Thursday, April 30, 2020

JESUITAS: Análisis del impacto ecológico del Covid-19 - CPAL


Organizado por: Grupo de ecología de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe (CPAL).

Presentadores: 
- Joaquín Benítez, Director de Sustentabilidad Ambiental, Universidad Católica Andrés Bello (Venezuela).
- Florencia Cordero, Coordinadora de Sustentabilidad Ambiental, Universidad Católica Andrés Bello (Guayana, Amazonía).

Wednesday, April 29, 2020

El Papa advierte en la audiencia general que el “testimonio cristiano” es un “fastidio” para “mentalidades mundanas” por Darío Menor

El papa Francisco, en la audiencia general en la biblioteca del Palacio Apostólico

  • “Tantos cristianos, hermanos nuestros, sufren persecución en diferentes partes del mundo y necesitan nuestra oración y experimentar nuestra cercanía”, dice Francisco en su catequesis

El “testimonio cristiano” supone un “fastidio” para quien tiene una “mentalidad mundana”. En la audiencia general que ofreció este miércoles en la biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano, el papa Francisco dejó esta advertencia al reflexionar sobre la octava y última de las bienaventuranzas, que proclama la alegría que viene de la persecución a causa de la justicia.

Al hablar de la “persecución a causa de Cristo”, que es al final “motivo de alegría y de gran recompensa en los cielos”, el Pontífice presentó varios motivos que llevan a ella y que deben distinguir a los cristianos: la pobreza de espíritu, la sed de santidad, la misericordia, el llanto, la purificación del corazón y las obras de paz.
Los “ídolos y sus estructuras de pecado” presentes en el mundo no pueden permitir “un estilo de vida según el Espíritu de la verdad”, por lo que rechazan la enseñanza del Evangelio, “tachándola como un problema que se debe desechar y arrinconar”. Para quien vive “en función del dinero”, destacó el Papa, resulta “un fastidio” la presencia de quien muestra que la vida puede desarrollarse partiendo de la renuncia y de la entrega. Es por ello que el “testimonio cristiano”, que hace “tanto bien”, supone un “fastidio” para quien tiene una “mentalidad mundana”.

Dictaduras europeas

Ese desafío que plantean los fieles provoca en algunos un “endurecimiento del corazón” que lleva a la oposición e incluso a la violencia. “Llama la atención como en la persecución a los mártires va creciendo la hostilidad hasta llegar al encarnizamiento”, comentó Francisco improvisando sobre el texto que tenía preparado. Puso como ejemplo a las “dictaduras europeas del siglo pasado”.
Para Jorge Mario Bergoglio, esta situación muestra que “la persecución lleva a la liberación interior, que rompe con las ataduras del mundo, produciendo una gran alegría, porque se ha encontrado un verdadero tesoro mucho mayor al que puede ofrecer el mundo”. A continuación pidió a los fieles que recuerden a“tantos cristianos, hermanos nuestros, que sufren persecución en diferentes partes del mundo. Ellos necesitan nuestra oración y experimentar nuestra cercanía”.

Desempleados por la pandemia

En la actualidad son más los cristianos que sufren el martirio que en los primeros siglos de historia de la Iglesia, destacó el Pontífice, invitando no obstante a no caer en una lectura “victimista” de esta octava bienaventuranza al subrayar que “no todo desprecio de los hombres es sinónimo de persecución”.
En su saludo a los fieles de lengua francesa al final de su intervención, el Papa confió a la “misericordia de Dios” a todas las personas “golpeadas por el desempleo a causa de la actual pandemia”. También recordó que hoy se celebra la festividad de Santa Caterina de Siena, patrona de Italia y de Europa. “Le pido que proteja a Italia y a Europa para que permanezca unida”.

Darío Menor
Vida Nueva

Diario del coronavirus 48: el capital existencial por Fernando Vidal



Una de cada cuatro personas en nuestra sociedad no encuentra sentido a su vida. La pandemia no es solo un asunto sanitario, sino que tiene impacto sobre nuestra psicología, nuestras relaciones y nuestro espíritu. El capital existencial de la sociedad ha sido dañado y la pandemia ha revelado los graves problemas que padecía. El capital existencial es el grado de sentido y propósito que las personas y colectivos atribuyen a su vida. Es fundamental porque de él depende todo el resto de valores, relaciones, confianza y disposiciones de una sociedad.

