Este es un espacio para alimentar y vitalizar la dimensión espiritual y humana de las personas comprometidas con la construcción de una sociedad más humana, justa y solidaria. Todos somos peregrinos. "sal de tu tierra, de tu casa y vete a la tierra que yo te mostraré; haré de tí una gran nación y te bendeciré." (Gén. 12, 1 ss)
Friday, December 08, 2006
Carta de un inmigrante
[En el libro “50 cartas a Dios” en el que se publican cartas escritas por diversos personajes a quienes se solicitó cooperación –escritores, filósofas, artistas, religiosas– y dirigidas poéticamente a Dios, la que más me llegó al alma –quiero decir la única– fue esta escrita por un inmigrante que queda anónimo:]
“Te escribo, Dios, sin creer mucho en ti, pero como mi madre cree y es por ella por la que te mando estas líneas, te escribo para pedirte lo siguiente. Dios: sigue permitiendo que mi madre viva en la ignorancia. Por favor. Sigue permitiendo que mi madre no tenga dinero ni papeles para venir a España a visitarme. Sigue permitiendo que continúe creyéndose mis mentiras de que estoy bien, de que la vida me trata como siempre quise, de que estoy rodeado de buena gente y buenas cosas.
Tengo vergüenza. Hace diez años, tal vez más, salí de mi país. Era el aventurero intrépido que se iba a comer el mundo, que iba a sacar a la familia de las estrecheces. Y ahora… dependo de la beneficencia de este Estado que no ha querido reconocerme como ciudadano. Mira, Dios, conmigo no sé por qué te has cebado. Lo acepto. Tomé decisiones equivocadas, me dejé llevar por el brillo de Occidente. Vale. Pero a ella no. Ella perdió un hijo cuando decidí buscar fortuna, y ella sueña con su hijo, respetado en el país que ha conquistado gracias a su inteligencia, gracias a su iniciativa.
Mi madre se moriría si viera mi extrema delgadez y adivinara las enfermedades que me amenazan a diario. Así es que, Dios, sigue alimentando su ignorancia y mi capacidad para mentir cuando la llamo por teléfono una vez al mes y me transformo, por algunos minutos, en el triunfador que ella quiere. Esto, al menos, me lo debes.”
(50 cartas a Dios, PPC, Madrid, 2005, p. 154)
El texto lo encontramos en la página de Carlos Vallés SJ y nos parece adecuado para invitarlos a una reflexión acerca de este tema y el llamado es a pensar en los migrantes que tenemos en nuestro país.
La invitación es también a que opinen al respecto
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