Thursday, February 28, 2013

Recogiendo el día en imágenes














































Juan Bedoya: Benedicto XVI fue "incapaz de coger las riendas de la Iglesia"



En el programa Lo Que Queda del Día, de la radio Cooperativa, Iván Valenzuela conversó con el periodista del diario El País de España, Juan Bedoya, sobre la renuncia de Benedicto XVI y el cónclave para elegir al nuevo Pontifice de la Iglesia Católica.


Escuchar entrevista aqui

Tarcisio Bertone: «El Santo Padre se queda con nosotros»


El Cardenal camarlengo Tarcisio Bertone está al frente del Gobierno provisional de la Iglesia


En su primera entrevista a un medio escrito tras la renuncia de Benedicto XVI, el cardenal italiano Tarcisio Bertone, camarlengo de la Iglesia católica, lo que le convierte en el hombre clave del periodo de sede vacante que comenzó ayer, responde por escrito a las preguntas de LA RAZÓN. Dice que en los siete años que ha sido secretario de Estado de la Santa Sede ha vivido momentos «muy alegres» y también otros «más tristes», en los que ha sentido «que el mal en el mundo es muy real y nos acecha a todos los hijos de Eva».
Sobre el sucesor de Benedicto XVI opina que deberá reunir dos elementos «imprescindibles». El primero es que se trate de «un hombre espiritual, para que sea un instrumento dócil en las manos de Dios, como vicario de Cristo en la Tierra». El segundo, que tenga «el vigor y el empuje» que el ya obispo emérito de Roma ha dicho que son necesarios «para llevar con mano firme el timón de la Iglesia». Podrá así hacer frente a los desafíos que la Iglesia tiene frente a ella, entre los que el secretario de Estado cita la necesidad de que todos los católicos «descubran la riqueza» de la fe y las «implicaciones concretas que el mensaje cristiano» tiene en todos los aspectos de la vida. Otro reto será lograr que «todas las instituciones de la Iglesia sean capaces de comunicar el mensaje cristiano» y que ofrezcan un «motivo de esperanza» para todas las personas. El último desafío es conseguir que el mundo sea «un lugar más humano» y «más acogedor para todos», especialmente para los desfavorecidos. Asegura Bertone que está viviendo la renuncia del Santo Padre como cualquier otro católico, «con una mezcla de pesar, por el cariño que todos le tenemos, y de gran confianza en que su decisión es lo mejor para la Iglesia». Benedicto XVI, dice, «se queda con nosotros», «no abandona la Iglesia» ni se «baja de la cruz».
–¿Cómo será recordado Benedicto XVI, como el Papa de la renuncia o por su magisterio?
–Hay tantos motivos para recordar a Benedicto XVI: sus encíclicas, sus libros sobre Jesús de Nazaret, su magisterio, sus viajes (quiero recordar especialmente los tres que hizo a España: son ustedes unos privilegiados), su atención a temas cruciales en la vida de la Iglesia, como son la liturgia, la unidad de los cristianos, su capacidad de diálogo con otras religiones. Son también memorables la claridad y la decisión de las intervenciones contra la pedofilia y, en fin, su relación especial con los sacerdotes y seminaristas... Y también será recordado por su renuncia, que ha mostrado al mundo el abandono sirviendo siempre a Dios de un Papa que a lo largo de toda su vida –y no sólo como Pontífice – ha pretendido ser un siervo más en la viña del Señor. Nos ha dejado muchas razones para recordarle con muchísimo afecto, como han dicho los numerosos jóvenes entrevistados en los últimos días por la Prensa.