La reconstrucción post-Covid-19 tiene que implicar una reconstrucción moral y existencial de la sociedad. Numerosas personas han podido sentir durante el confinamiento un disruptivo encuentro con lo esencial de la vida y seguramente se habrán preguntado por el sentido del modo de vida que llevaban antes de la pandemia. Muchos se habrán dado cuenta de que vivían en un circuito de hiperactividad que ahora sienten insostenible. Otros se habrán hecho conscientes de que están viviendo la vida de otros, que no están haciendo aquel proyecto que anhelan que sea su vida. Habrá personas a las que la banalidad de la telebasura, los conflictos artificiosos y la lucha por el prestigio les parezca un mundo del pasado tan ridículo que ahora les repugna.
En su conjunto, va a haber una enorme necesidad de procesos de discernimiento para reformar la vida. Las tradiciones de sabiduría, espiritualidades y religiones pueden hacer un gran papel en la reconstrucción post-Covid para ayudar a la gente a reencontrar el propósito de la vida, junto con las redes del bien, voluntariados donde se encuentre el sentido a través del servicio a los otros y otros recursos donde se ofrezca reflexión y cauces para el cambio.
La pandemia y sus males ha puesto al descubierto una enfermedad del alma que padecía un amplio sector de la sociedad y que procedía de las entrañas de nuestra cultura. El malestar de la exclusión social, la destrucción medioambiental y las violencias no es algo meramente colectivo, sino que va formando un vacío y nudo de contradicciones en nuestro interior. El sinsentido, la desvinculación, la superficialidad o el carrerismo van también difractándose en nuestro interior en padecimientos como la depresión, la abulia, los ataques de ansiedad, la angustia, la agresividad, etc. Los males que causaron la pandemia proceden de esas enfermedades del alma y hacer un mundo más seguro y sostenible exige curarlas.
Se han publicado los primeros estudios sobre el impacto de la pandemia y el confinamiento sobre las relaciones y ánimos de la población. El 13 de abril de 2020, la Cátedra contra el Estigma –que dirige Manuel Muñoz, catedrático de la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid–, publicó un ‘Estudio del impacto psicológico derivado del Covid-19 en la población española’, con datos recogidos del 21 al 29 de marzo de 2020. La intención del proyecto es hacer tres olas del mismo.
El dato más impactante es que casi uno de cada cuatro españoles no puede afirmar positivamente que su vida tenga sentido. Además, hay un 56% de la población que no puede afirmar que sienta paz o armonía interior.
Los primeros resultados mostraron que la población se vio alterada psicológicamente por la pandemia y el confinamiento. En resumen, entre un 12% y 20% de la población española encuestada ha sufrido un impacto psicológico severo que se ha manifestado en forma de preocupación, angustia, depresión o abulia. El impacto ha sido mayor conforme los encuestados eran más jóvenes. El 30% de la población española ha tenido algún ataque de pánico y el 54% problemas para dormir. El 15% ha tenido muchos problemas para dormir y el 39% pocos. El 70% se ha sentido nervioso, angustiado o muy tenso en esas tres primeras semanas de cuarentena. El 10% ha sentido esa angustia y tensión casi cada día, el 9,4% más de la mitad de los días y el 51,7% varios días. El 55,4% ha sido incapaz de dejar de preocuparse por la pandemia y sus males. El 15,1% de un modo muy intenso (7,6% casi cada día y 7,5% más de la mitad de los días) Además, el 58% se ha sentido decaído, deprimido o desesperanzado. Le ha ocurrido intensamente a un 12,35 (casi cada día el 6,1% o la mitad de los días el 6,2%) y en varias ocasiones al 45,6%. La desgana y poco interés o placer en hacer cosas ha afectado al 60,2% de españoles. De modo muy intenso al 14,9% (casi cada día el 7,4% y más de la mitad de los días el 7,5%) y le ha sucedido varios días al 51,7%.

El mal de la soledad

La encuesta dedica una sección a la soledad. Se pregunta específicamente cómo siente la soledad desde el 15 de marzo de 2020. En síntesis, la soledad afecta a 2 de cada 5 personas, al menos algunas veces.El 45% de la población española declara que al menos algunas veces siente falta de compañía. El 34% algunas veces y el 11% a menudo. El 53% de los encuestados se siente aislado al menos algunas veces. Se ocurre a menudo al 16% de la gente y al 37% algunas veces. Les ocurre mucho más a los menores de 40 años que al resto de generaciones. El porcentaje de los que se siente excluido es menor: el 25% se siente al menos algunas veces excluido. Se siente excluido a menudo el 5% de la población española y el 20% algunas veces.
Otra sección del estudio informa acerca del apoyo social que tienen los encuestados. El titular es que el 29% de la gente no puede afirmar que pueda confiar sus problemas a un familiar. El 71% de la población española afirma que puede hablar de sus problemas con la familia y hay un 16% que no se pronuncia en un sentido ni en otro. En cambio, hay un 8% que dice que no puede hablar de sus problemas con su familia y un 5% que lo afirma absolutamente. Es decir, hay un 13% de la población que no puede conversar con familiares acerca de sus problemas y otro 16% no puede afirmar que pueda ni lo contrario. Se recibe todavía mayor soporte social de la familia cuando se busca apoyo emocional que cuando se trata de dialogar sobre la naturaleza de los problemas. El 79% de la población española obtiene de su familia la ayuda y el apoyo emocional que necesita. Solo un 9% se manifiesta en el sentido contrario (y el 17% no dice ni que sí ni que no).
Al desplazar el foco de atención al apoyo que se recibe de amigos, el capital social aumenta. El 16% de la gente no puede afirmar que tenga amigos con los que contar. El 85% de los encuestados afirman que pueden hablar de sus problemas con amigos. El 10% no se pronuncia en un sentido ni otro, y solo un 6% no puede confiar sus problemas a amigos. De un modo, similar, el 82% de la gente puede contar con sus amigos cuando las cosas van mal. Solamente un 6% piensa que no puede contar con ellos. Los casados cuentan casi con el triple de apoyo social que divorciados y separados.
Quizás todo ese capital social está relacionado con varios componentes importantes del capital existencial de la gente (el capital existencial es el grado de sentido y propósito que las personas y grupos atribuyen a su vida). El 68% está muchísimo de acuerdo con la afirmación de que tenga una razón para vivir. En términos positivos hay que añadir a otro 21% que afirma que su acuerdo es mucho. Es decir, queel 89% de la sociedad española tiene una razón para vivir. Al otro lado estaría el 3% que se muestra poco de acuerdo con que personalmente tenga una razón para vivir y un 1% que no está nada de acuerdo. En suma, el 4% carece de una razón para vivir. Hay un 7% que no está ni mucho ni poco de acuerdo con que tenga una razón para vivir. El grado de anomía en esta materia podría estar en un 10% de gente en España que no puede afirmar que tenga una razón para vivir o afirma que no la tiene.
El 77% cree que su vida tiene sentido y un 23% no puede afirmar que la tenga. En ese último porcentaje se incluye el 6% que cree que tiene poco sentido y el 2% que dice que no tiene ningún sentido (contestan que están poco o nada de acuerdo con la frase “siento que mi vida tiene sentido”). Al preguntar por la paz o armonía interior, las percepciones están más divididas. El 43% cree que siente paz interior y el 44% que tiene un sentimiento de armonía interior. El 17% y 19% están en los grados más altos de paz y armonía interior, respectivamente. Están muchísimo de acuerdo con las frases “Me siento en paz” y “Tengo un sentimiento de armonía interior”. El 18% declara que no se siente en paz ni tiene armonía interior. El 28% o 29% no puede afirmar que se sienta en paz ni posea ese sentimiento de armonía interior, respectivamente.

