Wednesday, May 27, 2020

El papa Francisco beatificará a Paulina María Jaricot, la laica que fundó el Domund



  • El milagro que ha dado lugar al decreto de beatificación es la recuperación de una niña francesa en estado vegetativo tras sufrir asfixia y parada cardiovascular

El papa Francisco ha aprobado hoy el decreto de beatificación para Paulina María Jaricot, iniciadora de la Obra de la Propagación de la Fe. Como ha destacado Obras Misionales Pontificias (OMP), de su legado destaca la Jornada del Domund, con la que la Iglesia sostiene sus 1.111 territorios de misión en todo el mundo.

“Paulina es un regalo para la Iglesia”, ha afirmado José María Calderón, director de OMP España. “El Papa Francisco pedía en el mensaje a las OMP del pasado jueves que la misión no buscara el autobombo, sino la discreción y el servicio: ¡parece que habla de la fundadora de la más importante Obra Misional Pontificia: Propagación de la Fe!”, explica.
“Paulina Jaricot pasó desapercibida en su tiempo, siendo la promotora más eficaz del amor a la misión y de la ayuda a los misioneros. El milagro que ahora reconoce la Iglesia va a ayudar a poner en valor esa preciosa espiritualidad que ella vivió y transmitió”, subraya Calderón.

Vida de misión

De hecho, Jaricot fue una laica que, tras varios acontecimientos personales y escuchar una predicación en la cuaresma de 1816, sufrió una transformación interior que cambiaría su vida, decidiendo vestirse como las obreras de Lyon por solidaridad con su pobreza. Siempre movida por la inspiración de crear un sistema de ayuda “en red” que manifestara la universalidad y la comunión de la Iglesia.
Movida por el deseo de ayudar a su hermano Fileas, seminarista que se preparaba para ser misionero en China, decide dedicarse a las misiones, informando de las necesidades de los misioneros y buscando su sustento. Se empeñó en la tarea de formar grupos de diez en diez personas, que se comprometían a rezar por las misiones, y a dar un pequeño donativo. Esta iniciativa, que comenzó con mujeres obreras, pronto se fue extendiendo entre gente humilde por toda Francia. Así, en 1822 nació oficialmente la Obra de la Propagación de la Fe, que pronto llegó a otros países.
Del mismo modo, en 1826, convencida de que la oración es el principal motor de la Iglesia, Paulina utilizó el mismo criterio para iniciar y organizar el Rosario Viviente, una iniciativa que también se extendió por todo el mundo.

El milagro de la pequeña Mayline

El milagro aprobado por el decreto del Papa Francisco tuvo lugar en 2012, en el 150 aniversario del nacimiento de Paulina. La pequeña francesa Mayline Tran, de tres años, perdió el conocimiento debido a la asfixia por un mal tránsito de alimentos. La niña estuvo hospitalizada tras la asfixia y una parada cardiovascular de 20 minutos, y los médicos la consideraban perdida, por lo que se suspendió su tratamiento.
Ante esto, la familia se negó a que se le retirara la asistencia vital artificial y rezó una novena a Paulina Jaricot. Poco después, la niña despertó, pero con daños cerebrales y pronóstico de estado vegetativo. Aún así, contra toda esperanza, se curó totalmente. La curación fue sometida a un Tribunal Eclesiástico de la Archidiócesis de Lyon, del 20 de julio de 2018 al 28 de febrero de 2019. Sus actuaciones fueron enviadas la Congregación para las Causas de los Santos. La comisión médica validó la naturaleza inexplicable de la curación.

Vida Nueva

Justino Sarmento: “Las tensiones de los indígenas con el gobierno de Brasil a cuenta del coronavirus son parte del día a día” por Óscar Elizalde Prada

Justino Sarmento, sacerdote salesiano amazonía

  • El sacerdote Tuyuka describe la cruda realidad que padecen los pueblos originarios en la Amazonía y lamenta los indignantes discursos del presidente y sus ministros

El último reporte de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) indica que el 25 de mayo el número de casos confirmados por Covid-19 en la Amazonía brasileña ya superaba los 100.000, con 5.531 fallecidos.

“Con la llegada de la pandemia del Covid-19 al Amazonas constatamos, de hecho, la fragilidad y el deterioro de las instituciones que atienden la salud de los pueblos indígenas“, lamenta el sacerdote salesiano Justino Sarmento Rezende, quien se reconoce Tuyuka y ha participado activamente en el proceso del Sínodo Panamazónico –antes, durante y después– como asesor de la REPAM y, al interior del aula sinodal, el pasado mes de octubre, en calidad de experto en espiritualidad indígenas y pastoral inculturada.

“Muchos indígenas ya han fallecido”

Pregunta.- ¿Cómo está impactando la expansión del coronavirus la vida de los pueblos indígenas en la Amazonía brasileña?
Respuesta.- Los municipios del interior del Amazonas no disponen de hospitales ni de profesionales suficientes para esta pandemia. En la mayoría de las comunidades indígenas atienden la emergencia enfermeros y agentes de salud. En muchas otras comunidades solamente está presente el agente indígena de salud. Cuando hay un médico, debe atender una gran región y no da abasto. Muchos indígenas ya han fallecido. En casos gravísimos son evacuados a Manaus, la capital. Pero allá no tienen Unidades de Cuidados Intensivos y mueren sin recibir la atención necesaria.
Aquí en nuestra región de Río Negro, donde vivimos 23 pueblos, las familias están siendo infectadas por el Covid-19. Ante las limitaciones que vivimos se ha intensificado el uso del ‘chá’ (té) con diversas plantas de nuestra región, tanto para la prevención como para la cura de la enfermedad. Estamos logrando resultados satisfactorios, pero algunos casos más graves siguen siendo remitidos al hospital. Algunos lo superan, otros no.
P.- El gobierno viene siendo duramente criticado por sus incomprensibles posiciones ante la crisis del coronavirus…
R.- Toda esta situación se agrava con las decisiones del presidente de Brasil. No está comprometido con esta pandemia del Covid-19, él se preocupa por los intereses de los grandes empresarios, con la apertura de comercios y la suspensión del aislamiento social que los Estados y municipios están adoptando.
Los Estados y los municipios, en cambio, sí están más comprometidos con los sufrimientos de los pueblos. También sienten cómo el sistema nacional de salud es frágil ante el avasallador avance del Covid-19.