–¿Cómo debería ser el perfil del nuevo obispo de Roma? ¿Cuáles deben ser los aspectos más importantes de su carácter, de su formación, de su experiencia y de su religiosidad?
–La próxima semana todos los cardenales nos reuniremos antes del cónclave para estudiar precisamente eso: qué perfil de Romano Pontífice es el que Dios quiere para la actual situación del mundo y de la Iglesia. Hay elementos que son indispensables: que sea un hombre espiritual, para que sea un instrumento dócil en las manos de Dios, como vicario de Cristo en la Tierra; y que tenga el vigor y el empuje del que ha hablado Benedicto XVI, para llevar con mano firme el timón de la Iglesia.
–¿Qué retos más importantes deberá afrontar en el gobierno de la Iglesia?
–Los desafíos más importantes que se presentarán ante el nuevo Papa son constantes en la vida de la Iglesia: en primer lugar, que todos los fieles, pastores y laicos, en sintonía con las enseñanzas del Concilio Vaticano II, descubramos la riqueza de nuestra fe y las implicaciones concretas que el mensaje cristiano ha de tener en nuestra vida personal, familiar, social, profesional... Otro reto es que todas las instituciones de la Iglesia sean capaces de comunicar el mensaje cristiano y de ofrecer un motivo de esperanza para todas las personas a las que sirven. Y, por último, que este mundo nuestro sea un lugar más humano, más pacífico, más acogedor con todos, especialmente con los pobres y con los últimos.
–¿Qué ha aprendido en los momentos difíciles como secretario de Estado? ¿Ha tenido alguna crisis de fe durante su vida sacerdotal?
–Como secretario de Estado he vivido momentos extraordinarios. Algunos han sido muy alegres, sobre todo cuando uno ve la acción de Dios en las personas, y que el Señor no se cansa de los defectos de los hombres, y sigue ofreciéndonos su ayuda para ser felices. Otros en cambio son más tristes, porque he notado que el mal en el mundo es muy real, y nos acecha a todos los hijos de Eva. Pero he de agradecer a Dios que siempre me ha manifestado cómo la Gracia abunda, y que el pecado nunca es la última palabra, porque la Iglesia es de Dios, y Dios jamás la abandona, como nos ha recordado el Papa Benedicto XVI. He de añadir, además, que mi vocación y formación como hijo de Don Bosco me hace anteponer la alegría y la esperanza en la experiencia cristiana.
–Después de tantos años junto al Santo Padre, antes y después de su elección como Papa, ¿qué admira más de su personalidad? ¿Cómo ha vivido, Eminencia, la renuncia?
–De Benedicto XVI admiro su inteligencia preclara, su piedad, su rectitud de conciencia, su firmeza en las decisiones y a la vez su delicadeza en el trato, como he podido experimentar cotidianamente durante estos años... ¡Tantas cosas! He vivido la renuncia como toda la Iglesia: con una mezcla de pesar, por el cariño que todos le tenemos, y de gran confianza en que su decisión es lo mejor para la Iglesia. Sus palabras del pasado domingo, hablando de que el Señor le llama a la montaña, me han dejado muy conmovido. El Santo Padre se queda con nosotros. Él no abandona la Iglesia, no baja de la cruz, porque su adhesión a la voluntad de Dios es «para siempre». Benedicto XVI ama a la Iglesia, y sigue acompañándola en su camino.
La Razón