En resumen:

  • Del 55% al 70% de los españoles han sentido desasosiego ante la pandemia y sus males.
  • Al 11% le falta compañía a menudo, al 34% algunas veces.
  • El 16% se siente aislado a menudo y el 37% algunas veces.
  • Los jóvenes se sienten mucho más solos que los adultos y mayores.
  • El 13% no puede contar sus problemas a su familia y el 9% no tiene su apoyo emocional.
  • El 6% no puede contar problemas a sus amigos y el 6% no cuenta con su apoyo emocional.
  • El 12% no puede afirmar positivamente que tenga apoyo emocional de familiares o amigos.
  • El 77% de españoles cree que su vida sí tiene sentido y el 84% piensa que tiene un propósito, y el 44% siente paz o armonía interior.
  • El 4% de la población afirma taxativamente que su vida no tiene propósito y el 8% que no tiene sentido. Más de uno de cada diez españoles no cree que su vida tenga propósito ni sentido.
  • Hasta el 23% de la gente no puede afirmar positivamente que su vida no tenga sentido y el 11% que su vida tenga un propósito.
Fernando Vidal

Vida Nueva

Tiempo Regalado: Ingeniería Social. Día 47 por Vicente Niño Orti OP

Ingeniería Social

Día 47 de confinamiento. Miércoles 29 de abril

¿Nos manipulan para que acabemos pensando como los poderosos del mundo quieren? ¿Para que vivamos como más les interesa a ellos? A cuenta de una charla digital con amigos de esta mañana, les lanzo ideas…
No digo como los partidarios de las conspiraciones que esté todo orquestado (también la pandemia) para alcanzar sus objetivos de control político o económico, pero que aprovechando que el Pisuerga `pasa por Valladolid, unos y otros tratan de arrimar el ascua a su sardina, eso sí que es plausible. Que poco a poco van dando pasos para reorganizar nuestra vida, nuestra manera de pensar, nuestra escala de valores, para que vayamos aceptando progresivamente cosas que de golpe jamás asimilaríamos (Popper, Chomsky y Gramsci dixit), y que aprovechan situaciones extraordinarias para dar pasos de gigante, eso también es posible.
Da pavor, y mucho, pensar que en medio de una situación de miedo y de control absoluto de la sociedad por los gestores de la política, habiendo cedido todo a los poderes públicos en aras de la salud y la vida ( y lo hemos cedido TODO), den pasos para reorganizar nuestra forma de pensar y de vivir casi que sin darnos cuenta, a hechos consumados.
Y lo peor es que veo poca dimensión crítica, mucho seguidismo, mucho borreguismo. Veo que cedemos todo y aún quieren más. Veo con temor que esto sea un camino para cambiar nuestra forma de vida, de ver el mundo, de relacionarnos, hasta de pensar, en aras de los intereses de unos pocos… y que no seamos capaces de reaccionar.
¿Soy alarmista? ¿excéntrico? ¿exagerado? Pues espero realmente y por el bien de todos que sí. Pero la Ingeniera Social existe. Leía hoy en el FB de una amiga un texto que aun siendo un texto anónimo y de cadena de redes sociales, -y que algún matiz que otro quizás tendría para mí-,  no me resisto a compartirles, con la esperanza de que nos haga al menos cuestionarnos para que este confinamiento no sea una pérdida de libertad, sino un tiempo que nos ayude a estar aún más vigilantes sobre los que nos gobiernan, recordándoles que son nuestros servidores, no nuestros dueños ni nuestros mentores, ni nuestros educadores sociales ni nada por el estilo, y que lo que necesitamos en esta situación son gestores que busquen el bien común, que hablen menos y hagan más:

- Con la renta mínima, nos hacen dependientes.
- Con el aprobado general, nos hacen ignorantes.
- Con la compra de los medios de comunicación, nos hacen manipulables.
- Con la manipulación de nuestros aplausos, nos hacen entusiastas ciegos.
- Con los Decretos Ley, siguen ampliando sus cotas de poder.
- Con las cuñas en el BOE van erosionando el estado de derecho y la salud de nuestra democracia.
- Con la ocultación de los muertos y del dolor nos hacen ausentes e insensibles a la realidad.
- Con el confinamiento sin horizonte, ni soluciones, nos hacen cautivos, alejados de los demás, rompen nuestra unión y nos hacen más débiles.

