CIUDAD DEL VATICANO, 31 OCT 2008 .-El Papa recibió hoy a los miembros de la Pontificia Academia de las Ciencia, que celebran su sesión plenaria del 31 de octubre al 3 de noviembre sobre el tema: “Perspectivas científicas sobre la evolución del universo y de la vida”.
El Santo Padre afirmó al inicio de su discurso que tanto Pío XII como Juan Pablo II pusieron de relieve que “no existe una oposición entre la comprensión por la fe de la creación y la evidencia de las ciencias empíricas. La filosofía, en sus primeras etapas, había propuesto imágenes para explicar el origen del cosmos sobre la base de uno o más elementos del mundo material. Este génesis no se consideró una creación, sino más bien una mutación del origen del mundo”.
“Para desarrollarse y evolucionar, el mundo debe ser en primer lugar, y por tanto tiene que proceder de la nada para poder ser. Es decir, debe ser creado por el primer Ser, que es tal en esencia”.
“Señalar que la fundación del cosmos y su evolución es la sabiduría providente del Creador, no significa -continuó Benedicto XVI- que la creación tiene que ver solo con el inicio de la historia del mundo y de la vida. Implica más bien que el Creador funda esa evolución, la respalda y sostiene continuamente”.
Tras recordar que Galileo “concibió la naturaleza como un libro cuyo autor es Dios, del mismo modo que Dios es el autor de la Escritura”, el Papa subrayó que “esta imagen también nos ayuda a comprender que el mundo, lejos de ser originado por el caos, se parece a un libro ordenado; es un cosmos”.
“La distinción entre un simple ser vivo y un ser espiritual que es “capax Dei”, indica la existencia del alma intelectiva de un sujeto libre y trascendente. Por eso -terminó-, el Magisterio de la Iglesia ha afirmado constantemente que “toda alma espiritual es creada inmediatamente por Dios -no es “producida” por los padres- y también que es inmortal”. Esto indica la peculiaridad de la antropología e invita al pensamiento moderno al estudio de ella”.
Ecclesia
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