Hoja de ruta para elegir al nuevo Papa




  • La primera congregación de cardenales será el lunes 4 de marzo
  • A partir de la primera congregación se anunciará la fecha del cónclave
  • Bertone, el camarlengo, se encarga de la administración de bienes

El cardenal camarlengo, Tarcisio Bertone, ya ha sellado el apartamento del pontífice y ha tomado posesión del Palacio Apostólico Vaticano. Esa ha sido su primera función tras el adiós oficial de Benedicto XVI. A partir de este momento, se encargará de la administración de los bienes y de los derechos temporales de la Santa Sede.
La Iglesia católica está en periodo de Sede Vacante, es decir, el tiempo que media entre la muerte del Pontífice, en este caso, desde que se hace efectiva la renuncia, hasta la elección del nuevo Papa por el Colegio Cardenalicio. La Iglesia se queda sin cabeza visible y son el camarlengo y el Colegio de Cardenales los que ya se encargan del gobierno del Vaticano.
Así, los cardenales podrán centrarse en el despacho de los asuntos ordinarios o los inaplazables, así como de la preparación de lo necesario para la elección del nuevo Pontífice. Se formarán dos clases de congregaciones, una general, formada por todo el Colegio, que se encargará de los asuntos más importantes, y otra particular integrada por el camarlengo, Tarcisio Bertone, y por tres cardenales extraídos por sorteo, que se ocupará de los asuntos ordinarios, según precisa la Constitución Apostólica 'Universi Domini Gregis'.
Estas reuniones, conocidas como "preparatorias", deben celebrarse a diario a partir del día establecido. En este caso, el cardenal decano del Colegio Angelo Sodano, que presidirá dichas congregaciones, ha avisado a los cardenales que han acudido a la despedida del Papa Benedicto XVI, de que este viernes comenzará a llamar y enviar convocatorias para participar en estas reuniones y preparar el cónclave. La primera congregación será el lunes 4 de marzo, a partir de ese momento ya se podrá anunciar la fecha del cónclave, según ha explicado el portavoz vaticano Federico Lombardi.
En las primeras congregaciones todos los cardenales deberán prestar juramento de observar las disposiciones contenidas en la Constitución Apostólica y de guardar el secreto. "Prometemos, nos obligamos y juramos, todos y cada uno, observar exacta y fielmente todas las normas contenidas en la Constituciónapostólica Universi Domini Gregis del Supo Pontífice Juan Pablo II, y mantener escrupulosamente el secreto sobre cualquier cosa que de algún modo tenga que ver con la elección del Romano Pontífice", leerá Sodano delante de todos los cardenales. A continuación, cada purpurado dirá: "Yo prometo, me obligo y juro" poniendo la mano sobre los Evangelios.
En una de las Congregaciones inmediatamente posteriores, los cardenales deberán decidir, entre otros asuntos, el sorteo de las habitaciones en la Domus Sanctae Marthae, la preparación de la Capilla Sixtina, confiar a dos eclesiásticos de clara doctrina el encargo de predicar a los cardenales dos ponderadas meditaciones sobre los problemas de la Iglesia en este momento, cuidar que sea anulado el anillo del Pescador y fijar el día y la hora del comienzo de las operaciones de voto.
A partir de las 20,00 horas del pasado jueves, los jefes de los Dicasterios de la Curia Romana, el secretario de Estado del Vaticano, los cardenales prefectos y los presidentes arzobispos, así como los miembros de los dicasterios, cesan en el ejercicio de sus cargos, excepto el camarlengo y el penitenciario mayor que se encargan de los asuntos ordinarios. Tampoco cesan en su cargo durante la Sede Vacante el vicario general de la diócesis de Roma ni el arcipreste de la Basílica Vaticana.
El Cónclave comenzará en la fecha establecida por los cardenales y aunque suele celebrarse entre 15 y 20 días después de la muerte o renuncia del Pontífice, según el Motu Proprio publicado por Benedicto XVI antes de su renuncia, podrá adelantarse si así lo estima oportuno el Colegio Cardenalicio. Los cardenales se alojarán en la Domus Sanctae Marthae que permanecerá cerrada al igual que la Capilla Sixtina. Durante este tiempo, los electores no podrán mantener correspondencia epistolar, telefónica o por otros medios como las redes sociales.
El derecho a elegir al Romano Pontífice corresponde únicamente a los cardenales electores, es decir, aquellos que antes del día en que la Sede quede vacante no hayan cumplido los 80 años. Además, el número de cardenales no podrá superar en ningún caso los 120. Concretamente, en el Cónclave de 2013 habrá 115 cardenales, de los cuales más de la mitad han sido nombrados por el Papa emérito Benedicto XVI.