Esto se llama INGENIERÍA SOCIAL (la ciencia política ha entendido la ingeniería social como todo programa dedicado a influir en las actitudes, relaciones y acciones de la sociedad de manera que ésta adopte la visión que en cuestión se quiere implantar). Está bien estudiado para conseguir que sigamos callados. Que no sea tarde cuando despertemos de esta pesadilla....
Vicente Niño Orti OP
Vicente Niño Orti, OP, (@vicenior) es fraile dominico. Con formación jurídica y teológica, su campo de estudio es el ámbito de la ética y la moral, en especial social y política. Escritor y columnista, colabora con distintos medios digitales. Actualmente dedicado a la gestión educativa en la Fundación Educativa Santo Domingo como responsable de su Área de Pastoral.
Dominicos

Santa Catalina de Siena



Santa Catalina fue laica dominica. A pesar de su poca preparación se involucró en la convulsa política de su época y el servició a los más necesitados. Mística y Doctora de la Iglesia.

Síntesis biográfica

  Joven, sin preparación académica y mujer: poco significaba alguien con estas características en la Europa del siglo XIV. Pero, Dios, que tiene una especial preferencia por lo pequeño y vulnerable, hizo de Catalina de Siena una ejemplar predicadora del Evangelio.
  Nació en marzo de 1347. Desde los 6 años quiso consagrarse totalmente al Señor. Tras la muerte de su hermana en 1362, decidió no contraer matrimonio y ser laica dominica, que en la época eran conocidas como «Hermanas de la Penitencia de santo Domingo». En 1370 vivió la «muerte mística»: pidió a Cristo que le cambiara el corazón. Desde entonces, su intensa vida de oración se juntó con la atención a los pobres y enfermos.
Reconocida como maestra espiritual, se formó un grupo de discípulos en torno a Catalina. A partir de 1372 fue mediadora en los conflictos civiles y eclesiales en la península italiana. Empezó una amplia producción epistolar. En 1374 fue convocada al Capítulo General de la Orden de Predicadores y se le asignó a fray Raimundo de Capua como acompañante espiritual.
  Ante el creciente conflicto entre el Papa y las ciudades italianas, Catalina se sumergió en la política. Viajó a Aviñón e instó a Gregorio IX a regresar a Roma. Gracias a su labor, el Papa regresó en enero de 1377. La influencia política y religiosa de Catalina creció significativamente. Profesó un profundo amor por la Iglesia. Se sintió llamada por Dios a denunciar la corrupción y promover una vida apostólica y evangélica. Sufrió al ver la consumación del cisma de occidente tras la muerte de Gregorio IX en 1378.
  A pesar de su escasa formación intelectual se sumergió en las profundidades de la mística cristiana. Fue una apasionada predicadora de la cruz. Su libro Diálogo refleja su espiritualidad. Murió el 29 de abril de 1380.

¿Qué nos puede decir hoy?

  Catalina nos recuerda que la vida política no debe estar divorciada de la fe. Respetando la justa separación de lo civil y religioso, los laicos cristianos están llamados a participar en el desarrollo histórica de la sociedad sin renunciar a su condición de creyentes y seguidores de Jesús.
Dominicos

Let the River in por Clara de Juan Bañuelos



La cuarentena nos ha cambiado la vida. Momentáneamente, las costumbres se adaptan a metros cuadrados que se han convertido en un universo entero de la noche a la mañana. Y la naturaleza recupera su terreno. Dicen en los medios que el daño que el hombre le hacía está desapareciendo y se está regenerando. Pero,¿qué sucede con nuestra propia naturaleza? ¿La estaremos recuperando en este confinamiento obligado de reflexión, aislamiento y quietud? Dice la canción que dejemos que el río entre. Dejémonos invadir por La Palabra, por el agua fresca, despojándonos de todo lo cotidiano que nos impide ver cuál es la realidad de nuestro ser.

Dotan (7 layers)

The coldest night came in in Spring
The final frost was laid again
We draft the roof
Froze the shoes
Killed the flowers
And stole the colour from the sun.


Oh let the river in
Burst the dams and start again.
Oh let the river in
The will of men can't hold it in.
Oh let the river in
As the blood beneath my skin.
Let the river in
Nature plays, nature wins.

You held on to my hands like a vice
Turn the screw, turn them white
But there's a point there's a limit where we brake

Couldn't find if it's the quickest way.
So let the river in
Burst the dams and start again.

Oh let the river in
The will of men can't hold it in.
Oh let the river in
As the blood beneath my skin.
Let the river in
Nature plays, nature wins.

Ooooooohhhh

Oh let the river in
Burst the dams and start again.
Oh let the river in
The will of men can't hold it in.
Oh let the river in
As the blood beneath my skin.
Let the river in
Nature plays, nature wins.

Clara de Juan Bañuelos

pastoralsj

La noche más fría llegó en primavera

La escarcha final se volvió a poner
Dibujamos el techo
Se congeló los zapatos
Mataste las flores
Y robó el color del sol.
Oh deja que el río entre
Explota las presas y comienza de nuevo.
Oh deja que el río entre
La voluntad de los hombres no puede contenerlo.
Oh deja que el río entre
Como la sangre debajo de mi piel.
Deja que el río entre
La naturaleza juega, la naturaleza gana.
Te aferraste a mis manos como un vicio
Gira el tornillo, vuelve blanco
Pero hay un punto, hay un límite donde frenamos
No se pudo encontrar si es la forma más rápida.
Así que deja entrar el río
Explota las presas y comienza de nuevo.
Oh deja que el río entre
La voluntad de los hombres no puede contenerlo.
Oh deja que el río entre
Como la sangre debajo de mi piel.
Deja que el río entre
La naturaleza juega, la naturaleza gana.
Ooooooohhhh
Oh deja que el río entre
Explota las presas y comienza de nuevo.
Oh deja que el río entre
La voluntad de los hombres no puede contenerlo.
Oh deja que el río entre
Como la sangre debajo de mi piel.
Deja que el río entre
La naturaleza juega, la naturaleza gana.

