El biblista latinoamericano Carlos Mesters es el autor del siguiente decálogo para orientar la lectura orante, personal y diaria de la Biblia:
1.- Al comenzar a meditar la Palabra de Dios, invoca al Espíritu Santo, ponte en profunda actitud de escucha y oración.
2.- Lee el texto elegido despacio, lentamente y con toda la atención posible.
3.- Una vez leído el texto, haz silencio interior, sin prisas, procurando recordar en la mente y en el corazón lo que has leído.
4.- Reflexiona y mira con profundidad el sentido de cada una de las frases y de las palabras leídas.
5.- Degusta la Palabra, rúmiala, actualízala y relaciónala con la vida. Está también escrita para ti. Para tu situación personal y de cada día y circunstancia.
6.- Amplia la visión y comprensión del texto leído con otros pasajes de la Biblia.
7.- Párate a contemplar en silencio orante la Palabra y vuelve a leer el mismo, rezándolo y respondiendo a Dios que te está hablando.
8.- Formula un compromiso de vida.
9.- Reza un salmo apropiado al texto leído y contemplado y ora con ellos.
10.- Cuando vayas a concluir tu lectura orante, personal y diaria de la Biblia, elige del texto de cada día una frase. Intenta memorizarla. Que sea tu lema de esa jornada.
Todos necesitamos palabras de vida, de luz, de esperanza y de paz. Y resulta que estas palabras las tenemos en la Palabra, en la Palabra de Dios. Aprovechémosla.
2.- Lee el texto elegido despacio, lentamente y con toda la atención posible.
3.- Una vez leído el texto, haz silencio interior, sin prisas, procurando recordar en la mente y en el corazón lo que has leído.
4.- Reflexiona y mira con profundidad el sentido de cada una de las frases y de las palabras leídas.
5.- Degusta la Palabra, rúmiala, actualízala y relaciónala con la vida. Está también escrita para ti. Para tu situación personal y de cada día y circunstancia.
6.- Amplia la visión y comprensión del texto leído con otros pasajes de la Biblia.
7.- Párate a contemplar en silencio orante la Palabra y vuelve a leer el mismo, rezándolo y respondiendo a Dios que te está hablando.
8.- Formula un compromiso de vida.
9.- Reza un salmo apropiado al texto leído y contemplado y ora con ellos.
10.- Cuando vayas a concluir tu lectura orante, personal y diaria de la Biblia, elige del texto de cada día una frase. Intenta memorizarla. Que sea tu lema de esa jornada.
Todos necesitamos palabras de vida, de luz, de esperanza y de paz. Y resulta que estas palabras las tenemos en la Palabra, en la Palabra de Dios. Aprovechémosla.
Ecclesia Digital
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