Hoy 17 de Mayo, la Iglesia conmemora el tránsito a Dios de SAN PASCUAL BAYLON, quien muriera en un día como hoy de 1592 en Vila Real, cerca de Valencia en España. Nacido en 1540 en Torre Hermosa, en el Reino de Aragón, fue religioso de la Orden de los Franciscanos Descalzos. En 1618 fue beatificado por el Papa Pablo V y en 1690 canonizado por el Papa Alejandro VIII. En 1897 el Papa León XIII lo proclamó patrono de todas las asociaciones y congresos eucarísticos. Durante 1996, más de cien mil devotos de todo el mundo vinieron a Vila real para visitar su Santuario, en donde se conservan y veneran sus reliquias. Unidos, a cuantos profesan especial devoción por la eucaristía y a los franciscanos descalzos, brindemos nuestro sincero aplauso a SAN PASCUAL BAILÓN.
Meditación
QUERIDO SAN PASCUAL BAYLON: recordar tu vida es ver al humilde "fraile laico" que no se sintió digno de acceder a la orden sacerdotal, pero que amó ardientemente la eucaristía. Tus padres, muy pobres, te encaminaron al trabajo desde tierna edad, mandándote tras el rebaño de familia y más tarde como aprendiz de un rico ganadero. Lejos del bullicio humano, transcurrías horas enteras en oración, privándote de la comida para mortificar tu propio cuerpo, que sometiste con frecuencia a dolorosas flagelaciones. A los dieciocho años pides ser admitido en el convento de Santa Maria de Loreto de los franciscanos reformados de Alcántara, pero te lo negaron. Al mismo tiempo, rechazas una conspicua herencia que te dejó un rico ganadero de la zona, Don Martín García. Mientras pastoreabas el rebaño no lejos del convento, caías en éxtasis cuando escuchabas la campanilla de la elevación. Por fin la fama de tu santidad y algunos prodigios realizados te abrieron las puertas del convento, dónde pudiste emitir los votos religiosos como "hermano laico". Fuiste de veras "pentecostal", es decir favorecido por extraordinarios regalos del Espíritu Santo, entre los que sobresalió la sabiduría innata. Iletrado, transcurres los años de tu vida religiosa desarrollando la modesta tarea de portero. Pero eres considerado "teólogo" de la eucaristía, no sólo por las disputas que sustentas con los calvinistas de Francia, durante un viaje a París, sino también por los escritos que dejaste, una especie de compendio de los mayores tratados sobre la eucaristía, que fuera el centro de tu intensa vida espiritual. Tus biógrafos cuentan que durante tus exequias, estando ya entumecido por la muerte, reabres los ojos para fijarlos en el pan y el vino del banquete eucarístico, dando así un último testimonio de tu fe y amor por el divino sacramento.
Radio Vaticano
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