Escuchar en tiempos de pandemia por Pablo Guerrero sj



«Los ruiseñores no se dedican a otra cosa que a cantar para alegrarnos. No devoran los frutos de los huertos, no anidan en los arcones del maíz, no hacen nada más que derramar el corazón, cantando para nuestro deleite. Por eso es pecado matar a un ruiseñor». (Harper Lee)
Puedo estar equivocado, pero si algo me ha ido enseñando la vida es que, en toda relación humana, es más importante escuchar que hablar. No se establece un diálogo mejor por el mero hecho de inundarnos de palabras. Esto está muy claro en la oración. No es mejor oración la que se nos llena de palabras... No deberíamos de llenar la oración de palabra «nuestra», sino de escucha de la palabra de OTRO. En la oración, como en toda relación humana, necesitamos una escucha que busque entender, comprender, ser consciente, entablar y consolidar relación, caminar hacia la verdad, construir puentes…

Estamos atravesando unos tiempos que precisan de nosotros escuchar tanto a los que piensan como nosotros como a los que están en nuestras antípodas ideológicas, religiosas, culturales, etc. Son tiempos para leer más de un periódico, sintonizar más de una emisora de radio, más de una cadena de televisión, más de un sitio web… Son tiempos en los que estamos invitados y urgidos a ponernos en disposición de escucha. Pero no todo lo que llamamos escuchar lo es auténticamente. Existen, a mi juicio, al menos cuatro talantes de escucha, cuatro modos de escuchar. En verdad, solo el último merece tal nombre.

En primer lugar tenemos la escucha fundamentalista. Se trata de una escucha blindada, es la de aquel que tiene la respuesta a todas las preguntas. Su esquema mental está cerrado y es el único válido. Lo diferente es peligroso, malo, inútil, falso... No hay lugar para el cambio, para la interpretación. Los que piensan de modo diferente son herejes, heterodoxos, o peor aún, 'modernistas', o 'fachas', o 'antipatriotas', o 'vaya usted a saber qué'.

En segundo lugar podemos considerar laescucha acrítica. Es la del discípulo hacia su gurú, o la del pelotas que quiere medrar ante su superior. Se 'disuelve' la personalidad del que escucha en la del que habla (y manda). Se acata... La única actividad es incorporar el pensamiento de otro: «ya me dirá el padre, o el líder de mi partido, o mi jefe, o mi columnista favorito lo que es verdad y lo que no».

Una tercera manera es la escucha ideológica. Usamos este modo cuando escuchamos para responder, no para comprender. Significa que no estamos realmente interesados en la opinión del otro, sino en lo que le vamos a contestar; no recibimos verdaderamente lo que está diciendo; no dejamos terminar. Ya tenemos la respuesta antes del final de la pregunta...

Y, finalmente, la escucha vulnerable. Es la de quien se deja 'afectar' por lo que la otra persona dice y es... No es tanto una comunicación de «cabeza a cabeza», sino más bien de «corazón a corazón». Intento ponerme en su piel. Dejo que me llegue. [Así es la escucha en la oración, porque la comunicación de Dios es interpersonal. Es de corazón a corazón]. «Uno no comprende de veras a una persona hasta que considera las cosas desde su punto de vista... Hasta que se mete en el pellejo del otro y anda por ahí como si fuera el otro». De esta manera intentaba explicarlo Atticus Finch a su hija Scout en la inolvidable Matar a un ruiseñor.

En tiempos de pandemia sería bueno buscar lo que tenemos en común en lugar de subrayar –desayuno, comida y cena– aquello que nos separa. Nos estamos jugando demasiado personal, comunitaria, global y también eclesialmente como para permitirnos el lujo de no escucharnos.

Pablo  Guerrero sj
pastoralsj

VOCES8 | "Let My Love Be Heard" Jake Runestad | Stiftsmusikfest - Chornacht International 2019


"Let My Love Be Heard" von Jake Runestad 🎶, gesungen vom Vokalensemble VOCES8 (Großbritannien) 👏.
»Chornacht International - Ein Fest des Singens« 🎼 | Stiftsmusikfest Stuttgart 2019 👉

El Papa llama a “la unidad de Europa” para hacer frente al coronavirus



  • Francisco ofrece su misa matutina “para que todos juntos podamos seguir adelante como hermanos” ante las diferencias en la UE para enfrentarse a la pandemia

Con motivo de la festividad de Catalina de Siena, patrona de Europa, el Papa comenzó con una oración dirigida a ella en la misa matutina desde la capilla vaticana de la residencia de Santa Marta, consciente de las diferencias existentes entre los países de la Unión Europea a la hora de responder a la emergencia económica y sanitaria provocada por la pandemia del coronavirus.

Oremos por Europa, por la unidad de Europa, para que todos juntos podamos seguir adelante como hermanos”, expresó Francisco, que no es la primera vez que en estos días hace un llamamiento a los líderes del continente para una respuesta conjunta y solidaria.