La elección

En la mañana del día fijado para el comienzo del Cónclave, los cardenales electores se dirigirán a la Basílica de San Pedro en el Vaticano para participar en la Misa Solemne 'Pro eligiendo Papa'. Desde allí, se trasladarán en solemne procesión, invocando con el canto del Veni Creator la venida del Espíritu Santo, hasta la Capilla Sixtina del Palacio Apostólico, lugar del desarrollo de la elección. Dentro de la sede, se comprobará que no sean instalados dolosamente medios de grabación o transmisión.
Una vez allí, el cardenal decano, Angelo Sodano, leerá el juramento que deberán hacer todos los cardenales. "Todos y cada uno de nosotros Cardenales electores presentes en esta elección del Sumo Pontífice prometemos, nos obligamos y juramos observar fiel y escrupulosamente todas las prescripciones contenidas en la Constitución Apostólica (...). Igualmente, prometemos, nos obligamos y juramos que quienquiera de nosotros que, por disposición divina, sea elegido Romano Pontífice, se comprometerá a desempeñar fielmente el 'munus petrinum' de Pastor de la Iglesia universal y no dejará de afirmar y defender denodadamente los derechos espirituales y temporales, así como la libertad de la Santa Sede".
"Sobre todo, prometemos y juramos -continúa- observar con la máxima fidelidad y con todos, tanto clérigos como laicos, el secreto sobre todo lo relacionado de algún modo con la elección del Romano Pontífice y sobre lo que ocurre en el lugar de la elección concerniente directa o indirectamente al escrutinio; no violar de ningún modo este secreto tanto durante como después de la elección del nuevo Pontífice, a menos que sea dada autorización explícita por el mismo Pontífice; no apoyar o favorecer ninguna interferencia, oposición o cualquier otra forma de intervención". Los cardenales juran poniendo la mano sobre los Evangelios.
Concretamente, los números 56 y 57 de la Constitución insisten en la observancia del secreto al establecer que los cardenales electores deberán abstenerse durante el proceso de elección de enviar o recibir mensajes de fuera de la Ciudad del Vaticano. En este sentido, el número 58 remarca que "quienes directa o indirectamente pudieran violar el secreto ya se trate de palabras, escritos, señales o cualquier otro medio, incurrirían en la pena de excomunión 'latae sententiae' reservada a la Sede Apostólica". Además, en los números 81 y 82, se dice que los cardenales se abstendrán de toda forma de pactos y compromisos de común acuerdo.
La forma de elección se realizará únicamente por escrutinio y se necesitarán dos tercios de los votos para la elección del nuevo Pontífice. Si eso no ocurre en la tarde del primer día, es decir, en la primera votación, se continuará en la segunda jornada con cuatro escrutinios más, dos por la mañana y dos por la tarde. Si ningún cardenal consigue los dos tercios en las votaciones matutinas, habrá una fumata negra y lo mismo ocurrirá por la tarde. Así, hasta tres días consecutivos. Si en el tercero tampoco sale elegido el nuevo Sumo Pontífice, el proceso de elección se suspende por un día para realizar una pausa de oración y de libre coloquio entre los cardenales electores.
Si tras cuatro series de escrutinios no se obtuviera resultado positivo, entonces, según el Motu Proprio publicado por Benedicto XVI tendrá que procederse a la votación no por mayoría sino que de nuevo se deberán alcanzar "al menos" dos tercios. Finalmente, cuando sea elegido el nuevo Papa, el cardenal decano le pedirá su consentimiento y le preguntará cómo quiere ser llamado y el Maestro de Celebraciones Litúrgicas Pontificias levantará acta. Los fieles presentes en la Plaza de San Pedro podrán ver la fumata blanca.
El Mundo

Cardenal Norberto Rivera de México acusado de proteger a sacerdote pederasta


No pedí investigar a Nicolás Aguilar: Noberto Rivera



En una declaración grabada en 2007 el cardenal Norberto Rivera habló sobre su intervención en el caso del padre Nicolás Aguilar, acusado de pederastia en EU



La declaración de Rivera por caso de pederastia





Aristegui da a conocer en CNN en Español la segunda parte del video sobre el caso del padre Nicolás Aguilar, acusado de pederastia


Cardenal Errázuriz negó ser "encubridor" de actos de abuso sexual en la Iglesia Católica chilena



Tras acusaciones del The New York Times, Francisco Javier Errázuriz expresó que el hecho no afectará su reputación.