“Los pueblos indígenas se han caracterizado por su capacidad de resistencia”

P.- ¿En algún momento previeron que el Covid-19 llegaría a las comunidades indígenas?
R.- Muchos pensábamos que en las comunidades indígenas distantes de las ciudades no llegaría este virus. Infelizmente llegó, debido a los tránsitos constantes entre personas que van y vienen de las ciudades. Para frenar su avance funcionan los comités formados para concientizar, controlar y acompañar a las personas. Esto ha ayudado en nuestra región. Los pueblos indígenas se han caracterizado por su capacidad de resistencia.
P.- ¿Cómo están respondiendo a las amenazas que viven, desde hace mucho tiempo, las poblaciones indígenas en el país?
R.- La situación de tensión los pueblos indígenas de Brasil, desde que lo explotadores atacaron en los litorales, no ha cesado. Nuestros antepasados sintieron en su piel las enormes diferencias que existen. Se sintieron amenazados, cazados y asesinados. Desde entonces, la situación de peligro es constante, y se expresa en la persecución, la expulsión del territorio y el asesinato de líderes. Son prácticas comunes en Brasil. Por eso los pueblos originarios afirmamos que somos indígenas en resistencia.
Algunos derechos consagrados en la Constitución Brasileña de 1988 fueron el resultado de luchas y persistencia, también con el compromiso de personas aliadas a las causas indígenas. Pero aún con la garantía de estos derechos no faltan los Proyectos de Ley que buscan cambiar su implementación, en contra de lo que dice la Constitución Federal sobre los pueblos originarios, sus tierras, sus costumbres, su educación, sus lenguas.

“Los discursos del Presidente causan indignación”

P.- ¿Cómo son las relaciones con el gobierno en el momento actual que vive el país?
R.- Las tensiones de los pueblos indígenas con relación a los gobernantes de Brasil, y más aún por el coronavirus, hacen parte del día a día. Diariamente los discursos del presidente y de sus ministros causan indignación no solamente a nosotros, los indígenas, sino a muchas personas que no compaginan con esa forma de ver a las personas. Ante esto, los pueblos originarios reasumen sus luchas y resistencias, que ya hacen parte de nuestras historias. La lucha continuará.
P.- La depredación de la Amazonía tampoco ha cesado…
R.- Aunque el proyecto gubernamental ha permitido la entrada de empresas mineras, la deforestación de las selvas, la invasión de las tierras demarcadas, etc., de nuestra parte, los pueblos indígenas y las instituciones que nos apoyan, estamos aquí para mostrar que mientras estemos vivos la resistencia será nuestro instrumento de defensa de la vida. Ya estamos viviendo hace más de cinco siglos así. Resistiremos y viviremos por muchos siglos más.

Persecución a la Iglesia profética

P.- ¿Cuál ha sido el papel de la Iglesia frente a estas amenazas que están sufriendo los pueblos indígenas?
R.- Soy sacerdote hace 26 años y estoy bastante comprometido con nuestras causas, principalmente en el campo de la reflexión, la concientización y la participación en la cotidianidad de las personas donde actúo.
Aquí en Brasil últimamente la CNBB (Conferencia Nacional de Obispos de Brasil) y los peritos que fueron al Sínodo de la Amazonía, han emitido un documento con serias exigencias al Presidente, para que sean asumidas las urgencias de atención a los pueblos de la Amazonía, principalmente a los pueblos indígenas, ribereños, quilombolas y pueblos aislados, como también a los indígenas que viven en las grandes ciudades. Sin embargo, ha repercutido muy poco, pero es la actitud profética de la Iglesia.
Siendo profética, la Iglesia también es perseguida por el gobierno actual. Pero hay que decir que, infelizmente, tenemos en Brasil una gran parcela de católicos que defienden radicalmente las actitudes y los proyectos del gobierno actual. También en este sentido vivimos una sensación de compaginar con un proyecto de muerte.
P.- ¿Ya han tenido alguna repercusión en Brasil las decisiones de los Padres Sinodales y la exhortación postsinodal ‘Querida Amazonía’?
R.- Antes de que hiciéramos las reuniones para poner en práctica los encaminamientos del Documento final del Sínodo de la Amazonía, y antes de que fuera lanzada la exhortación apostólica ‘Querida Amazonía’, la pandemia del Covid-19 ya estaba presente en Brasil.
Con el aislamiento social que estamos viviendo, diversos encuentros fueron cancelados. Sin embargo, la nota de los obispos de la Amazonía brasileña sobre la situación de los pueblos y de las selvas en tiempos de la pandemia del Covid-19 ha sido un documento muy contundente y profético.

Óscar Elizalde Prada
Vida Nueva

Carlos de Foucauld ya es (oficialmente) santo



  • Francisco ha autorizado hoy la promulgación del decreto para su canonización
  • Sin fecha para la celebración debido al Covid-19, para el Papa es un referente “de cercanía a los pobres”

Carlos de Foucauld sube a los altares y en breve será reconocido como santo en la Plaza de San Pedro. Sin fecha para una canonización que, en condiciones normales, debería celebrarse a mediados de octubre, ahora todo depende del avance de la pandemia del coronavirus.

Sin embargo, la coyuntura excepcional, no ha impedido que el Papa haya autorizado hoy a la Congregación para la Causa de los Santos la promulgación de los decretos relativos a la causa de tres nuevos Santos y cinco Beatos, entre los cuales algunos mártires. Así lo ha dado a conocer la Oficina de Prensa de la Santa Sede, después de que Francisco recibiera en audiencia a Angelo Becciu, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos.

Fascinado por el misterio

La pasión del Papa argentino por el sacerdote de origen francés es tal que lo situó como referente en la vigilia de oración por el Sínodo de la Familia, como símbolo de una nueva etapa en la pastoral eclesial. “Charles de Foucauld intuyó, quizás como pocos, el alcance de la espiritualidad que emana de Nazaret. Este gran explorador abandonó muy pronto la carrera militar fascinado por el misterio de la Sagrada Familia, por la relación cotidiana de Jesús con sus padres y sus vecinos, por el trabajo silencioso, por la oración humilde”, explicó sobre su biografía. “A través de la cercanía fraterna y solidaria a los más pobres y abandonados entendió que, a fin de cuentas, son precisamente ellos los que nos evangelizan, ayudándonos a crecer en humanidad”, ñadió.
A partir de ahí, le presentó como un modelo para los creyentes: “Para entender hoy a la familia, entremos también nosotros —como Charles de Foucauld— en el misterio de la Familia de Nazaret, en su vida escondida, cotidiana y ordinaria, como es la vida de la mayor parte de nuestras familias, con sus penas y sus sencillas alegrías; vida entretejida de paciencia serena en las contrariedades”.

Otros modelos de vida

Junto al conocido como “padre del desierto”, Francisco dio su visto bueno hoy para elevar a los altares al fundador de los Padres de la Doctrina Cristiana, César de Bus y a la cofundadora de las Hermanitas de la Sagrada Familia, María Domenica Mantovani.
Entre los nuevos beatos, se encuentra el fundador de los Caballeros de Colón, Michael McGivney, así como la fundadora de las Obras del Consejo de Propagación de la Fe y del Rosario Vivo, Pauline-Marie Jaricot.
Además, el Papa dio el visto bueno al decreto que reconoce el martirio de Simeone Cardon y 5 compañeros, religiosos profesos de la Congregación Cisterciense de Casamari; asesinados en Casamari. También reconoce las virtudes heroicas del fundador de la Sociedad de Misiones Africanas, Melchior-Marie de Marion Brésillac.

