Con muchos elogios y críticas leves, los participantes al Sínodo han empezado a dar respuesta a la Relatio post disceptationem, el informe del relator cardenal Marc Oullet, arzobispo de Quebec y Primado de Canadá. En los momentos de discusión abierta y divididos por grupos lingüísticos, los obispos contestaron las 19 preguntas en discusión.
"Como relator general, el cardenal Oullet hizo un buen trabajo. Reunió todas las contribuciones de los padres sinodales con el tema La Palabra de Dios en la vida y la misión de la Iglesia".
"Fue un informe muy iluminador y claro. Estoy contento de que tengamos la oportunidad de discutir sobre el tema en los pequeños grupos de debate".
El prelado de la ciudad de Quebec fue el encargado de hacer una síntesis de 290 intervenciones y presentarlas a los padres sinodales, delegados fraternos y auditores, con algunos detalles que quedaron fuera.
"Una de las áreas que falta y creo que sería el corazón del Evangelio es la misericordia de Dios y el perdón de los pecados. Y en segundo lugar, ¿por qué es tan difícil entender la Biblia hoy y proclamar la Palabra de Dios con profunda convicción?"
El Secretario General del Sínodo dijo que el Papa Benedicto XVI ha tenido influencia en el informe, particularmente cuando el martes 14 de octubre improvisó delante a la Asamblea.
"El Santo Padre ya hizo un discurso público, la homilía durante la ceremonia de apertura, pero también habló durante las discusiones abiertas. Explicó cómo uno tiene que leer integralmente las Sagradas Escrituras".
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