIDAD
- Usted ha visitado dos veces a Patricia desde que llegó a Chillán. ¿Cómo la ha visto?
- La primera vez compartí con Patricia prácticamente una hora. Ella tiene una larga historia de entrega hacia la causa mapuche, sin ser ciento por ciento de esa etnia. Yo la vi muy bien. Me llamó la atención su gran espiritualidad, es una mujer católica que encuentra en Cristo su fuerza. De hecho, de joven consideró ingresar a un instituto secular. Estudió Teología, por lo tanto la fe es parte de su vida. Yo la escuché como pastor de una Iglesia que tiene que estar al servicio de todos. Nosotros siempre hemos querido apoyar la causa de los pueblos originarios que han sufrido muchas injusticias, mucha postergación y que todavía son discriminados.
- En ese sentido, ¿considera que el accionar del Gobierno, en orden a encontrar una solución, ha sido un poco lento?
- Soy un convencido de que todos los problemas humanos se solucionan con el diálogo. Desgraciadamente, el gobierno ha mantenido una actitud bastante dura e inflexible respecto del tema de Patricia, algo que refleja un problema mucho más grande, mucho más profundo. Si esta actitud permanece en el tiempo, creo que será muy malo para Chile, ya que dividirá a su gente. Sin embargo, hay signos de que las autoridades están interesadas en abrirse y cambiar esa actitud. Creo que la gestión de la Iglesia, principalmente a través de sus obispos y pastores, ha sido clave en este momento histórico de Chile. Existe un intercambio diario, permanente, varias veces al día, para poder lograr flexibilidad por parte del Gobierno. Ellos nos tienen confianza y han cedido en varios puntos, pero no pueden pasar por encima de las leyes. Honestamente creo que hay buena voluntad.
Si bien Patricia ha puesto el tema mapuche en el tapete a través de su huelga de hambre, que por cierto, no es el ideal para presentar una causa, hay que tomar conciencia que no se puede responder a este incendio en particular, sino encontrar puentes de diálogo que proyecten una solución a largo plazo, y en ese sentido, siento que falta, por parte del Gobierno, mayor flexibilidad.
- Desde el punto de vista espiritual y católico, ¿puede llegar a ser válida la huelga de hambre como medida de presión?
- La utilización de la huelga de hambre a lo largo de la historia puede llegar a ser válida en la medida que ésta no arriesgue la vida de la persona. No comer, obviamente produce un daño, razón por la cual desde hace bastante tiempo, pastores de la Iglesia -entre los que me incluyo- hemos estado invitando a Patricia a deponer su ayuno. Ella debe entender que nosotros somos, como dice San Pablo, templo del Espíritu Santo. Creo que ha llegado la hora de que Patricia desista de la huelga de hambre, porque ya ha hecho todo lo que ha podido para instalar el tema mapuche en la contingencia. Debe entender que no es la única que va a resolver los problemas, porque si muere no le va a hacer un favor a la causa mapuche; por el contrario, va a haber más violencia, más muerte y más separación.
- ¿Fue un error trasladarla hasta Chillán?
- Desde un comienzo he planteado que sí. Creo que hubo una falta de comunicación, pues según entiendo, ni las autoridades regionales sabían de la decisión. Ésa no es la forma de encontrar caminos de encuentro.
- ¿Cree que fue una estrategia para alejar la presión de Santiago y Temuco?
- Sería muy subjetivo hacer un análisis. No quiero ser injusto. Entiendo que las razones para trasladarla fueron de peso, y quiero creer que la intención fue que ella estuviera más cerca de su familia y más tranquila, alejarla de las presiones, porque hay que reconocer que no son pocos los que estarían felices de que ella muriera, porque tendrían una mártir.
Hay extremistas al interior del movimiento mapuche que no están buscando el diálogo, sino por el contrario, animar cada vez más una lucha violenta.
EL MOMENTO ES AHORA
- Se ha especulado acerca de la visita del presidente de la Conferencia Episcopal, Alejandro Goic. ¿Es eso efectivo?
- Desde la Conferencia, las personas que han llevado el tema mapuche han sido el obispo de Temuco, monseñor Manuel Camilo Vial y Alejandro Goic, cuando ha habido que emitir declaraciones. En la diócesis de Chillán, la autoridad máxima es el obispo, sin embargo, ha sido un trabajo en familia. Yo he estado en permanente contacto con monseñor Goic; en un principio se consideró su venida, pero luego se desistió, porque la compañía espiritual que ella requiere se la estamos entregando acá. Personalmente, me siento muy feliz de poder asistirla y para intensificar la compañía, he nombrado un delegado, el padre José Luis Ysern, quien ha estado a nombre del obispo en muchas gestiones, junto al párroco de Chillán Viejo y capellán del hospital, padre Fernando Varas.
- Se habla de que el conflicto mapuche no pasa sólo por devolver tierras, sino por saldar una deuda cultural con esta etnia. ¿Qué opina al respecto?
- A lo largo de la historia ha habido luces y sombras. Se ha hecho mucho, pero quedan situaciones pendientes. Hay juicios que han devuelto tierras a los mapuches, pero eso hasta el día de hoy no se ha llevado a la práctica; ha habido compra de terrenos totalmente legales, eso está bien; pero también ha habido particulares que han usurpado territorios indígenas que pertenecen a comunidades. Mientras estas injusticias persistan, el pueblo mapuche va a estar herido, por lo tanto, es una deuda que hay que saldar, y éste es el momento adecuado para hacerlo, ahora que estamos en democracia.
(Isabel Charlin Reyes).
Fuente: la Discusión de Chillán

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