José Beltrán
Vida Nueva

Día 75 de confinamiento. Miércoles 27 de mayo. Cerramos por Vicente Niño Orti, OP

Final

No he sido el único que ha llevado un diario de confinamiento durante esta pandemia. Por redes sociales los he visto de muchos tipos: de ilustradores con dibujos diarios, quien ha pintado un cuadro y ha ido subiendo los progresos, quien se ha ido grabando con videos, quien ha ido haciendo entrevistas, con aforismos, con efemérides, con canciones, con películas, con libros…
En uno de ellos el de José Pelaez (@MagfcoMargarito), este sostenía que un escritor sabe cuándo un diario, cuándo un texto, se ha concluido y ha dado de sí todo lo que podía dar.
Pues a este Tiempo Regalado le ha llegado su fin. Con este último post cerramos. Sé que aún unos días más podríamos seguir contando cosas pues no ha terminado esta situación del todo. Aún nos quedan días para las fases, las desescaladas, los desconfinamientos, la vuelta a la nueva normalidad, las barbaridades de los políticos, las inconsciencias de algunos, los datos terribles que son el trasfondo real, verdadero y dramático de esta situación, y en el inmenso y positivo espíritu de la gran mayoría de hacer las cosas bien, cuidarnos y cuidar a los demás, pero, como decíamos antes, uno sabe cuándo no hay que seguir estirando una idea, cuándo algo ha cumplido ya su función.
Y realmente espero que haya sido así.
Espero que este Tiempo Regalado les haya ayudado a llevar algo mejor el confinamiento, que haya podido ayudar a pensar, a rezar, a mirar de otro modo lo que nos pasaba. Espero sinceramente que haya podido aportar una mirada diferente, algún tema nuevo, alguna idea que haya permitido que este tiempo no haya sido ni un paréntesis sin más, ni una inmensa losa angustiosa.
Espero, deseo, y confío, que –no solo por este Tiempo Regalado, obviamente- la situación vivida no se quede en una anécdota, una historia, o un mal recuerdo, sino que haya podido ser un peldaño, una palanca, un empuje para que la vida de cada uno sea algo mejor, para reevaluar lo que tenemos, para dar importancia a lo que tiene, para limpiar de tanto que nos estorba en lo cotidiano.
Si este Tiempo Regalado ha cumplido algo, en alguien, con alguna de esas cosas, habrá servido para algo. Si no… al menos creo que a mí mismo sí que me ha ayudado a llevar estos 75 días de confinamiento de otro modo. El que no se consuela es porque no quiere.
En fin. Que gracias. Que ánimo. Y que queda mucha vida por delante. Que Dios les bendiga.
Vicente Niño Orti, OP
Tiempo regalado
Dominicos

Fundador de Caballeros de Colón será beatificado


El Papa ha firmado decretos sobre causas de beatificación y canonización de 12 futuros santos. 
Por ejemplo, ha reconocido un milagro que permitirá la beatificación de Michael McGivney, fundador de los Caballeros de Colón, en EE.UU. Este sacerdote vivió lo que llamaba una “fe en acción”, ayudando a muchas personas en ese camino. Actualmente hay dos millones de Caballeros de Colón, que se proponen vivir la fe en su día a día. 
También el Papa ha reconocido un milagro realizado por la intercesión del beato Charles de Foucauld. Este ermitaño francés fue apóstol de los bereberes en el Sahara. Lo asesinaron en 1916 y Benedicto XVI lo beatificó en 2005. 
En la lista también aparece Pauline-Marie Jaricot, que fundó la Obra de la Propagación de la Fe para buscar ayudas para los misioneros. Nació en Lyon en 1799. En los próximos meses será beatificada. 
Melissa Butz
Traducción: Javier Martínez-Brocal

Habitaciones históricas de san Felipe Neri no pudieron abrirse el día de su fiesta


Esta es la iglesia de Santa María in Vallicella en Roma, conocida como “Chiesa Nuova”. Fue fundada por san Felipe Neri, a quien la iglesia recuerda cada 26 de mayo. Ese día acuden allí cientos de peregrinos a rezar ante los restos del santo que impulsó la catequesis en la Ciudad Eterna.
Dentro del complejo están las habitaciones de san Felipe Neri, autenticas reliquias de la vida del santo. Aunque este año permanecieron cerradas.
P. SIMONE RAPONI
Oratorio de San Felipe Neri 
“Las habitaciones son un lugar muy importante. En ellas están todos los recuerdos de san Felipe Neri. Todas las personas vienen con gran alegría a visitarlas. Lamentablemente este año tuvimos que cerrarlas ya que los pasillos para llegar a ellas son muy estrechos y quisimos evitar grandes aglomeraciones”.

También se cancelaron las grandes misas y para ingresar a la iglesia sigue siendo obligatorio el uso de mascarilla, gel desinfectante y se cuidaron las distancias interpersonales entre los peregrinos.
Otra de las costumbres que fueron canceladas es el tradicional almuerzo de los pobres 
P. SIMONE RAPONI
Oratorio de San Felipe Neri 
“Tuvimos que renunciar al almuerzo de los pobres, que cada año hacemos en el patio de los naranjos de nuestro convento, en el que participaban muchísimos pobres. Ellos son servidos por nuestra comunidad, no solo por los padres, también por los laicos que participan en la comunidad del Oratorio. Es un gran momento de fiesta”.

También se recuerda a san Felipe Neri por impulsar “la ruta de las 7 Iglesias” de Roma que inició él solo y a la que cada año se fueron sumando miles de personas.
CLAUDIO MONACHESI
Peregrino
“Desde los años noventa hago todo el recorrido que hacía san Felipe Neri. Él lo hacía en dos días, claramente partiendo desde aquí, desde su casa, recorría San Pedro, San Pablo y las otras cinco iglesias. Conmigo vienen algunos amigos y en cada lugar recordamos la potencialidad del lugar”.

En medio de los actuales momentos difíciles, muchas personas acudieron a rezar ante los restos de san Felipe Neri para pedir su intercesión ante problemas de la vida.
P. SIMONE RAPONI
Oratorio de San Felipe Neri 
“Durante su vida él se acercó a los problemas de las personas, a las dificultades de la vida, llevando la luz de Dios en medio de los dramas y las dificultades”.

CLAUDIO MONACHESI
Peregrino
“En Roma se le conoce como Pippo Bono, Pippo, Felipe, Bono, ya que era muy bueno”.

Y seguramente entre las múltiples intenciones por las que los peregrinos rezaron ante sus restos está el fin de la pandemia.  
Daniel Díaz Vizzi

Hemos redescubierto el tiempo por Javi Collado



La tarde en que el confinamiento comenzó a insinuarse y finalmente cayó sobre nosotros, se agolpaban en nuestra mente decenas de proyectos, hobbies, lecturas… que encontraban en esa reclusión una oportunidad privilegiada para irrumpir al fin en nuestra vida. Las listas de planes desempolvaban ideas que hacía tiempo habíamos desestimado por no tener suficiente tiempo como para dedicarnos a ellas. Sin embargo, encarando ya la larga recta que precede a la vuelta a la normalidad, los pocos que no han desechado ya esa lista de proyectos de confinamiento la miran con la compasión de quien contempla lo que pudo ser y nunca fue.