El caos en el Vaticano por Massimo Faggioli




Massimo Faggioli es teólogo e historiador laico que colaboró con Alberigo en La Historia del Concilio Vaticano II y con Iglesia Viva en el tema sobre Benedicto XVI y los lefrebvrianos. El Instituto Humanitas Unisinos-IHU de Brasil le ha publicado estos días una entrevista en la que hace un análisis muy serio de la difícil situación de  la Iglesia Católica, tras los últimos dos pontificados. Sería suicida dejar que entrasen los 115 cardenales electores con los ojos cerrados a los signos de los tiempos. AD.
“La decisión de dimitir es sorprendente, pero no está en contradicción con la identidad teológica de Ratzinger. Puede ordenar Benedicto XVI como “teológicamente conservador”, pero es consciente del ministerio papal eclesial – en la tradición y el Vaticano II ”, diceMassimo Faggioli , dijo por correo electrónico a IHU On-Line . En su opinión, ser Papa en el catolicismo mundial se ha convertido en una “tarea muy moderna y exigente, y es probable que un teólogo conservador la sienta como una carga insoportable (más allá de la razón relacionada con su salud)”. Faggioli señala que, en ciertos aspectos, la Vaticano II llegó “demasiado pronto”, y las preguntas silenciadas por la Santa Sede , como el papel de la mujer en la Iglesia, el matrimonio de los sacerdotes y la ordenación de homosexuales, deben ser revisados. 
Massimo Faggioli tiene un doctorado en Historia de las Religiones y catedrático de Historia del cristianismo en el Departamento de Teología de la Universidad de St. Thomas, Minnesota, Estados Unidos.Sus últimos libros son Vaticano II: La lucha por el significado(Paulist, 2013 ) y Verdadera Reforma: Liturgia Sacrosanctum Concilium y Eclesiología en(Liturgical Press, 2012) y en español, Historia de los Movimientos católicos y Evolución. De León XIII a Benedicto XVI , (Madrid: Editorial PPC), 2011.
He aquí la entrevista
IHU On-Line – ¿En qué aspectos se debe entender la renuncia de Benedicto XVI?
Faggioli Massimo El Papa puede renunciar, y sin duda este acto no es ilegal. Pero también debe entenderse como un acto de gobierno y como una decisión personal del Papa, que tiene que ver con su salud, sino también con el caos en el Vaticano y en algunas zonas del catolicismo. Llama la atención que Benedicto XVI ha dicho que tomó la decisión solo, sin consultar a nadie. Este es un elemento muy interesante. La decisión del Papa después de una consulta con alguien más hubiera planteado cuestiones canónicas, pero también habría sido una señal de la colegialidad en la Iglesia – y la colegialidad es algo que fue aprobado por el Vaticano, pero nunca pasó a formar parte del gobierno de la Iglesia, con A excepción de unos pocos casos. 
IHU On-Line - ¿Cuáles fueron sus principales motivaciones Massimo Faggioli
- Pablo VI fue el Papa quien concluyó el Vaticano , Juan Pablo II fue el último Papa que fue también sacerdote conciliar el Vaticano , Benedicto XVI es el último Papa que estaba enVaticano II (como teólogo, no como obispo). Este cambio de pontificado en 2013 – que es el primero de los tiempos modernos después de una renuncia papal – podría cambiar muchas cosas, e incluso podría poner a la Iglesia en un estado de preparación para un nuevo concilio ecuménico o poner en la agenda temas que muchos, por mucho tiempo, se consideraban “resuelto”. 
IHU On-Line – ¿En qué sentido la renuncia del Papa y la elección de un nuevo pontífice puede representar un cambio en la dirección de la Iglesia Católica? Massimo Faggioli