Contra la tibieza

Durante la homilía, el Papa aseveró que “no podemos estar en comunión con Jesús y caminar en las tinieblas. O una cosa o la otra”. Así, advirtió de que vivir en la tibieza, en “el gris es peor todavía, porque hace ver que tú caminas hacia la luz y aparentemente te tranquiliza, pero sigues en la tiniebla”. “Todos somos pecadores y podemos decirlo como el que dice ‘buenos días’ y no tener verdadera conciencia de pecado”, alertó por otro lado, que aseguró que “la verdad es concreta”.
No puedes ir a confesarte de una manera ligera sino en lo concreto: he hecho esto, he pensado esto y he dicho esto”, aconsejó el Papa sobre el sacramento de la reconciliación, que invitó a los católicos a tomar como ejemplo la simplicidad y espontaneidad de los niños al pedir perdón: “Los pequeños dicen lo que piensan y dicen. No digamos las cosas de forma acartonada, de tal manera que no se sabe lo que queremos decir”. “Lo que me hace sentir un pecador en serio, es lo que debo decir”, apostilló.

Camino de humildad

“La concreción nos lleva a la humildad. Es la verdadera actitud del pecador que quiere ser perdonado”, insistió, a la vez que apuntó que “no somos pecadores de forma abstracta. El que se cree sin pecado se engaña a sí mismo”.
“Pidamos al Señor la gracia de la simplicidad y que él nos dé la gracia de lo sencillo que da a los niños, que no esconden lo que sienten, incluso cuando se equivocan lo transparentan. Que el Señor nos dé la gracia para tener libertad para hablar, la gracia de conocer quienes somos nosotros frente a Dios”, concluyó.

Vida Nueva

Santa Marta, 29 abril 2020, Papa Francisco


Desde la Casa Santa Marta en el Vaticano, Santa Misa presidida por el Papa Francisco

Tuesday, April 28, 2020

TIEMPO PARA LA MADURACIÓN por Jorge Costadoat sj


No todo es malo. El encierro a muchos ha dado tiempo. Unos se desesperan. Otros comienzan a tostarse. Nada que hacer. Casi nada. Se puede, no obstante cierta exasperación, reflexionar sobre nuestra vivencia del tiempo. ¿Por qué? Porque es pésima.

El capitalismo tiene muchos nombres. Uno de ellos es “economía de la competencia”. La economía que predomina en el mundo nos pone a competir con los más rápidos. ¿Quiénes ganan? Los más veloces. ¡Todo se acelera! Pero la aceleración de la vida nos está matando.

Necesitamos tiempo para ganarle el quién vive a los demás, para quitarles el espacio. El espacio tiene que ser abarcado, copado, lo antes posible. Quien no se apura, pierde tierra, casa, trabajo, mujer, esposo y tantas oportunidades. Dicho al revés, los rápidos se apoderan del planeta. Los más veloces consumen ávidamente. Tragan. El consumo se ha vuelto frenético. Las cosas tienen los minutos contados. Se programa su obsolescencia. Nosotros mismos nos adelantamos al vencimiento de los productos comprando novedades.

Además, nos gusta hacernos presentes a los acontecimientos en tiempo real. Ahora, ya en este instante, queremos saber qué está ocurriendo en China, en Francia, seguir un partido del Barcelona. Las distancias las reducimos a cero. No es posible que otros vean lo que hay que ver sin que lo veamos nosotros. Pasamos así de evento en evento sin aburrimiento posible. Pero de tanta entretención terminamos por perder la capacidad de gozar con serenidad aquellas cosas cuya atención merece, para unos, una hora; y para otros, dos o más. No duramos con esto ni aquello, con esta ni aquel. Mal podemos durar con nosotros mismos.

Pero si nada dura, ni las cosas ni nosotros, ¿hay algo que madure?

El impacto de la “economía de la competencia” es brutal en la psiquis de las personas. ¿Me equivoco? No lo creo. Lo experimento. La aceleración general de la vida carcome las relaciones humanas. ¿Quién puede cargar con los lateros? Pocos, cada vez menos. ¿Soportar a un marido que no aporta, se levanta sin despertador y pasa las horas criticando a los políticos? ¿Quién carga con quién? Muchos. Pero, ¿hasta cuándo? Si nos demoramos con alguien, perderemos.

El impacto en los niños podemos suponer que es enorme. ¿Les enseñan sus padres a esperar? Los niños hoy tienen problemas para madurar. No digo que no lo hagan. Pero les cuesta más que lo que costó a otras generaciones. ¿Aprenderán a retardar la satisfacción de los deseos si todo lo quieren lo antes posible? ¿Si sus padres se lo conceden porque de lo contrario no los sacarán de apuros con la computadora? Las pataletas “la llevan”. El frenesí,
los llorones. Mucho llanto, poco puchero. Las personas inmaduras, las que no duran, se vuelven insoportables y así, insoportables, anticipan el fracaso de un mundo que nos ha sido dado para compartirlo y gozarlo con los demás, pero con calma.

Algo podemos aprender, entre otras muchas otras cosas más, en los encierros que se nos imponen y que responsablemente asumimos. Obligan a aprender ejercicios físicos. Sí. Son útiles para sacar músculos psíquicos. También. Pero sobre todo sirven para unirse espiritualmente con los que, a causa de su lentitud, han quedado abajo del carro de la victoria y de la vida sin más.

Jorge Costadoat sj

Un historiador de la Iglesia afirma que el Vaticano mantiene “ocultos” archivos de Pío XII por Mateo González Alonso



  • La pandemia ha hecho que los archivos vaticanos cierren a los investigadores mientras siga el coronavirus

El historiador Hubert Wolf ha denunciado que el Vaticano tiene oculto un documento clave sobre la política del Papa Pío XII durante la era nazi quepodría explicar por qué el Papa no protestó en voz alta contra el Holocausto. Originario de Münster, Wolf precisa que es un texto de 1942 redactado por Angelo Dell’Acqua, entonces empleado del Vaticano y que más tarde sería cardenal, según ha recogido Katholisch.de.