El confinamiento ha sido el momento propicio para darnos cuenta de que el mundo no se detenía porque nosotros dejásemos de empujar
 con el extenuante ímpetu con el que lo hacíamos hasta ahora. Ha sido el momento para que brotase, entre las grietas que se formaban en nuestro horario, el verdor del descanso, del reposo, de la contemplación, del tiempo compartido sin presiones. Ha sido necesario cerrar las puertas al exterior para darnos cuenta de que teníamos una deuda de tiempo con nosotros mismos y con muchos otros. Ha sido necesario que se cayese a nivel colectivo la falacia del «más productivos, mejor» para que entendiésemos que era imprescindible una bajada del ritmo.

A todos nos ha alterado, en mayor o menor medida, esta situación tan atípica. Los que hemos tenido la fortuna de no lamentar mayores desgracias hemos visto cómo el engranaje de nuestras rutinas se atascaba sin que supiésemos muy bien qué era lo que fallaba dentro de nosotros. Se nos planteaban dos opciones: seguir forzando para unas metas que se habían quedado encerradas ahí fuera, o aceptar que hay otras cadencias con las que entonar la vida, el trabajo y el estudio. Hemos hecho música con lo que antes nos parecía un abuso de pereza. Hemos transformado ese vicio de la improductividad que tanto temíamos en la virtud de disfrutar de lo que nos rodeaba, de los que nos rodeaban y de los gestos y costumbres que nuestro estrés había transformado en lujos. Nos hemos, finalmente, reconciliado con ese reloj que ha dejado de correr en nuestra contra y ha vuelto a su función de marcar el compás de la sucesión de los momentos vividos (y no simplemente atravesados).

Javi Collado
pastoralsj

El otro virus por Ignacio del Rey



¡El otro virus que también quiere devastarnos!
Si el Covid se contagia rápido... ¡¡más rápido se contagia el odio!!
Del convencido «esto nos va a cambiar como sociedad» a la resignación de una sociedad atravesada por la crispación y el populismo.
Del conmovedor «de esta salimos unidos» a una resquebrajante división altanera y tortuosa.
De los aplausos a los gritos. De los vídeos motivadores a los insultos por docenas. Del «resistiré» al «no nos moverán».
Todo lo que parecía la raiz de un nuevo impulso para vivir de otra manera, mirar de otra manera, estar de otra manera... se va convirtiendo y transformando en un huracán capaz de arrastrar todo aquello que encuentra a su paso.
Del «todos» al «nosotros y ellos». Del «juntos» al «conmigo o contra mi».
Lo malo estaba sacando lo bueno, y ahora, cuando lo bueno empieza a aparecer, nos empeñamos en rescatar de nuevo lo malo.
Yo no quiero esta nueva normalidad ¡ni en pintura!

Explicaciones, si. Justicia, también. Debate, el que haga falta. Reivindicaciones, las necesarias. Pero sin darle una patada a la prudencia, a la moderación y a la responsabilidad porque entonces esto se convertirá en un concurso para ver quien es más insensato de todos.

Yo no quiero revanchas, yo quiero sensatez. Tampoco quiero venganza, quiero cordura.
No tiremos todo en un segundo por el mismo balcón en el que, no hace tanto, nos emocionábamos pensando en sanitarios, enfermos, fallecidos y mayores.
¡Si los políticos no nos dan ejemplo, intentemos ser nosotros la lección de los políticos!
¡Que Dios nos pille confesados!
Ignacio del Rey
pastoralsj

Resumen en español Catequesis del Santo Padre 2020 27 mayo Papa Francisco


"La oración de los justos" fue el tema de la catequesis del Papa Francisco en la Audiencia General del miércoles 27 de mayo. "El plan de Dios para la humanidad es bueno, pero en nuestra vida diaria experimentamos la presencia del mal", dijo Francisco.

Francisco: Enseñad a los niños a santiguarse, es la semilla del diálogo con Dios

Audiencia General 27 mayo 2020 Papa Francisco


Desde la Biblioteca del Palacio Apostólico, Audiencia General del Santo Padre

Recuerdos del Covid-19


Al fin y al cabo, el virus nos ha recordado lo que tan apasionadamente negábamos: que somos seres frágiles hechos de la materia más delicada. Que morimos, que somos mortales.
Que no estamos separados del mundo por nuestra “humanidad” y excepcionalidad, sino que el mundo es una especie de inmensa red en la que permanecemos unidos a otros seres por medio de invisibles hilos de influjos y dependencias. Que dependemos los unos de los otros y que, independientemente del país del que vengamos, de la lengua en que hablemos y del color de nuestra piel, enfermamos de la misma manera, tenemos el mismo miedo y morimos del mismo modo.
Olga Tokarczuk es premio Nobel de Literatura 2019.

Nano Crespo
Nova Bella

Dime una Palabra por Luis Fernando Crespo SM. Necesitados


27 de mayo
Miércoles VII de Pascua

Hechos 20, 28-38 es trabajando como se debe socorrer a los necesitados.
En medio de una situación de crisis mundial, con la economía en riesgo, con miles de personas pasando necesidad, haz, Señor, que mi trabajo, que mis trabajos, contribuyan al bien común y a paliar tanto mal.
Santa María, madre de la Iglesia, ruega por nosotros

Luis Fernando Crespo SM
Dime una Palabra

JESUITAS: "Despertemos, humanidad, ya no hay tiempo" Berta Cáceres

No quiero volver a la normalidad por Paco Muguiro Ibarra sj



Pues yo, lo siento, pero no quiero volver a la “normalidad”. No anhelo volver a las caravanas diarias para ir al trabajo, a pasar menos tiempo con mi familia, ni a ver la “boina” negra amenazando el cielo de Madrid, a una educación segregadora y con ratios insostenibles, a la precariedad de la Sanidad, al elitismo de que gane más el que más dinero sea capaz de producir menospreciando labores tan fundamentales en esta crisis como las de limpiar, reponer o entregar productos, cuidar a los mayores... Detestaría regresar a la orgía de consumismo compulsivo y sin sentido que nos hacía comprar productos innecesarios y de mala calidad, fabricados en países pobres por personas pobres en condiciones de semi-esclavitud, para que otros puedan seguir acumulando sus riquezas, sólo por el hecho de que esas prendas son baratas y de temporada.

