Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos mientras se dirigía a Jerusalén. Alguien le preguntó: "Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvarán?". Jesús respondió: "Esfuércense por entrar por la puerta angosta, porque yo les digo que muchos tratarán de entrar y no lo lograrán. ¡Qué sorpresa! Unos que estaban entre los últimos son ahora primeros, mientras que los primeros han pasado a ser últimos".
¿Qué me estás diciendo, Señor?
Reflexiones sobre la lectura de hoy
La salvación es un regalo de Dios y no el derecho de un grupo determinado.
La puerta puede ser angosta; pero la multitud del Reino de Dios será enorme.
La llave para entrar al Reino es vivir en el espíritu del Evangelio, y en la misericordia de Dios por las ocasiones en que no hemos vivido así.
En oración podemos ofrecernos a Dios, y entregarle nuestros principales deseos y deudas de nuestras vidas, esperando su juicio definitivo.
Espacio Sagrado
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