– La renuncia es el evento principal, porque las leyes de la Iglesia tenía un canon que le permitió Papa, pero le faltaba lo que sucedería después de la renuncia. En este sentido, es una decisión que sienta un precedente, pero hay cosas que todavía muchos no sabemos cómo van a desarrollarse, y este es un momento muy delicado. Es un cónclave excepcional y no normales.También es una situación peligrosa, porque el Papa dijo que la “sede vacante”, comienza el 28 de febrero, pero, en cierto sentido, desde su anuncio el 11 de febrero, la Sede de Pedro está vacante ahora en la práctica.
IHU On-Line – La renuncia de Benedicto XVI tiene lugar 50 años después del Vaticano II, y 600 años después de la renuncia papal pasado. Podemos decir que este es el evento principal en el Vaticano en las últimas décadas? ¿Por qué? Massimo Faggioli
– La decisión de dimitir es sorprendente, pero no está en contradicción con la identidad teológica de Ratzinger. Usted puede ordenar el Papa Benedicto XVI como “teológicamente conservador”, pero es consciente del ministerio papal eclesial – en la tradición y el Vaticano II .Sus puntos de vista conservadores son consistentes con la renuncia, desde que el Papa Benedicto XVI probablemente sabía ministerio papal se había convertido en algo distinto de lo que él pensaba que debería ser: una excesiva exposición a los medios, el exceso de responsabilidades con el mundo y la política, las excesivas tareas administrativas. Ser global Papa en el catolicismo se convirtió en una tarea muy moderno y exigente, y es probable que un teólogo conservador a sentirse como una carga insoportable (más allá motivo relacionado con su salud).
IHU On-Line – ¿Cómo se explica que un Papa, ciertamente conservador, ha tomado una actitud tan moderno? Massimo Faggioli
– El intento de Benedicto XVI no era exactamente restaurar el poder de la Iglesia en la sociedad moderna, sino restaurar la enseñanza consistente (según su diseño) de la Iglesia en cuestiones clave. En este sentido, Joseph Ratzinger nunca fue tan ingenuo como para creer que podía recristianizar un mundo secular. Papa Juan Pablo II tenía más confianza en ese sentido, el Papa Benedicto XVI siempre ha sido menos “romántica” y más realista. 
IHU On-Line – ¿Cree que el reto para el nuevo pontífice es de alguna manera restablecer la autoridad de la Iglesia en el mundo contemporáneo? ¿Cómo hacer que en una sociedad posmoderna, y en gran medida secularizado? Massimo Faggioli
– A estas preguntas que la iglesia necesita un momento para reconciliar debate – un concilio o sínodo que tiene verdadera libertad para hablar. Este es uno de los puntos de la agenda del cónclave de 2013. En relación con estos temas, hay un aspecto del contenido de la enseñanza de la Iglesia, y hay un aspecto del estilo de enseñanza. Ambos son muy urgentes. Los primeros números que son teológicamente menos difícil de lo que otros están ordenando viri probati y el diaconado a las mujeres.
IHU On-Line – La iglesia ha escuchado las señales de los tiempos? En esta institución se puede hablar de temas como el matrimonio homoafetivo, la anticoncepción, fin al celibato, el aborto y la ordenación de las mujeres, por ejemplo? Massimo Faggioli
– En muchos sentidos, el Vaticano aún no ha puesto en práctica, por ejemplo en relación con el colegiado en la Iglesia. En cuanto a otras cuestiones, el Vaticano llegó demasiado pronto, así que tenemos que explorar nuevas soluciones a cuestiones sobre las que el Vaticano guarda silencio, como el papel de la mujer en la Iglesia, los sacerdotes casados. Una aproximación correcta hermenéutica del Concilio Vaticano II es hacerle la pregunta al Consejo de 1962-1965 no puede contestar, preguntas que el Vaticano II no puede responder.
IHU On-Line – ¿Cuál es la importancia del Concilio Vaticano II en la Iglesia Católica frente a los problemas contemporáneos? Massimo Faggioli