Tampoco quiero recuperar esa proximidad ficticia que nos hacía llamar de vez en cuando y casi rutinariamente a nuestros familiares más cercanos, sin importarnos realmente por sus vidas; ni a cruzarme de nuevo con los vecinos en el ascensor sin mirarnos a los ojos y sonreírnos, conscientes de que la vida nos pasa a todos. Ni a seguir viviendo ajeno al resto del mundo, encapsulado en mi “privilegiado” modo de vida. Ni a continuar viendo a los inmigrantes con miedo, como enemigos a los que hay que cerrar el paso con concertinas o muros. No, no quiero volver a la normalidad de la que todo el mundo habla.
No deseo seguir mirando para otro lado y fingir que no pasa nada, que estamos bien, que todo va a salir bien. No quiero resignarme a aceptar que todo se arregla con una vacuna o con una aplicación de geolocalización en
el móvil que controle todos nuestros pasos. No quiero seguir escuchando excusas para no hablar de lo importante. No puedo tolerar que haya quienes, por sus propios intereses, mantengan el discurso del negacionismo, pero pretendan mantener las políticas del darwinismo social que están provocando más pérdidas humanas.

Volver a esa normalidad en la que se siguen talando árboles y seguimos destruyendo la biodiversidad, en la que seguimos destruyendo el planeta y a gran parte de la humanidad con guerras y explotación por fines económicos. No quiero seguir promoviendo la desigualdad y la injusticia, el abuso al que estamos sometiendo a otras especies animales. Ni pensar que el cambio climático nos queda muy lejos.

Estos días vemos en los medios de comunicación algunas noticias sobre la recuperación de los peces en los canales de Venecia, los delfines en los puertos de Cagliari o el regreso de especies en vías de extinción a algunas costas. Y parece que todo esto fuera una consecuencia anecdótica de lo que nos sucede. Como un “anda, mira, qué bonito” que nada tiene que ver con nuestra forma de vida, con nuestra propia supervivencia. No quiero volver a la normalidad de playas colonizadas por sombrillas, canales turbios y puertos contaminados. Esto no es una anécdota, es sólo un reflejo de lo que nos pasa. Y lo que nos sucede es que no sólo podemos perder nuestra forma de vivir, sino que está en riesgo la vida de muchas personas, tal y como han estado alertando muchos científicos durante estos últimos años.

Siento que no se habla de lo importante. No se trata de vencer al corona-virus, ni siquiera de cómo voy a sobrevivir este mes. Se trata de cuestionar nuestro modo de vida para poder seguir viviendo más allá de un mes, de un año o una década, y de que nuestros hijos, hijas y aquellos que están por venir también puedan hacerlo. Y, para ello, lo que debería de estar encima de la mesa es que no podemos seguir consumiendo de esta forma.

No podemos seguir devastando los bosques para plantar cereales que dan de comer a los animales de los que nos alimentamos; ni explotándolos en granjas en condiciones de extrema insalubridad que aumentan los riesgos de causar enfermedades; ni sacrificarlos en espacios de tiempo cada vez más cortos que provocan que los virus necesiten aumentar su agresividad y la velocidad de transmisión para continuar con sus ciclos vitales; ni contribuyendo a mercados negros de especies exóticas sólo por el capricho de tener en casa un raro animalito que decora muy bien mi habitación, y cuya presencia no hace más que acercarnos (a nosotros y a nuestros animales) a enfermedades de las que ni habíamos oído hablar y que ahora amenazan con romper de un plumazo todo lo construido; ni utilizando cada día transportes que, a causa de quemar combustibles fósiles, lanzan al aire agentes contaminantes que son los perfectos vehículos de propagación de agentes patógenos por todo el mundo; a seguir plastificando el mar y nuestros acuíferos, plásticos que terminan degradándose y formando parte de la sal que condimenta nuestras comidas o del agua mineral embotellada que bebemos porque la del grifo no nos parece suficientemente fiable...

Porque el coronavirus pasará, más tarde o más temprano. Y no se trata de ser catastrofista, los hechos acontecidos no nos permiten seguir negando las evidencias, que a estas alturas, ya parece que se quedaron cortas. Todo apunta a que vendrán nuevas pandemias, a que el calentamiento global ya está aquí y no estamos haciendo nada para amortiguar su efecto imparable. Y seguimos sin hablar de lo importante: ¿qué vamos a hacer para NO volver a la normalidad?, ¿qué vamos a cambiar para garantizar nuestra supervivencia

Paco Muguiro Ibarra sj
Fue hasta hace unos meses Director de Radio Marañón, Jaen, Perú, desde donde ejerció, durante 20 años, el periodismo comunitario y de defensa de los DD.HH. Artículo originalmente publicado en Cultivalú el 30/04/2020.

Revista Aurora

A propósito de Adolfo Nicolás sj, un recuerdo de su paso por Chile



En noviembre del año 2010 Adolfo Nicolás visitó Chile y una de sus actividades desarrolladas fue un encuentro con jóvenes de espiritualidad ignaciana, donde capté algunas imágenes y grabé un video que también les comparto, los que fueron mostrados en este blog Peregrinos.

En el encuentro del P. Adolfo Nicolás con integrantes de la Red Juvenil Ignaciana de Chile, durante su visita en Santiago de Chile, contestó consulta de los jovenes ignacianos.
En esta ocasión contesta sobre el rol de los estudiantes universitarios



















Tuesday, May 26, 2020

De profundidad y fuego por José María Rodríguez Olaizola sj



Acaba de fallecer en Tokio el padre Adolfo Nicolás, jesuita, General de la Compañía de Jesús entre 2008 y 2016. Habrá en estos momentos muchos recuerdos, algunos vinculados al trabajo, a la vida compartida, a momentos y proyectos… Yo solo lo conocí de lejos, pero me quedo con dos ideas que trascendieron al poco de ser elegido. La primera la tomó Nicolás de san Alberto Hurtado. Era la propuesta de ser fuegos que encienden otros fuegos. Arder con el evangelio. Arder con la pasión de vidas enraizadas en el amor. Arder para iluminar el mundo con la luz prestada de Dios. Es bonito pensarlo así. El fuego puede ser devastador. Pero no es ese el fuego al que se refiere esta expresión. Es más bien el fuego que es luz en medio de la bruma; y calor que desentumece los miembros ateridos. Fuego que es palabra, mesa compartida, y mirada ardiente de un Dios que nos ama. Todo eso se podía intuir tras esa expresión formulada en su primera homilía como General. Su fuego de entonces se convirtió después en brasa, porque eso es la vida, arder desde donde estamos. Ahora su llama se ha apagado, pero para fundirse ya con la fuente de la vida en una resurrección que algún día nos tocará a todos.
Su segunda palabra fue la invitación a la profundidad. Hoy tal vez ya no suena demasiado novedosa, porque en esta larga década lo hemos citado hasta la extenuación. Pero cuando lo formuló no era algo de lo que se hablase. Y en contraste, nos obligaba a pensar en la superficialidad, la banalidad y la falta de hondura como peligros contemporáneos en la sociedad –y también en la Iglesia–. Hoy sigue siendo necesaria la profundidad. No comohashtag ni como eslogan, sino como forma concreta de vivir el evangelio. En la entraña de la vida.
Que esas dos enseñanzas nos sigan acompañando.


Descansa en paz.