Un informe de 1942

El historiador de la Iglesia ha afirmado que Dell’Acqua dudaba de la credibilidad de las acusaciones de una organización judía y del entonces arzobispo de Lviv, Andrei Szeptytsky, sobre el asesinato de medio millón de judíos en Ucrania en ese año en cuestión. En dicho texto, el funcionario advertía al papa que algunas de las informaciones de las asociaciones judías o de los católicos orientales podrían contener exageraciones y datos erróneos. Un declaración antisemita que quedó fuera de los once volúmenes de documentación sobre el periodo de la II Guerra Mundial publicados en 1965.
Una vez que la Santa Sede confirmó las cifras por sus propias fuentes no intervino con un pronunciamiento público que podrían respaldar informes con datos falsos elaborados por el gobierno de los Estados Unidos y otras de las potencias aliadas, según el historiador. Esto explicaría el silencio con el que en repetidas ocasiones se ha acusado a Pío XII.
Wolf encabeza un equipo de investigación de siete personas que, junto con muchos otros historiadores del Vaticano, quieren investigar los archivos de Pío XII. Comenzó el pasado mes de marzo, pero ahora la pandemia por el coronavirus ha interrumpido su tarea al tener que cerrarse los archivos. Una investigación, ahora detenida, pero que podría ser determinante para encauzar o tumbar definitivamente el proceso de beatificación del papa Pacelli.

Mateo González Alonso
Vida Nueva

Oración: Si yo no pido tanto


¡Si yo no pido tanto!
Amor es lo que pido.
Briznas de amor para esta sed del mundo,
tan grande y tan sumisa.
Un diminuto amor, pero constante,
que dé su mano al que su mano tienda,
que limpie las miradas y los ojos
llene de dulcedumbre.
Algo de amor en esos corazones
que no aman a los niños,
que son capaces de cegar a un pájaro,
de aplastar las hormigas.
Algo de amor; apenas un murmullo
de amor en cada pecho de criatura
hacia todos los seres,
hacia todas las cosas.
¡Si yo no pido tanto!
 Briznas de amor para esta sed del mundo. 
Ana Inés Bonnin Amstrong
pastoralsj

El arte de recomponer lo roto



Los japoneses utilizan un término difícil de pronunciar –Kintsukoroi– para referirse al arte de recomponer lo roto. Cuenta Carlos López-Otín al respecto: «Cuando se rompe una pieza de cerámica, los maestros de este arte ancestral la reparan con oro, dejando la cicatriz de la reconstrucción completamente a la vista y sin ningún disimulo, pues para ellos una pieza reconstruida es un símbolo perfecto que aúna fortaleza, fragilidad y belleza».


Los primeros cristianos, como los maestros del Kintsukoroi, decidieron también conservar y transmitir la historia de Jesús sin ocultar las muchas rupturas, heridas y traiciones que le acompañaron durante su vida. Podrían haber edulcorado, suavizado o directamente omitido los aspectos más polémicos de sus enseñanzas o los elementos más humillantes de su dramático final.

Sin duda, hubiesen ahorrado controversias y facilitado la aceptación del mensaje cristiano. Sin embargo, no lo hicieron. Al contrario, dejaron las cicatrices de sus heridas completamente a la vista y sin ningún disimulo. Pero lo hicieron no solo por ser fieles a la historia, sino, sobre todo, para mostrar la fortaleza, la fragilidad y la belleza de la reconstrucción obrada por Dios en la resurrección. Convenía mostrar el oro precioso que rellena los huecos entre las piezas rotas, la huella de Dios en las cicatrices de la historia.


La importancia de recomponer lo roto resuena también con el concepto del Tikun Olam (en hebreo, «reparar el mundo»), que expresa la responsabilidad compartida de la humanidad para curar, reparar y transformar el mundo. El concepto conecta con las insistentes exhortaciones de los Profetas de Israel y fundamenta la ética judía de la cual bebe el propio Jesús, buen conocedor de la tradición de su pueblo.
Una de las frases que mejor expresa esta llamada al compromiso con la reparación que brota de la experiencia del Dios creador y anuncia la fe en la resurrección es del profeta Isaías: «Los tuyos reedificarán las ruinas antiguas. Tú levantarás los cimientos de generaciones pasadas, y te llamarán reparador de brechas, restaurador de casas en ruinas» (Is 58, 12).


Pero no podemos olvidar que la restauración siempre es una tarea colectiva. Por ello no es Jesús quien, con sus propias fuerzas, vuelve a la vida tras bajar a los infiernos. Es en gran medida el Padre quien, como experto artesano, tras enviarle y sostenerle a lo largo de su misión, le eleva, le reconstruye y le resucita. La restauración obrada en la resurrección es un trabajo de colaboración, una labor de equipo en la que participa la Trinidad entera. Esa es la razón por la que, para los cristianos, el compromiso con la restauración del mundo es un modo de actualizar la experiencia de la resurrección y de vivir la vocación. El creyente escucha la llamada de los profetas y de Jesús para unirse a la labor del Dios-creador quien, en la resurrección, re-crea de nuevo la humanidad rota.