– El discurso del 22 de diciembre de 2005, el Papa hizo una distinción entre la “hermenéutica de la continuidad y de la reforma” y la “hermenéutica de la discontinuidad y de la ruptura “. Este discurso fue también una reacción a nuevas contribuciones al debate teológico académico, sobre todo una reacción a historizar el consejo a cabo la obra en cinco volúmenes titulada Historia del Concilio Vaticano II, editado por Alberigo y la “escuela de Bolonia” (terminado en 2001 y publicado en siete idiomas), y Teológica Comentario Vaticano II , en cinco volúmenes, que se originó en Tübingen y fue editado por Peter Hünermann (que se presentó a las copias Papa algunas semanas antes de su discurso a la Curia romana). La reputación del Vaticano II fue afectado profundamente por el Papa Benedicto XVI y el discurso de 2005, en particular por las interpretaciones ideológicas y simplista del consejo . Un elemento visible primero es el cambio en el lenguaje utilizado para hablar de Vaticano II en los últimos ocho años. Desde finales de 2005, un Papa, Benedicto XVI , se sentía con derecho a cuestionar lo que se había logrado en los estudios históricos y teológicos en el Vaticano publicados por la comunidad científica internacional desde la década de 1980, al menos. Por un lado, Benedicto XVI puso fin a la “nominalismo del Vaticano II ”, típica de Juan Pablo II – el Vaticano usa como una cubierta o manta para dar legitimidad a muchas cosas que no vienen de él. Por otra parte, Benedicto XVItambién comenzó a quitar mediante programación el mensaje del Vaticano estas “improvisaciones” hechas por Juan Pablo II (el judaísmo, el islamismo, la inculturación), que les permitió a los teólogos católicos por no hablar de un rechazo completo del Vaticano II por el posconciliar los papas. Por último, es difícil negar que el movimiento en contra de la reforma litúrgica del concilio es el producto del pontificado de Benedicto XVI (véase el motu proprio titulado Summorum Pontificum del 7 de julio de 2007 y la nueva traducción del Misal en Inglés): reforma “de reforma litúrgica “nunca fue un problema bajo Pablo VIJuan Pablo II , pero se convirtió en un problema bajo Benedicto XVI . 
IHU On-Line - ¿Cómo analizar los discursos de Benedicto XVI cuando se hizo cargo en 2005, cuando anunció su renuncia? Teniendo en cuenta el Concilio Vaticano II, que las lecturas se pueden hacer de estas dos líneas? Massimo Faggioli
– El pontificado estuvo muy influenciado por este legado. El Papa Benedicto XVI es un teólogo neoagostiniano con una profunda conciencia de la diferencia entre la Iglesia y el “mundo” en una comprensión metafísica. Él no cree que la Iglesia puede y debe ser un agente de transformación social, y esta idea es típico de sus puntos de vista sobre la relación entre la Iglesia y de la Iglesia y de la política y la cultura. En este sentido, tenemos una profunda diferencia entre él y sus predecesores Pablo VI y Juan Pablo II .
IHU On-Line - En la formación de Papa agustino revelado por delante de su pontificado?Faggioli Massimo
– Este análisis es típico de un teólogo neoagostiniano, especialmente neoagostiniano un teólogo que creció en la Alemania nazi y vio al equipo muy peligroso de la modernidad . Dicho esto,Joseph Ratzinger tiene un profundo conocimiento de las contradicciones de la modernidad, sobre todo entre la idea de la modernidad y el acceso a la verdad. Sólo hay libertad en la verdad, y para el Papa Benedicto XVI , que es típico de la modernidad está tratando de “decidir” qué es la verdad. En el diseño, la verdad es revelada por Dios, y hay que entenderlo y aceptarlo, y no decidir al respecto. Esto es típico de las concepciones del cambio modernidad, la democracia y sociales.
ATRIO