José María Rodríguez Olaizola sj

pastoralsj

Hemos aprendido a ver la vida con otra perspectiva por Álvaro Lobo sj



Hace no mucho leí que los niños chinos suelen desarrollar más problemas de miopía que el resto de los mortales. Y no por el uso descontrolado de pantallas como imaginé en un principio, sino por permanecer en espacios cerrados durante mucho tiempo. No sé qué base científica tendría la noticia, pero en mi caso –y creo que en el de la gran mayoría– mi día a día se ha parecido bastante al de los niños mandarines durante estas últimas semanas.
Y es que pienso que una de las cosas que nos ha enseñado este virus es la necesidad de vernos con perspectiva. No solo por higiene mental o para sospechar del vecino como un posible positivo, más bien para percibir nuestra vida de un modo distinto. Recordar el pasado, agradecer el ahora y soñar el mañana. No sé, en ocasiones tengo la impresión de que nuestra mirada cortoplacista nos lleva a sacar conclusiones precipitadas, porque nos quema la impaciencia y las ganas de vivir y nos topamos con nuestros propios muros. Tener una panorámica deformada nos hace alimentar fantasmas y luchar contra gigantes olvidando las batallas que realmente merecen la pena. Quizás ahora, cuando nos pesa tanto paso del tiempo, la sensación de vacío o el echar de menos, todo hace que reajustemos el enfoque de las cosas y veamos que lo importante es simplemente vida, la de otros y la nuestra propia.
Cuántas veces nos habremos asomado a la ventana pensando qué haremos cuando acabe esta pesadilla, esperando un futuro incierto que no acaba de llegar. Puede que este tiempo de reclusión nos haya facilitado separar lo superficial de lo profundo y lo accesorio de lo imprescindible. En un mundo en el que nos pueden las prisas, conviene recordar que nuestra historia es mucho más que el ahora y que la muerte puede llegar en cualquier momento, que lo único urgente son las personas. Ojalá que cuando esta pandemia termine sigamos buscando nuevas perspectivas como quien otea el horizonte, para contemplarnos de principio a fin y descubrir que por momentos –como algunos niños chinos– no somos capaces de visualizar con nitidez nuestra propia realidad.
Álvaro Lobo sj

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Iniciando el contacto con esta Oración Cantada 23.05.2020 | Cristóbal Fones, SJ

Monday, May 18, 2020

Diario del coronavirus 67: tres claves de reconstrucción económica

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No se puede reconstruir integralmente sin modificar el modo de producción capitalista. Quizás nos habíamos resignado a ser hipercapitalistas. Nos habían convencido de que no podíamos cambiar el sistema. Ahora se abre una ventana histórica. Tenemos que evitar la tentación del estatalismo y fortalecernos como actores activos de la economía, formarnos más y cambiar nuestro entorno económico. El mundo necesita que cada uno de nosotros sea un constructor de Economía Sostenible.

La Nueva Normalidad

Junto con la sanación de la herida existencial y vital que nos ha causado la pandemia, está la gran cuestión de la reconstrucción. Ha quedado claro que la Nueva Normalidad no solo implica cambios de hábitos para hacer posible la prevención sanitaria. La Nueva Normalidad supone una transformación que haga posible que la gente pueda vivir con normalidad. La Nueva Normalidad es la Sana Normalidad, que implica una normalidad más sencilla, sostenible, sabia y comunitaria. Debemos ser más normales y rechazar las arrogancias de la dominación y la superficialidad.
Reconstrucción no es regresar a lo de antes. No queremos reconstruir la aceleración, el crecimiento hiperbólico, la especulación ni el vaciamiento de la cultura. La reconstrucción necesaria no consiste en ir a un tiempo pasado, sino en regenerar desde las raíces de la condición humana. Reconstruir desde el anhelo de paz, de justicia y equidad, de solidaridad, desde la vida de las familias, de la curiosidad de saber, desde la diversidad y el deseo de fraternidad universal. Reconstruyamos desde el hecho de ser una única Humanidad y un único planeta Tierra.
Reconstrucción supone depuración, sanación de las raíces enfermas que nos trajeron a esto. Necesitamos recobrar tasas de empleo y producción, pero no por el camino sin salida por el que íbamos antes, sino por un nuevo camino. Quizás haya que hacer más esfuerzo y transformarnos más en profundidad, pero al menos no nos llevará al mismo punto: crecer de tal forma que volvemos a derrumbarnos. Salir de verdad de la crisis significa tomar otra salida que no nos lleve a otra crisis mayor. El rumbo que seguíamos era el de la destrucción de la dimensión comunitaria, la desigualdad extrema, la banalización y mercantilización de toda la cultura, el supremacismo populista, la sexta extinción y la insostenibilidad medioambiental. Ya antes de la pandemia, el mundo se nos había ido de las manos. Todavía no hemos retomado el timón del mundo del todo. Estamos más en la antigua vía que en la nueva, pero esta pandemia ha sacudido nuestras conciencias y tenemos una mayor oportunidad de cambiar de historia y la historia.

La Reconstrucción es integral

La Reconstrucción es integral y ya hemos reflexionado sobre algunas de sus bases como la reconstrucción personal y la vecinal, así como otros aspectos como la Democracia de Discernimiento o el capital existencial y moral de la sociedad. Este diario ya se acerca a su final, terminaremos en el número setenta, al cumplirse las diez semanas desde que comenzamos. Luego seguiremos la reflexión, pero de otros modos. La Reconstrucción solo es posible si es integral y eso requiere una Gran Reforma, la que no supimos ni quisimos hacer en la crisis del 2008. Ahora estamos en peores condiciones porque la recesión es más profunda, los flujos internacionales están muy cerrado y la población ha sufrido -y sigue impactándole- un gran trauma de muerte. La balanza también tiene algunos aspectos positivos en el otro plato: ha habido una mayor transformación personal y colectiva de la conciencia, existen grandes reservas de capital que esperan para ser gastados e invertidos y hay una mayor defensa de las personas y familias que se quedan sin medios de vida. Posiblemente, los puntos más débiles de toda la Reconstrucción son el estamento político (tacticista, polarizado, doctrinario y poco cualificado), una Administración Pública arrogante, ineficiente y no cooperativa, y la muy debilitada sociedad civil. En la Reconstrucción económica hay varios puntos que son clave.
Una clave que no voy a desarrollar aquí es todo lo relativo a la ciencia. La carrera colectiva por encontrar una vacuna constituye el mayor proyecto científico de la historia y debe ser un ejemplo que nos ilumine. Ese proyecto ha sido montado gracias a la cooperación de redes científicas, empresas, fundaciones, universidades y Administraciones Públicas. Es importante resaltar que la sociedad civil mundial se ha visto muy dinamizada por la sociedad científica: una tupida trama de redes, asociaciones y organismos autorreguladores. Especialmente importante ha sido el espacio de ciencia libre, no determinada por el mercado de las revistas y las políticas de control gubernamental, sino autorregulada por la propia sociedad civil científica. Es uno de los pilares para la reconstrucción de la sociedad civil mundial.
El apoyo a la ciencia ha subido en todas nuestras sociedades. Sabemos que todo el capital destinado de verdad a ciencia -y no a burocracia de política que condiciona la ciencia- es inversión. Aunque cada sociedad tiene su estrategia industrial, hay que fortalecer el conjunto de la ciencia, porque va a mejorar no solo la producción de nuevos materiales de alta tecnología difíciles de imitar, sino el conjunto de la sociedad: por ejemplo, el diseño y medición de mejores programas de inserción laboral de desempleados.
Voy a señalar tres elementos clave a corto plazo: el Pacto ODS con el Empresariado, un nuevo modelo de ayuda a los desempleados y la simplificación de la Administración Pública.