Los maestros japoneses del arte del Kintsukoroi, como los cuatro evangelistas, dejan la cicatriz de la reconstrucción completamente a la vista y sin ningún disimulo. Lo hacen porque la pieza reconstruida es un símbolo que aúna fortaleza, fragilidad y belleza. Es el símbolo del poder y la belleza que se expresa en la debilidad.
pastoralsj

¿Qué puede venir después del coronavirus? por Leonardo Boff


Muchos lo han visto claramente: después del coronavirus, ya no va a ser posible continuar el proyecto del capitalismo como modo de producción, ni del neoliberalismo como su expresión política. El capitalismo sólo es bueno para los ricos; para el resto es un purgatorio o un infierno, y para la naturaleza, una guerra sin tregua.

Lo que nos está salvando no es la competencia –su principal motor–, sino la cooperación; ni el individualismo –su expresión cultural–, sino la interdependencia de todos con todos.

Pero vayamos al punto central: hemos descubierto que el valor supremo es la vida, no la acumulación de bienes materiales. El aparato bélico montado, capaz de destruir varias veces la vida en la Tierra, ha demostrado ser ridículo, frente a un enemigo microscópico invisible que amenaza a toda la humanidad. ¿Podría ser el Next Big One (NBO), el que los biólogos temen que va a llegar, “el gordo˝, “el próximo gran virus” que pueda destruir el futuro de la vida? No lo creemos. Esperamos que la Tierra siga teniendo compasión de nosotros y nos esté dando sólo una especie de ultimátum.

Dado que el virus amenazador proviene de la naturaleza, el aislamiento social nos ofrece la oportunidad de preguntarnos: ¿cuál fue y cómo debe ser nuestra relación con la naturaleza y, más en general, con la Tierra como Casa Común? La medicina y la técnica, aunque muy necesarias, no son suficientes. Su función es atacar al virus hasta exterminarlo. Pero si continuamos atacando a la Tierra viva, “nuestro hogar con una comunidad de vida única”, como dice la Carta de la Tierra (Preámbulo), ella contraatacará de nuevo con más pandemias letales, hasta una que nos exterminará.

Sucede que la mayor parte de la humanidad y de los jefes de estado no son conscientes de que estamos dentro de la sexta extinción masiva. Hasta ahora no nos sentíamos parte de la naturaleza ni tampoco como su parte consciente. Nuestra relación no es la relación que se tiene con un ser vivo, Gaia, que tiene valor en sí mismo y debe ser respetado, sino de mero uso según nuestra comodidad y enriquecimiento. Estamos explotando la Tierra violentamente, hasta el punto de que el 60% de los suelos han sido erosionados, en la misma proporción los bosques húmedos, y causamos una asombrosa devastación de especies, entre 70-100 mil al año. Esta es la realidad vigente del antropoceno y del necroceno. De seguir esta ruta vamos al encuentro de nuestra propia desaparición.

No tenemos otra alternativa que hacer, en palabras de la encíclica papal “sobre el cuidado de la Casa Común”, una conversión ecológica radical. En este sentido, el coronavirus no es una crisis como otras, sino la exigencia perentoria de una relación amistosa y cuidadosa con la naturaleza. ¿Cómo implementarla en un mundo que se dedica a la explotación de todos los ecosistemas? No hay respuestas listas. Todo el mundo está a la búsqueda. Lo peor que nos podría pasar sería, después de la pandemia, volver a lo de antes: las fábricas produciendo a todo vapor, aunque con cierto cuidado ecológico. Sabemos que las grandes corporaciones se están articulando para recuperar el tiempo perdido y las ganancias.

Pero hay que reconocer que esta conversión no puede ser repentina, sino gradual. Cuando el presidente francés Macron dijo que “la lección de la pandemia era que hay bienes y servicios que deben ser sacados del mercado”, provocó la carrera de decenas de grandes organizaciones ecologistas, como Oxfam, Attac y otras, pidiendo que los 750.000 millones de euros del Banco Central Europeo destinados a remediar las pérdidas de las empresas se destinaran a la reconversión social y ecológica del aparato productivo, en aras de un mayor cuidado de la naturaleza, así como de más justicia e igualdad sociales. Lógicamente, esto sólo se hará ampliando el debate, involucrando a todo tipo de grupos, desde la participación popular hasta el conocimiento científico, hasta que surjan una convicción y una responsabilidad colectivas.

Debemos ser plenamente conscientes de una cosa: al aumentar el calentamiento global y aumentar la población mundial devastando los hábitats naturales, acercando así los seres humanos a los animales, éstos transmitirán más virus a los que no seremos inmunes, que encontrarán en nosotros nuevos huéspedes. De ahí surgirán las pandemias devastadoras.

El punto esencial e irrenunciable es una nueva concepción de la Tierra, ya no como un mercado de negocios que nos coloca como sus señores (dominus), fuera y por encima de ella, sino como una superentidad viviente, un sistema autorregulado y autocreador, del que somos precisamente su parte consciente y responsable, junto con los demás seres como hermanos (fratres). El paso de dominus (dueño) a frater (hermano) requerirá una nueva mente y un nuevo corazón, es decir: ver a la Tierra de manera diferente, y sentir con el corazón nuestra pertenencia a ella y al Gran Todo. Unido a ello, el sentido de inter-retro-relación de todos con todos y una responsabilidad colectiva frente al futuro común. Sólo así llegaremos, como pronostica la Carta de la Tierra, a “un modo de vida sostenible”, y a una garantía para el futuro de la Vida y de la Madre Tierra.

La fase actual de recogimiento social, puede significar una especie de retiro reflexivo y humanista, para pensar en tales cosas y nuestra responsabilidad ante ellas. Es urgente, y el tiempo es corto, no podemos llegar demasiado tarde.

Leonardo Boff
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