¿QUIÉN SUCEDERÁ A BENEDICTO XVI? Conoce los 12 "papables" segun la Deutsche Welle



Odilo Pedro Scherer

Comenzamos la lista de los "papables" con el arzobispo de Sao Paulo, una de las mayores arquidiócesis del mundo, con una cantidad estimada de seis millones de miembros. Scherer tiene raíces alemanas y es uno de los latinoamericanos con más posibilidades de suceder a Benedicto XVI. Consultado al respecto por la prensa, señaló que sería muy pretencioso que un cardenal dijera "estoy preparado".



João Braz de Aviz

Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. El arzobispo emérito de Brasilia tiene 65 años y fue nombrado cardenal por el Papa Benedicto XVI. Por ese entonces comentó a la prensa: "Reconocemos el valor de Europa, pero debe bajar su mirada desde lo alto y ser más fraternal con los demás continentes”.



Claudio Hummes

Prefecto emérito de la Congregación para el Clero, nació en Brasil en 1934. Años atrás sorprendió a la opinión pública al señalar que el celibato sacerdotal no es un dogma, sino sólo una norma disciplinaria.



JJorge Bergoglio

Arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina. Hijo de un empleado ferroviario, nació en Buenos Aires en 1936. Estudió para técnico-químico antes de decidirse por el sacerdocio. Miembro de la Compañía de Jesús, fue una de las figuras cuyo nombre se barajó ya tras la muerte de Juan Pablo II como candidato para asumir el cargo de Sumo Pontífice.


Leonardo Sandri

Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales y Consejero de la Comisión Pontificia para América Latina. Nació en Buenos Aires en 1943 y se dice que es aficionado al fútbol. Tiene mucha experiencia en el Vaticano y se le atribuía gran influencia en tiempos de Juan Pablo II.



Oscar Rodríguez Maradiaga

Arzobispo de Tegucigalpa, su nombre ya fue mencionado cuando se buscaba sucesor para Juan Pablo II y ahora vuelve a sonar como papable. Rodríguez Maradiaga no ha eludido temas contingentes y se ha pronunciado también en materias políticas. Igualmente ha alzado la voz en defensa de los derechos humanos.



Angelo Scola

Naturalmente, los italianos también aspiran a volver a contar con un Papa de esa nacionalidad. Entre los candidatos desctaca Angelo Scola, arzobispo de Milán. Después de Roma, Milán es la arquidiósesis más importante del país, razón por la cual el nombre de Scola vuelve a sonar con cierta fuerza como posible futuro Pontífice.



Christoph Schönborn

Arzobispo de Viena, Schönborn fue discípulo de Joseph Ratzinger. Eso habla a su favor. En su contra está el hecho de que en Austria el número de católicos va en descenso. En ese país hay cerca de 5,6 millones de católicos, lo que equivale a dos tercios de la población. Hace siete años, sumaban todavía tres cuartas partes, según hace notar el semanario alemán Der Spiegel.




Marc Ouellet

Obispo emérito de Quebec y otro de los cardenales con buenas cartas para suceder a Benedicto XVI. Habla castellano y se dice que es un buen conocedor de América Latina. Entre otras cosas, enseñó teología en el Seminario Mayor de Bogotá a comienzos de la década del 70.



Timothy Michael Dolan

Timothy Michael Dolan, arzobispo de Nueva York, es conocido por sus valores conservadores, pero también por ser una figura carismática, que maneja bien los medios de comunicación.



Peter Turkson

Procedente de Ghana, se considera que Turkson tiene posibilidades de convertirse en el primer Papa negro de la historia. Estudió teología en Nueva York y predicó algunos años en Ghana, pero luego fue convocado a Roma. Ha tenido figuración internacional como presidente del Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz.






Luis Tagle

Arzobispo de Manila, es uno de los favoritos para suceder a Benedicto XVI. En las Filipinas se lo conoce como “Chito” y es famoso por su humildad y su cercanía a la gente. Según dijo una vez, "la teología debe estar al servicio de la fe de la gente” y “un buen teólogo” debe hablar un lenguaje comprensible para el pueblo.


Autor: Emilia Rojas | Editor: José Ospina-Valencia

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