Tuesday, August 18, 2020

Sacerdote de Beirut: Los libaneses ya no pueden más, pero tenemos que darles esperanza

 


Lo que una vez fueron los templos más importantes para la comunidad greco católica de Beirut hoy yacen entre ruinas.

Las parroquias de San Salvador y la de San Basilio, están ubicadas a pocos metros del puerto de la ciudad, donde ocurrió la explosión. Su párroco relata cómo sintió que por un momento el reloj se detuvo.

NICOLAS RIACHY
Sacerdote rito greco-católico en Beirut
“Empecé a llevar a las personas al Hospital que está cerca de mi casa, una de ellas no llegó al hospital, murió. Había también muchos niños y el hospital no se daba abasto. Después fui a mi parroquia y encontré el techo destruido, las puertas abiertas y las personas llenas de sangre”.

Escenario que llenó de dolor a un país que ya sufría una grave crisis. El padre Nicolas dice que además de ayudar a reconstruir Beirut, actualmente la Iglesia tiene el reto de sanar los corazones del pueblo.

NICOLAS RIACHY
Sacerdote rito greco-católico en Beirut
“Las personas ya no pueden resistir la situación. En medio de toda esta crisis económica, el coronavirus y ahora esta explosión. Las personas tienen dos opciones o salen del país a buscar trabajo afuera o mueren aquí. Nosotros como Iglesia estamos 'gritando' para llevar esperanza a estas personas”.

Sobre todo para que los cristianos no abandonen el Líbano. El padre Riachy recuerda que no se puede pensar en un Oriente Medio sin cristianos aunque entiende que este último golpe ha sido muy fuerte para la comunidad cristiana del país.

NICOLAS RIACHY
Sacerdote rito greco-católico en Beirut
“Lloro al pensar que hice el funeral de una niña. La he llamado 'El ángel de la parroquia'. Tenía tres años y era hija única. Es la primera vez en mi vida que hago un funeral de una niña”.

A pesar del dolor y los recuerdos tan amargos, este sacerdote libanés no baja la guardia para dar testimonio de fe en medio de la tormenta. 

NICOLAS RIACHY
Sacerdote rito greco-católico en Beirut
“Hay un sufrimiento muy fuerte, pero como cristianos tenemos que buscar la luz, la resurrección, buscar la alegría y la esperanza. Sin estás cosas no podemos vivir. El hombre, y sobre todo el hombre cristiano, no es solo carne y huesos, el hombre cristiano es un hombre de esperanza”.

Palabras que buscan el milagro de sanar las almas de tantas personas, como un día el propio Jesús lo hizo en esas mismas tierras que hoy lloran y piden socorro.

Daniel Díaz Vizzi
Rome Reports

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