1. Los empresarios son ahora los sanitarios

Una encuesta de Deloitte a 167 empresas, publicada el 17 de mayo, daba datos significativos sobre el clima empresarial. El 67% espera una contracción de su facturación y el 26% una expansión. Creen que a lo largo de 2020 no habrá recuperación y retardan la senda de crecimiento al próximo año y el 69% juzga la acción del gobierno durante la crisis del Covid-19 como mala (45%) o muy mala (24%). Más del 75% de las compañías encuestadas han realizado acciones solidarias durante la pandemia en forma de donaciones, servicios, política laboral o alivios a sus clientes.
Solo los sanitarios nos podían sacar de la pandemia y solo los empresarios nos van a sacar de la crisis económica. Habría que aplaudirlos cada día a las ocho de la tarde por cada empleo que contraten. Igual que estamos pendientes de cuánta gente muere –por miles, centenares, decenas–, debíamos seguir la cuenta de cuántas personas encuentran empleo.
Nuestros sanitarios hubieran salvado más vidas –entre otras, las suyas– si hubieran tenido más medios de autoprotección, más recursos hospitalarios y una mejor organización de la Administración. Del mismo modo, los empresarios necesitan las condiciones necesarias para crear el tipo de economía y sociedad sostenible que todos necesitamos, aquella en la que pueden crear la buena riqueza sostenible. Es imprescindible una nueva alianza con el mundo empresarial y la clave es qué tipo de corporaciones necesitamos.
Poco antes de la pandemia, el Foro Económico Mundial de Davos realizó un nuevo Manifiesto en enero de 2020 –el anterior era de 1971– que supone un giro clave en la cultura económica y empresarial. Su fundador y presidente ejecutivo, Klaus Schwab, apuesta por un capitalismo que tenga una concepción más compleja de los grupos de interés a los que tiene que servir, no solo unidireccionalmente obsesionado por “añadir valor a sus accionistas”. No se trata de un capitalismo compasivo, sino de corporaciones que tengan una idea integral de su ecosistema social. Se busca compañías que se dirijan a la sostenibilidad y el desarrollo sostenible con sus clientes y las sociedades donde operan, en toda su “cadena de valor” -desde los lugares donde sus proveedores extraen materias primas hasta el reciclaje tras el consumo por parte de sus clientes últimos. “El capitalismo de accionistas descuidó el hecho de que una empresa es un organismo social… y el cortoplacismo especulativo le llevó a estar desconectado de la economía real… Esta forma de capitalismo ya no es sostenible”, concluye Schwab.
Se debe avanzar, tal como señala Europa, en la valoración de la sostenibilidad social y medioambientalde cada corporación para elegir las compañías a las que vamos a comprar. ¿Qué calidad tiene el empleo de sus trabajadores? ¿Qué impacto medioambiental tiene? ¿Cómo contribuye a la equidad e inclusión social? ¿Cuál es su retorno social y cuál es su impacto social? Esto debe formar un índice que permita saber a qué tipo de empresa estamos apoyando con nuestra compra. No votamos solo cada cuatro años, sino que cada día votamos a través de nuestras compras, elegimos el tipo de compañías que queremos lideren la economía de nuestra sociedad. Cada empresa debe tener su valoración de impacto en los Objetivos de Desarrollo Sostenible y ese índice debe ser voluntario, objetivo, transparente y público.
El Manifesto Davos 2020 –concretado en el índice del impacto ODS de las corporaciones– es el marco en el que hacer una alianza a largo plazo entre las patronales y la sociedad, mediado por los gobiernos. Es necesario un gran Pacto ODS de Reconstrucción que dé confianza y condiciones para el desarrollo del empresariado sostenible. En ese Pacto es imprescindible que esté representada la sociedad civil, muy especialmente la economía social, las asociaciones d consumidores, la sociedad científica y las ONG de inclusión social. Los sindicatos no representan al conjunto de la sociedad civil.
También el marco económico ha cambiado y necesitamos reformar nuestra estructura económica, lo cual nos llevará como poco una década, pero hay que poner una clara dirección hacia ese lugar. La transición a la nueva economía verde es irreversible. El 6 de mayo, Credit Suisse hizo público su informe Supertrends 2020, en el que señala cuáles son los objetivos más convenientes de inversión. Las infraestructuras, logística y tecnológicas siguen manteniéndose como una apuesta segura. Junto con ellas destaca la sostenibilidad. Supertrends ve un gran potencial de inversión en energías renovables -que requerirán una reconversión de las infraestructuras y medios de transporte- y empresas de alimentos sostenibles -tanto en producción como distribución. El mundo alrededor de las ciudades sostenibles va a crear muchas oportunidades de rentabilidad, así como todo el soporte al envejecimiento. El giro del mundo hacia la sostenibilidad está suponiendo un cambio sistémico que la pandemia no ha hecho sino acelerar. Las limitaciones de movilidad y las precauciones globales en sanidad van, contra nuestra voluntad, en esa dirección.
El sábado 16 de mayo fue ejecutada la demolición de las enormes chimeneas de refrigeración de la central nuclear de Philippsburg y eso, en el contexto de la pandemia, marca una nueva época en materia de energía en Europa. Tras la catástrofe de Fukushima de 2011 se cerró y nueve años después asistimos a su derrumbe definitivo. A finales de 2022 todas las centrales alemanas habrán sido clausuradas y sustituidas por energía alternativa. La decisión de Alemania por la economía sostenible lidera la nueva revolución verde y la reindustrialización. Esto forma parte de ese Pacto de Reconstrucción. Nos marca dos cuestiones que son también claves.

