Sunday, May 25, 2008

Rastrear la “Presencia”

Confieso que me da pavor esto de los blogs. Tengo una web (www.pedrolamet.com), que viene a ser una antología viva de lo que escribo y pienso. Pero los blogs, desde que nacieron, se me antojan un tanto basureros de gentes insatisfechas, que vuelcan, sobretodo en los comentarios, su subconsciente peor sin límite ni medida. Por otra parte, si el periodismo es el mundo de lo efímero, este es el de lo instantáneamente perecedero.

Pero mi obligación y amistad hacia uno de los pocos oasis de libertad que quedan en la Iglesia española, el grupo de 21rs, me empujan a probar qué pasa,e intentar iluminar desde mi rincón.
Yo nací a las letras como poeta y poesía ha intentado ser siempre –aunque suelo decir que “poesía en calderilla”- el fondo de todos mis escritos, incluso el periodismo de frontera en el que batallé duramente años atrás, en tiempos en los que el bendito Juan XXIII abrió las ventanas al aire fresco la Iglesia. Hoy las cosas son muy distintas. Sigue por ahí la caza de brujas y un cainismo que no ayuda a dialogar, sino que fomenta el insulto y la bellaquería.Intentaré aquí arrojar mi pequeña luz sobre tanta sombra. Adelanto que estoy cansado de batallitas y que mi ocupación fundamental hoy día es escribir serenamente libros,sobre todo de creación o recreación literaria.

Veremos si soy capaz de tener al día este blog. Por probar que no falte.Eso sí, me da miedo el tupido bosque de ideas que inunda internet, donde resulta difícil separar trigo de cizaña. Si te ayuda leerme, lee. Si no,cliquea otros lugares que te abran caminos.

Por eso he titulado este blog como mi primer libro de poemas, publicado cuando era un jovenzuelo en 1960, “El alegre cansancio”. Y por eso, comienzo esta andadura con unos viejos versos, que en forma de oración creo que recogen mi actitud ante la vida.

Saberte

Dame, Señor, la sencillez de espíritu,
la del alma dormida en su silencio,
abierta a todo con grandes ojos niños.
No quiero ya mi voz. Ni mi palabra llena.
Me aburre estar conmigo,tan atento,
seguro de una luz sin ti perdida.
Así impotente, sólo, casa hueca,
va a colmarse tu voz de resonancias
familiarmente puras y serenas.
Dame, Señor, el abandono firme
ante el futuro ignoto y tu aventura
soñada tantas veces en secreto.
Estoy contigo. Piensa cuanto quieras
para hacerme sufrir o para verte.
Bien sé que lo prepara tu ternura.
Hazme a diario un pobre sorprendido
de cada hoja, de cada mano abierta,
tendida a la penumbra de mí mismo.
Viviré así este miedo más alegre,
con un verbo, no más,entre mis labios:
Saberte junto a mí,Jesús… saberte.

Espero ir recogiendo aquí esas sorpresas de la vida y de los hombres intentado descubrir la Presencia en mediode la ausencia; la paz entre las guerras; la alegría en el fondo de la sordidez.
Si puedes, mírame como un amigo.Siempre he luchado, a veces con sangre, por la libertad de expresión. Pero adelanto lo siguiente sin dudarlo un momento: Si al final este va ser un lugar de insultos y vertedero de vulgaridades, cerraré mi blog sin más.
Vuestro
Pedro Miguel Lamet
Del blog "El alegre cansancio"

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