2. Desempleados

El mayor sufrimiento de la crisis cae sobre los desempleados, tanto los que han perdido su empleo, como los jóvenes que no van a lograr incorporarse. El empleo lo crean sobre todo las empresas, pero en el sostenimiento y optimización de la empleabilidad de los desempleados el papel corresponde a la Administración y la sociedad civil. Un primer problema procede de las condiciones en las que se encuentran las personas desempleadas: están solas. Cuando estudiamos soledad no deseada y aislamiento, son el colectivo que más la sufre y muy especialmente afecta a los jóvenes. Es imprescindible crear un nuevo entorno comunitario y cualificador donde sus ánimos no decaigan. Para ello se pueden crear grupos de autoapoyo, mentoring y crear proyectos donde puedan aportar valor a la sociedad, y no caer en la pasivización. Gran parte del impacto viene de la quiebra de la autoestima y una progresiva depresión en la que la persona cree que pierde valor a sus propios ojos y los de los suyos.
Además, el sistema de formación y orientación de las personas en desempleo es un desastre, tal como ha dejado de manifiesto la Comisión Europea. España tiene un nivel de formación bajo y desajustado en su masa laboral. Muy especialmente destaca el alto porcentaje de jóvenes que abandonan el sistema educativo y la baja cualificación de los migrantes. En este terreno es urgente una reforma radical con cuatro vías: (a) reforzar con métodos innovadores (como Primera Experiencia Profesional, de la Fundación Boscosocial) el sistema educativo básico, en estrecha cooperación con las empresas (b) establecer grandes Bonos Sociales (proyectos de financiación pública que solo se pagan si una entidad cumple determinados objetivos prestablecidos, como que la persona encuentre empleo) centrados en el éxito de la inserción laboral, (c) articular modos de formación online compatibles con el trabajo (por ejemplo, la formación a distancia de la Fundación ECCA) y (d) crear grupos de empleo en donde unos se apoyen a otros y mejoren sus ánimos y habilidades básicas (sociales, emprendimiento, ética del trabajo, etc.). La sociedad civil y las redes vecinales tienen un gran papel que jugar en este campo.

3. Reforma de la Administración Pública: La curvatura de los plátanos

Se necesita aprovechar la crisis para acelerar la reforma de la Administración. Su lenta y aplastante burocracia ha perjudicado mucho a la respuesta a la pandemia. España ya no puede soportar más esta Administración Pública que, en general –hay algunas partes de la misma que funcionan suficientemente bien– desmotiva a sus funcionarios, es inmune a los cambios y es arrogante con los ciudadanos. Ha habido mejoras importantes, pero es urgente la reforma que hasta ahora no se ha querido hacer.
Hay varios aspectos importantes en esa reforma. Uno relativo a la cooperación con la sociedad civil y empresas, para formar híbridos organizativos que hagan mejor las tareas públicas, para avanzar en la toma de decisiones participativas, para que haya transparencia. Otro aspecto es relativo a la reforma de los Servicios Sociales, en línea con el paradigma Recovery. Un tercero es la necesidad de una descentralización mancomunada o cooperativa: que se garantice que existen proyectos de país, que hay estrategias que vinculan necesariamente a todas las regiones y no lancemos a unas autonomías a competir con otras en una dinámica que nos separa. El cuarto sería el avance hacia la cualificación de los mandos políticos: no puede ser que al frente de un organismo o departamento esté alguien que carece de la formación en esa materia. Es inasumible: lo carga de ideologismo, clientelismo y arbitrariedad. Es un insulto para los profesionales y funcionarios que llevan en esa rama del saber y la técnica toda su vida.  Solo tenemos espacio para insistir en el quinto proceso que genere las condiciones para crear empleo y ahorrar dinero: la simplificación de la Administración.
Según la Unión Europea, el coste de gestión burocrática que exigen las Administraciones supone el 4,7% del PIB en España. Centenares de procesos pueden ser simplificados o eliminados. Tenemos un marco normativo y regulador excesivamente denso, desproporcionado y complejo que provoca una excesiva carga de papeleo que reduce la productividad, la calidad del trabajo y desincentiva. El BOE publica casi un millón de páginas al año (960.000, que este año se verán sobradamente superadas) y 900 leyes. Hay normativa hasta para establecer el grado de curvatura que deben tener los plátanos. Por ejemplo, habilitar un almacén supone 15 procedimientos distintos en la Administración.
Un ejemplo claro es el mundo educativo, donde los colegios, universidades y profesores se han visto sometidos a una burocracia de la calidad que ha provocado un enorme malestar, ha ocupado gran parte del trabajo de los trabajadores, directivos e instituciones, y distorsiona el servicio porque se trabaja para satisfacer a la burocracia y no a las necesidades educativas reales. Hay varias vías para elevar la calidad yla Administración española ha escogido una vía burocrática extremada que es perniciosa.
La regulación hiperburocrática no garantiza la seguridad jurídica, no evita la corrupción ni aumenta el bien común. España es el cuarto país en el que más se roba a las arcas públicas. Cada año en España se pierden 90.000 millones de euros en corrupción. La burocracia durante la pandemia no ha hecho más eficaz ni más segura la importación de material sanitario, sino que hemos sido estafados y hemos tardado excesivamente en las adquisiciones. No aumenta la seguridad ni la calidad.
España es segundo país del mundo que más tiempo exige para trámites burocráticos, solo por detrás de Francia. Los empresarios españoles emplean cada semana el doble de tiempo en tramitaciones burocráticas que los holandeses o británicos: 4 horas y 35 minutos semanales para cada organización –pequeña o grande– y autónomo en España, frente a las 2:40 de Holanda o 2:35 de Reino Unido (Informe Hiscox 2017).
Los tres niveles municipal, autonómico y central generan tal masa burocrática que convierten los trámites administrativos en el segundo obstáculo para las organizaciones de este país –sean del Tercer Sector o empresariales–. Sin restar descentralización, es imprescindible la ventana única que unifique procedimientos. Cada día las organizaciones deben consultar distintas webs para conocer si son destinatarios de algún procedimiento. Según CEOE, si hubiera obligación de notificárselo a las organizaciones o existiera una única ventana de notificaciones electrónicas, se podrían ahorrar 1.100 millones de euros cada año.
En estos momentos en que se quiere gravar más a los grandes patrimonios, la Administración debería comenzar por dar ejemplo y ahorrar en lo inútil, reformarse a sí misma antes de obligar más a pagar a los demás. Lo único que puede llevar a esa simplificación y ahorro es que la Administración se comprometa a sacar sus ampliaciones presupuestarias de sí misma: simplificación, lucha contra el fraude fiscal y eliminación de la corrupción, que ya hemos visto que se lleva cada año decenas de miles de millones de la economía europea.
El cambio no va a venir de la propia Administración ni de los políticos, sino que es preciso que en los puntos de contacto que tenemos con la Administración –educativo, sanitario, servicios sociales, etc.– presionemos mediante organizaciones por el cambio. Solamente la presión del electorado va a lograr cambios en una Administración que no quiere transformarse a sí misma.
Hay muchos aspectos implicados en la Reconstrucción Económica, como la reforma laboral, la industrialización 5.0 o la activación de la sociedad civil y las familias como actores económicos, en el contexto de la Sociedad de los Cuidados. Habrá que desarrollarlos. En este diario, solamente destaco los anteriores aspectos porque son elementos en los que todos podemos participar como sujetos, consumidores y sociedad civil.

Fernando Vidal

Director de la Cátedra Amoris Laetitia y director del Instituto Universitario de la Familia, de la Universidad Pontificia Comillas

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